Clarín

Tiene 17 y los mató con su escopeta

La mayoría de las víctimas eran alumnos. El atacante intentó suicidarse pero la policía lo impidió. Llevaba además una pistola y explosivos. Las armas eran de su padre. En febrero otro jovencito mató a 17 personas en una secundaria de Florida.

- DIMITRIOS PAGOURTZIS

Estudia en un colegio secundario de Texas. Ingresó armado a un aula y acribilló a 10 personas.

El chico, de 17 años, llegó poco antes de las 7.45 a su escuela armado con una escopeta, una pistola y varios artefactos explosivos. Vestía una remera negra con la leyenda “Nacido para matar”, en inglés. En pocos instantes desató el horror: comenzó a disparar a mansalva en aulas y pasillos y mató al menos a 10 personas (la mayoría alumnos) y dejó a otras 10 heridas. Intentó sucidarse, no se animó y está detenido.

La pesadilla de los ataques en las escuelas de Estados Unidos parece no terminar jamás. Esta vez sucedió ayer en una secundaria en Santa Fe, en el sureste de Texas, pero ya suman 22 ataques con armas de fuego con más o menos víctimas en lo que va de 2018, un alarmante promedio de uno por semana.

El gobernador de Texas, el republican­o Greg Abbott, informó que el atacante –identifica­do por fuentes oficiales como Dimitrios Pagourtzis, estudiante de esa escuela y miembro de su equipo de fútbol y de un grupo de danza -- obtuvo las armas del ar- senal que su padre guardaba en su casa. Dijo que eran un fusil y una pistola calibre .38.

“No tengo informació­n en este momento de si el padre sabía o no que su hijo había tomado estas armas”, dijo el gobernador, y agregó que se creía que el padre poseía legalmente ambas armas. Abbott también dijo que el estudiante colocó varios tipos de explosivos en la escuela, una casa y un vehículo, incluido un cóctel molotov.

Según informació­n obtenida del celular y la computador­a personal de Pagourtzis, su intención era suicidar- se después de provocar la matanza, pero finalmente fue arrestado por las fuerzas de seguridad que llegaron enseguida al edificio. Isabelle Laymance, una estudiante de 15 años que estaba dentro de un aula cuando se desató la violencia, dijo a The Washington Post que el atacante baleó a un agente cuando la Policía intentaba comenzar a hablar con él. El chico repetía que se rendiría si hablaban con él, contó Laymance. “Repetía: ´Si me entrego, ¡no me disparen!”, relató la alumna. “No le dispararon, le colocaron las esposas”, agregó.

Hay otro estudiante sospechoso que está siendo interrogad­o, que podría haber actuado como cómplice, aunque no habría disparado.

Así, Santa Fe, una ciudad de 12.000 habitantes situada 55 kilómetros al sureste de Houston, vivió el peor tiroteo escolar después de la matanza en la secundaria de Parkland, el 14 de febrero, en el que murieron 17 personas. A pesar de la inmensa movilizaci­ón en Washington contra las armas que protagoniz­aron los sobrevivie­ntes de esa masacre poco después, la tragedia se repite.

El presidente estadounid­ense, Donald Trump, lamentó lo sucedido y envió su apoyo a las familias de las víctimas. “Esto ha estado ocurriendo demasiado tiempo en nuestro país. Lloramos por la terrible pérdida de vidas y enviamos nuestro apoyo y amor a todos los afectados por este ataque absolutame­nte horrible”, dijo.

Capturas de pantalla de las cuentas en las redes sociales de Pagourtzis, publicadas por diferentes medios, muestran cómo el joven colgó imágenes de armas, fotos con símbolos nazis y la remera negra con el lema “Born to kill” (“Nacido para matar”, en inglés). De hecho, varios alumnos aseguraron a la televisión local CW39 de Houston que Pagourtzis vestía esa remera en el momento del tiroteo, además de llevar botas militares y un piloto largo donde habría escondido las armas largas.

Algunos de sus compañeros lo recuerdan como un estudiante “callado”, del penúltimo año, que jugaba en el equipo de fútbol americano.

Uno de los estudiante­s relató al diario local Houston Chronicle, que escuchó “unos cinco disparos” cerca del

aula de arte. “Se prendieron las alarmas y la profesora nos pidió esconderno­s en el armario. Allí estuvimos por unos 45 minutos hasta que llegaron las fuerzas de rescate”, dijo Junior Liberty, de 14 años. Otra joven, Dakota Shrader, indicó en medio de lágrimas que “todo fue caos” cuando se escucharon los disparos porque “los estudiante­s corrieron de un lado a otro”.

Walter Braun, jefe de policía del distrito escolar de Santa Fe, dijo que habían encontrado “artefactos explosivos en la escuela y en áreas cercanas” y, si bien las habían desactivad­o, alertaban a la población. Entre los heridos figura un oficial de policía, Joseph Gamaldi, que tiene un disparo en la pierna y está internado.

El presidente Trump ordenó colocar las banderas a media asta en todo el país, pero no mencionó el debate sobre el control de armas que ha venido creciendo tras la matanza de la escuela de Parkland y que renace tras el de ayer. “Estamos luchando por ustedes”, tuiteó uno de los líderes del movimiento que surgió tras la tragedia de Florida, David Hogg. Otra sobrevivie­nte, Delaney Tarr, sentenció: “No podemos permitir que esto siga siendo la norma”.

La excandidat­a presidenci­al demócrata Hillary Clinton instó a los legislador­es a “comenzar a lidiar con esta vergüenza nacional”. “Cada día que no actuamos con relación a la violencia armada, le estamos fallando a nuestros hijos”, dijo en Twitter. El gobernador republican­o Abbot anunció que la próxima semana comenzarán diferentes mesas de debate para alcanzar un paquete de medidas, con el objetivo de evitar que “estas tragedias se repitan en Texas”.

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AP Dolor. Sobrevivie­ntes del ataque a la secundaria de Santa Fé se abrazan después del incidente. Se afirma que el sangriento episodio reactivará el debate para frenar la venta de armas.
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