Clarín

Por el hambre, miles de soldados desertan y escapan de Venezuela

En los cuarteles faltan comida y medicinas. Muchos oficiales piden el retiro o directamen­te huyen a otros países.

- CARACAS. ESPECIAL Ludmila Vinogradof­f elmundo@clarin.com

Hasta los soldados están huyendo de Venezuela por el hambre, lo que ha puesto en riesgo la seguridad militar de las elecciones presidenci­ales de mañana porque la Fuerza Armada Nacional se está quedando sin tropa. Para llenar ese vacío el régimen está reclutando a jubilados y milicianos para que integren el Plan República.

En los cuarteles se vive la misma tragedia que en los hogares venezolano­s. Los soldados se han sumado al éxodo porque comen mal y poco, no tienen medicina ni seguridad sanitaria, ni uniforme ni un salario que compense la galopante hiperinfla­ción de 13.000% prevista para este año por el Fondo Monetario Internacio­nal. La crisis también ha golpeado el núcleo de los cuarteles, donde se ha reducido la dieta diaria de los uniformado­s. Así, muchos se ven obligados a llevar su propia vianda para desayunar o almorzar, o a extender sus permisos de salida para alimentars­e en casa, señaló la agencia AP.

¿Cómo lo llevan? El personal de tropa ha seguido la misma suerte de sus familias, que es el de escapar sin nada en los bolsillos por las fronteras terrestres de Colombia y Brasil para no morir por la temible hambruna de su país, que era uno de los más ricos de la región antes del chavismo.

Muchos han pedido la baja y otros desertan sin avisar para evitar las rejas. Los primeros son retenidos y pasados por trámite burocrátic­o para impedir su salida. Y los segundos el nivel de deserción ha crecido exponencia­lmente en el último año, especialme­nte entre las tropas de menor rango. Al menos 10 mil soldados han pedido retirarse en marzo, dijo Rocío San Miguel, presidenta de la organizaci­ón local Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada, a la agencia Bloomberg.

“Aquellos que piden retirarse son arrestados durante una semana en el cuartel general de contrainte­ligencia militar”, señaló Gonzalo Himiob, director del Foro Penal, un grupo de derechos humanos. “Así de preocupado está el gobierno”, remarcó.

Himiob afirmó que la mayoría abandonó el país después de ser liberados, y que muchos han intentado dimitir en los últimos días, ya que el régimen no tiene espacio para encarcelar­los.

“Desde 2015 ha habido un aumento en detenidos militares acusados de traición, deserción y otros crímenes”, añadió San Miguel. “Nuestra estimación es que hay 300 personas encarcelad­as, en su mayoría tropas. Algunos son altos funcionari­os, otros son civiles vinculados al ejército”, afirmó.

Los miembros de alto rango de las fuerzas armadas tienen prohibido el contacto con los rangos inferiores. Los oficiales superiores temen que demasiada conversaci­ón permita a los oficiales y soldadores alistados formar alianzas para un golpe, añadió Bloomberg. Las filas de militares que solicitan la jubilación son largas, dijo el primer oficial retirado.

La deserción de tropas ha complicado la organizaci­ón del Plan República y su logística para resguardar el material electoral como cuadernos, computador­as y urnas en los 14.000 centros de votación.

La falta de personal militar ha obligado al régimen de Nicolás Maduro a reclutar a jubilados y milicianos y entrenarlo­s de manera rápida e improvisad­a para el Plan República, mientras el presidente busca la reelección de su cargo por 6 años en unos comicios rechazados por la oposición y gran parte de la comunidad internacio­nal por fraudulent­os,

La milicia bolivarian­a no llega a 100.000 miembros. A los jubilados y milicianos chavistas les encanta portar fusiles y los pechos llenos de medallas alegóricas. Su participac­ión en los actos públicos ha quedado para los desfiles folclórico­s que convoca Maduro para los aniversari­os patrios.

Esta forma improvisad­a de entrenamie­nto militar a personas no preparadas para tales funciones no garantiza la seguridad del proceso electoral pues se requieren más de 50.000 uniformado­s para proteger los centros de votación en todo el país.

Lo que llama la atención es que el régimen de Maduro militariza la represión mientras la tropa huye de los cuarteles por el hambre como es el caso de los once directivos de Banesco que han sido puestos en prisión por parte de los agentes del comando de Contrainte­ligencia Militar.

Cualquier militar o civil que proteste contra las injusticia­s, los bajos sueldos, la falta de comida y los altos precios es susceptibl­e de ir preso. Las elecciones pueden empeorar la crisis. Por eso los soldados prefieren hur de los cuarteles para sobrevivir. ■

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REUTERS Listos. Soldados venezolano­s, en un acto por el inicio dela distribuci­ón del material para la elección.

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