Clarín

Radiografí­a de Venezuela, un país rico sumido en la postración

Escenario. Es el país con las mayores reservas petroleras. Pero su industria está destruida. Faltan alimentos y medicinas. Y hay entre 3 y 4 millones de emigrados.

- CARACAS. AFP, AP Y CLARIN

Venezuela, el país con las mayores reservas petroleras del mundo, celebró ayer una nueva jornada electoral sumido en una de las peores crisis de su historia.

Tras la muerte por cáncer en 2013 del carismátic­o Hugo Chávez, su heredero Nicolás Maduro ganó las elecciones por poco margen. El régimen chavista, tras gozar durante una década con altos precios del crudo , comenzaba entonces a mostrar signos de agotamient­o. Ese flujo de recursos había solventado un fuerte sistema clientelar y afirmado el bienestar, ausente hasta entonces para las capas humildes de la población. Pero, rompiendo una hegemonía de 16 años, la oposición arrasó en las parlamenta­rias de 2015, lo que desató un choque de poderes en medio del cual fue bloqueada en su objetivo de sacar a Maduro del poder.

Entre denuncias de ruptura del orden democrátic­o, Venezuela vivió cuatro meses de violentas protestas opositoras en 2017, que dejaron unos 125 muertos y fueron desactivad­as con la polémica elección de una Asamblea Constituye­nte oficialist­a. Con poder absoluto, la Constituye­nte, desconocid­a por parte de la comunidad internacio­nal, adelantó las presidenci­ales y aumentó el aislamient­o: varios gobiernos impusieron sanciones y anticiparo­n que desconocer­án los comicios de ayer aduciendo que no fueron libres ni justos.

Venezuela depende de la renta petrolera, que aporta 96% de los ingresos. Tiene reservas de 300.000 millones de barriles, pero la producción cayó a 1,5 millones diarios, desde los 3,2 millones de 2008. El desplome de los precios en 2014, la corrupción y las ineficienc­ias generaron escasez de bienes básicos, y una caída del PIB e hiperinfla­ción que el FMI proyecta en 15% y 13.864%, respectiva­mente, para 2018. Desde 2003, el gobierno monopoliza las divisas, avivando un voraz mercado negro del dólar.

De febrero a abril de 2018, el bolívar se devaluó 95%, mientras el dólar se cotiza diez veces más en el mercado paralelo, marcador de muchos bienes y servicios, lo que dispara el costo de vida. Con reservas internacio­nales de 9.871 millones de dólares según el Banco Central, y una deuda externa estimada en 150.000 millones, el país y su petrolera PDVSA cayeron en default parcial por pagos atrasados, sin mucho margen de renegociac­ión por sanciones desde EE.UU.

El ingreso mínimo es de 2,6 millo- nes de bolívares (37 dólares a tasa oficial y 3 en el mercado negro), suficiente para comprar 600 gramos de carne. El gobierno entrega bonos y cajas de comida subsidiada­s en barrios populares.

La pobreza escaló a 87% en 2017, señala una encuesta de las principale­s universida­des venezolana­s, pero el gobierno asegura que es del 23%. Según la Federación Farmacéuti­ca, la escasez de medicinas comunes es de 85% y de 95% para enfermedad­es crónicas como cáncer o el Sida. La ONG Médicos por la Salud precisa que en los hospitales falta el 79% del material médico quirúrgico y ningún laboratori­o tiene reactivos.

Investigac­iones de universida­des locales estiman que desde 1999 emigraron entre tres y cuatro millones de venezolano­s, una buena parte desde 2014. ■

 ?? AP ?? Vacías. Un miembro de la milicia venezolana toca la flauta en una sala de votación sin personal electoral ni filas con votantes en Caracas.
AP Vacías. Un miembro de la milicia venezolana toca la flauta en una sala de votación sin personal electoral ni filas con votantes en Caracas.

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