Cayó el acusado de violar y matar a la odontóloga
Está acusado de haber violado y asesinado a una odontóloga en Alta Gracia. El sospechoso es un albañil de 25 años. Lo detuvieron cuando viajaba en un taxi por la capital cordobesa.
Lo denunció su propia mujer. Es un albañil, paciente de la víctima.
Fue la esposa de Héctor Abel Gómez (25) la que avisó a la Policía que su marido podía estar implicado en el crimen de la odontóloga Silvia Maddalena (38). Las sospechas de la mujer comenzaron cuando encontró objetos ajenos en su casa y terminaron de cobrar forma cuando descubrió que su pareja tenía rasguños en su cara. Entonces fue directamente a denunciarlo.
Gómez cayó ayer al mediodía en Córdoba capital, a 45 kilómetros de Alta Gracia, la ciudad en la que mataron a Silvia el viernes y donde él también vivía. Ya tenía un pedido de captura en su contra cuando viajaba en un taxi y al ver un control policial en la esquina de Porto y Mariño y La Rioja, decidió bajar y escapar corriendo. Los policías advirtieron el movimiento y lo siguieron hasta detenerlo. Allí comprobaron que se trataba del principal sospechoso por el asesinato dela odontóloga.
“Gómez iba en un taxi por la Ciudad de Córdoba cuando vio un control policial, hizo parar el coche y quiso huir corriendo, pero fue detenido”, dijo un investigador del caso a Clarín.
Al sospechoso lo buscaban desde la madrugada, luego de que su esposa encontrara ropa de mujer mancha- da con sangre, una notebook y le viera arañazos en su cara. Con esos indicios fue a la comisaría de Alta Gracia para denunciarlo. Los investigadores determinaron que del consultorio de la víctima, ubicado en avenida Del Libertador al 1000, faltaba una computadora similar a la que encontró la esposa del acusado.
“Fue muy duro su testimonio, como el de los otros familiares del sospechoso que colaboraron con el caso. Moralmente, es loable lo que han hecho”, resaltaron las fuentes consultadas. La declaración comenzó el miércoles a la medianoche y culminó ayer a la mañana, cerca de las 6.
Cuando fueron a buscarlo a la casa, Gómez ya se había ido. Entonces, el fiscal Alejandro Peralta Ottonello ordenó el pedido de captura. Durante la mañana de ayer se viralizaron por las redes fotos del sospechoso y hasta un currículum con sus datos. Gómez es albañil y trabaja para una empresa constructora. Lo acusan de “abuso sexual con acceso carnal agravado y robo” y quedó alojado en la cárcel de Bouwer.
Según confirmaron fuentes policiales a Clarín, los agentes que lo identificaron en la comisaría a la que fue trasladado le notaron heridas similares a rasguños en el pómulo derecho y en la zona de las cejas. No obstante, el fiscal está a la espera del informe médico de la Policía Judicial.
A esas pruebas se sumarán las muestras de cabello e hisopado bucal para extraer el ADN y cotejarlas con las que se recolectaron en el con- sultorio de Silvia, donde ocurrió el robo, la violación y el asesinato.
Lo que tratan de reconstruir ahora los investigadores es cómo el asesino abordó a la víctima. Todos coinciden en que la odontóloga “era muy cuidadosa” de las medidas de seguridad y no le abría la puerta a cualquiera. Por eso, una de las hipótesis apuntaba a alguien que ella conociera de antemano.
En esa línea, los investigadores le extrajeron el lunes el ADN a un sospechoso de haberla acosado por las redes sociales y hasta en persona el año pasado. Según pudo saber Clarín, Silvia tenía miedo por esa situación y se la había comentado a sus allegados. Pero por el momento no hay indicios que indiquen que ese sospechoso haya estado vinculado al crimen. El joven fue demorado pero está en libertad hasta que se conozcan los resultados de los análisis.
El crimen fue cometido el viernes pasado, luego de que la odontóloga atendiera a su última paciente, una mujer que había ido con su mamá. En ese momento, Silvia tomó su celular y comenzó a responder mensajes y llamados que había recibido.
A una de sus amigas le envió un chat en el que le avisó que iba a salir de su consultorio a buscar algo a su auto, un Fiat rojo, según pudo saber Clarín. Esa fue la última señal de vida que dio la profesional. Por eso, los investigadores creen que Gómez podría haber aprovechado ese momento para atacarla.
Allegados a la víctima aseguraron a
En la casa del detenido había ropa de mujer y una notebook como la que tenía la víctima.
Clarín que el sospechoso había trabajado como vigilador en la cuadra donde la odontóloga tenía su consultorio y que no descartan que el viernes se haya presentado a última hora, alegando tener una “urgencia” dental. Así, habría conseguido que Silvia le permitiera ingresar. Para confirmar esa hipótesis, los investigadores buscaron pistas ayer en la cámara de seguridad que la mujer la tenía conectadas a su teléfono.
El homicidio fue descubierto por el papá de la víctima, que vive y tra- baja en la parte de atrás del terreno donde está el centro odontológico. La noche del viernes llegó a su casa y vio que el auto de su hija estaba aún estacionado y que en el consultorio había luz. Pensó que aún seguía trabajando. Luego descubrió que la puerta estaba abierta y que el cuerpo de su hija, semidesnudo, yacía sobre el piso del consultorio donde atendía a sus pacientes. Estaba todo revuelto: ella se había defendido del ataque.
“Llora y dice que le mataron la hija, nada más”, contaría luego una vecina muy cercana a la familia sobre el papá de Silvia. La mamá de la dentista estaba de viaje por España y no bien se enteró, regresó al país.