Fastidio de intendentes de Cambiemos por los recortes
Elisa Carrió fue la primera en vocear críticas y ultimátum. Con tarifas, se animó el radical Alfredo Cornejo. El último en rebelarse fue Emilio Monzó que se "despidió" por los diarios y fue reincorporado a la "mesa chica".
En la novela del "fuego amigo" de Cambiemos, ahora es el turno de los intendentes bonaerenses. El "fastidio", según la palabra que repiten a Clarín, se concentra en el Conurbano, donde gobiernan figuras históricas del PRO.
La queja es múltiple y apunta a la Casa Rosada -casi personalizada en Marcos Peña- aunque las esquirlas también le pegan a María Eugenia Vidal. Los alcaldes protestan contra modos que vienen de hace tiempo pero al cambiar el clima político, lo hacen trascender. "Somos los que ponemos la cara ante los vecinos, pero nos enteramos de las decisiones por los diarios", reprocha un alcalde.
El dato concreto son las obras. El ajuste que ordenó Mauricio Macri implicará un recorte de 7.800 millones de pesos en infraestructura para la provincia.
Las obras fueron el mérito de los intendentes y están en riesgo. Hubo anuncios que no se harán, por ejemplo, para ampliar cloacas. "A los peronistas dialoguistas les dan más que a nosotros", dice un intendente que asume que el PJ negocia obras y fondos a cambio de leyes en la Legislatura.
Claro que, hasta acá, la decisión es no ponerle nombre y apellido al fastidio. "Es para ayudar", dicen y explican que como son "ultraoficialistas" no pueden criticar en público. En La Plata se mostraron sorprendidos ante la consulta de Clarín. "Hay diálogo permanente y son la prioridad", dice una fuente vidalista. En Casa Rosada, admiten que las obras están retrasadas pero siguen en pie.