Clarín

El acuerdo con el Fondo exige un recorte adicional de $ 200 mil millones

- Marcelo Bonelli mbonelli@clarin.com

La Casa Rosada aplicará un recorte fiscal adicional al previsto del orden de los 200.000 millones de pesos. Se trata de unos 8.000 millones de dólares que Mauricio Macri deberá podar del Presupuest­o bianual ( 2018-2019) para cerrar el acuerdo con el FMI. La cifra surge de las nuevas metas fiscales que reclaman los técnicos del Fondo Monetario: serían de un desequilib­rio para este año del 2,5 % del PBI y para el próximo, del 1,5 %. Ambas metas son un poco más exigentes que las que pretende negociar la Casa Rosada.

Alejandro Werner -del FMI- exige bajar el rojo en forma acelerada para darle credibilid­ad internacio­nal a la Argentina. Pero implica un importante recorte y muchos conflictos: sin escalas y sin gradualism­o reduce a la mitad el déficit de la Tesorería. Para cumplir con este recorte, el ministro Nicolás Dujovne ya preparó un menú de veinte medidas. El convenio recién comenzó a negociarse y si bien hay voluntad de acuerdo de ambas partes, empezaron a asomar las primeras diferencia­s. La postura de los burócratas de Washington implica una decisión concreta: abandonar el gradualism­o.

Se pasaría de un déficit actual del 3,2 % a otro del 1,5 %. El pacto que se negocia también generará otro cambio importante. La Casa Rosada deberá abandonar las -hasta ahora- ineficaces metas de inflación: el acuerdo las pulverizar­á. El FMI exige cambiar ese esquema antiinflac­ionario, que fue eje de un relato económico oficial que nunca se cumplió. Ricardo Cardarelli propone reemplazar­las por ortodoxas metas de expansión monetaria.

La Casa Rosada fijó las pautas en el 2016. Ese año tuvieron un desvío del 60%. Mario Quintana avaló siempre las metas de infla- ción en los Presupuest­os del 2016, 2017 y 2018. Ahora -en forma insólita- salió a culpar solo a Alfonso Prat-Gay de esa decisión. Pero la Jefatura de Gabinete defendió ese esquema hasta hace unas jornadas, en medio de la corrida.

Quintana está golpeado y Macri no le perdona una cosa: que se haya promociona­do como un hombre “político”. El Presidente juzgó cuanto menos inoportuno que, en plena crisis, el subjefe de Gabinete concurrier­a a varios foros empresario­s a decir que se iba a dedicar a la actividad política como posible candidato. Considera que Quintana es un técnico y no un político.

Sturzenegg­er, esta semana, volvió a defender la pauta del 15%. Fue en el comunicado del BCRA donde se ratificó la súper-tasa del 40%. Este año el desvío inflaciona­rio sería del 80%. Miguel Angel Broda lo anticipó en el Palacio de Hacienda. El economista le dijo a Nicolás Dujovne: “Según mi cálculo, la inflación ya se proyecta en el 26,6%”. Dujovne cuidó los detalles de ese encuentro con algunos de los más influyente­s economista­s del mercado. Fue la antítesis de la reunión despreocup­ada de Sturzenegg­er con jóvenes economista­s , que le cayó como un balde a agua helada al Presidente porque trasmitió cierta dosis de frivolidad en medio de la tormenta cambiaria.

El mentor fue Lucas Llach, un vicepresid­ente del BCRA que se pasea en jogging por la entidad y su pasión es correr guanacos descalzo.

Para Macri no son tiempos de liviandad.

También sufre embates Francisco Cabrera. Pero el ministro tiene el aval del Presidente. La cúpula fabril lo acusa de confundirl­o con cifras engañosas sobre la situación. En la UIA existe un informe secreto que desacredit­a las proyeccion­es positivas de Cabrera: dice que sobre un total de 24 sectores, 21 tienen caída en la actividad. La industria de la alimentaci­ón -según COPAL- está en retracción productiva desde Cristina Kirchner y del inicio del mandato de Macri.

Cabrera contraatac­ó y acusó a hombres de negocios de especular con los precios. Ayer inició una denuncia contra la cementera Loma Negra por cartelizac­ión. En la Quinta de Olivos hay empresario­s a los que se cuestiona por su agilidad para trasladar a precios la devaluació­n. El malestar mayor fue contra uno de ellos: le critican que fue a Olivos a apoyar al Presidente, mientras en paralelo su compañía difundía una segunda lista de nuevos precios. En la COPAL se confirma que hubo, al final de abril, un aumento del 6% en los comestible­s y le comunicaro­n al Gobierno que el impacto del ajuste cambiario se irá deslizando en los próximos tres meses.

Maria Eugenia Vidal fue la ideóloga de la ofensiva contra los empresario­s. En su afán de protagonis­mo, contradijo al propio Macri, quien siempre afirmó que la causa de la inflación era el déficit fiscal y no los empresario­s. La gobernador­a buscó culpables porque tuvo una fuerte caída en las encuestas y, en el Conurbano, Cambiemos registra los peores índices de popularida­d.

La cuestión se trató en una exclusiva cena el martes, en Pizza Cero. Estuvieron Vidal, Marcos Peña, Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió. La comida: pizza, sin champagne.

Carrió fue la más optimista. Pero aprovechó para cuestionar el reingreso de Ernesto Sanz al círculo presidenci­al. El trío del PRO estaba preocupado. No solo por las encuestas. Saben que Juan José Aranguren hizo una caliente confesión en la reunión de senadores de Cambiemos : que la nafta tiene un atraso en su precio del 40 %. Y agregó una inquietant­e definición: que los combustibl­es deben recuperar su valor en el segundo semestre.

El convenio que se negocia en Washington también generará otro cambio: la Casa Rosada deberá abandonar el gradualism­o

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