UNA REUNIÓN REU CUMBRE
El músico convocó a colegas para grabar temas de La Pesada, y de paso darle una mano a Alejandro Medina.
Billy Bond Bon juntó a estrellas, como comoD Dante Spinetta, para grabar temas t de La pesada del Roc Rock and Roll.
Entrar a los estudios ION es como meterse en un túnel del tiempo de la historia de la música popular argentina. De 1956 a los días que corren, pasaron por allí referencias ineludibles de nuestro lenguaje musical. El Polaco Goyeneche, Ariel Ramírez, Aníbal Troilo, Atilio Stampone, Luis Alberto Spinetta, Pappo y, como si eso fuera poco, algunos importados como Vinicius de Moraes, para botón de muestra.
Varios de ellos, inmortalizados en los cuadros que acompañan el trayecto que va desde la puerta de calle hasta la cabina de mando donde Osvaldo Acedo mete mano a la consola, son a las 18.30 de este miércoles 23 de mayo testigos de otro viaje, que transcurre en tiempo pasado y presente al mismo tiempo.
Acá nomás, Dante Spinetta, que en un rato va a estar prendiendo fuego su guitarra en un solo que quedará en la nueva versión de Loco (no te sobra una moneda), se entrelaza en charla con Gillespi y alguien más que anda por ahí.
Más allá, el ex Pescado Rabioso y Pappo's Blues Black Amaya se trenza en un ida y vuelta con el ex Aquelarre Héctor Starc sobre tiempos idos y sus aventuras y desventuras tocando para Pipo Pescador y unas tales Media negras, con relatos que merecen un anecdotario aparte.
Mientras, bien cerquita, Marilina Bertoldi y Barbi Recanati se cruzan con Hugo Fattoruso y el Negro Rada, que acaba de grabar sus parches en Concientemente todo todo lo podrás lograr. “Es muy flashero”, comenta Bertoldi, y completa. “Recién entró Fito (Páez) y vino a saludar, ‘hola qué tal’, así nomás, y se fue para allá”.
Por entremedio de la pequeña multitud, ampliada por técnicos, un par de camarógrafos y fotógrafos que registran cada escena, emerge el “legendario” Billy Bond, anfitrión del encuentro que tomó forma en su cabeza con la recuperación de los masters de La pesada del Rock and Roll. “Pensamos en grabar dos temas, como adelanto de la reedición de los discos; pero cuando vi que es tanta gente, sumamos dos más”, cuenta.
Pero el plan no se queda ahí, sino que tiene también una pata solidaria orientada a darle una mano al ex ba- jista de Manal, Alejandro Medina, quien atraviesa un largo proceso de recuperación tras un trasplante de hígado que se le realizó el 25 de diciembre. “Grabamos Gracias al cielo, que es de Alejandro, así las regalías son para él”, dice el creador de La pesada. Y si a eso se le suma que el bajista también firmó Concientemente..., la mano es doble.
Los otros dos temas son Para qué nos sirven, de Pappo, donde Fattoruso cuenta que también sumó su piano, y Loco, que ahora suena por enésima vez en la cabina de Acedo, mientras El Dante dibuja “el” solo ideal. “¿Está bien?”, pregunta. La respuesta de Bond es terminante. “Ahora la cagaste. No sé cuál de los dos elegir. ¡Andate!”, exclama ‘Bondo’ con una sonrisa de oreja a oreja, y el abrazo entre los dos es eterno. “Gracias por esto”, se lo escucha decir al hijo de Luis Alberto.
Mientras, en la sala mayor, atril y micrófono son apropiados por Fito Páez. Antes de acomodarse para grabar su voz en Loco. “¿Viste el documental del 'Fato'?”, le pregunta desde ahí al Negro Rada, que se hace el desentendido y bromea con que su hija no quiere cantar más con él. “Dice que 20 dólares por función es poco”, dispara el Negro, y hay clima de fiesta.
“Esta letra está mal”, suelta Páez y corrige sobre el atril. Son un par de minutos, y el rosarino desgarra su voz: “Esta noche toca Charly, no me lo puedo perder...” “Charly es el primer tipo que usó la palabra ‘joint’ en una canción”, dice. Y se pasa al teclado para agregar cuerdas y un clavinet a las bases que dejaron registradas Juanito Moro y los integrantes de Las bodas químicas.
En la cabina, Acedo mutea canales, corta y vuelve a empezar. Del otro lado del vidrio, Billy hace de director de orquesta y marca el final. “Billy es el productor; si a él le gusta, ya está", dice Fito. Y ya está.
Pero aún falta algo. De pronto, el estudio se llena de gente, los instrumentos de percusión se multiplican, Fattoruso se pone al frente con el acordeón, y se convierte en el escenario de una especie de “happening”, al que se suman entre otros Daniel Melingo y Fernando Noy, para los coros de Gracias al cielo, que marcan la transición del trabajo al festejo.
¿Y la sesión? Para la sesión habrá nuevos encuentros, jueves, viernes, sábado... Todavía faltan Charly García, Andrés Calamaro, que mandará algo desde Madrid, y vaya uno a saber quiénes más. En ese punto, la única verdad la tiene Billy Bond. Y si todo va como lo planea Pelo Aprile, en unas dos o tres semanas estará a disposición de todos. Habrá que estar atentos. ■