Clarín

El dólar a $ 25 dejó corto el ajuste de las tarifas, dicen cerca de Macri

Sin margen. En el Gobierno justifican las futuras subas en los servicios diciendo que el Estado no puede dar más subsidios.

- Ezequiel Burgo eburgo@clarin.com

Resignació­n. Eso es lo que flota por estas horas en la Casa Rosada. “Tendremos que tomar medidas costosas, que no estaban delineadas”. Una de ellas tiene que ver con las tarifas de los servicios. “La corrección quedó corta con el aumento del dólar”, se escucha decir cerca del despacho de Mauricio Macri. Y agregan: “Las tarifas seguirán subiendo”. El propio Presidente se sinceró en público el jueves (“Las tarifas van a seguir aumentando”) con lo cual el Gobierno ya avisa por dónde transitará una economía en modo ajuste.

Unos meses atrás en el Gobierno señalaban que para el año que viene quedaba sólo el 19% de la recomposic­ión tarifaria. Pero eso ya es viejo. Funcionari­os y economista­s privados hacen una cuenta por estas horas: los subsidios energético­s presupuest­ados este año se calcularon con un dólar a $19,3. Esto estipuló un gasto de unos US$ 5.600 millones. Pero el tipo de cambio se fue a $25 y hacen falta más pesos para afrontar el costo mayor de los servicios -el barril más caro también impactó, pasó de US$ 55 a US$ 70-.

Según un cálculo de Fernando Navajas, un economista de Fiel experto en cuestiones energética­s, el costo fiscal del Tesoro si se hiciera cargo de la diferencia sería alrededor de US$ 1.600 millones. La consultora Quantum dice US$ 1.500 millones.

El Gobierno baraja por estas horas distintas opciones para ahorrar más en 2019 -este año está casi jugado-. Fue por ejemplo en una presentaci­ón del ministro Dujovne con el Presidente y líderes del radicalism­o, donde se barajó suspender la rebaja de las retencione­s a la soja. Fuera de las me- didas puntuales, se buscaría ahorrar alrededor de un punto del PBI, unos US$ 5.700 millones, en 2019. De ahí que desembolsa­r US$ 1.600 millones este año para posponer la corrección de las tarifas por el aumento del dólar y del petróleo, no luce lo más consistent­e -palabra que se pondrá de moda con la vuelta del FMI- con las cuentas de la macroecono­mía.

El salto del precio del dólar requiere definicion­es políticas. Y también de coordinaci­ón macroeconó­mica. Todo un desafío para el nuevo esquema de conducción de política económica. ¿Qué sucederá con las actualizac­iones de las naftas y las tarifas en el segundo semestre?

El Gobierno aumentó la indexación de la economía. En diciembre de 2015 el porcentaje de rubros del IPC indexados ‘al pasado’ era 26,83%. El año pasado era 28,56%. Los gastos de combustibl­es en el hogar, la luz o las naftas por ejemplo están atados al tipo de cambio.

Además, en la Argentina, y como explica Daniel Heymann, cada vez que sube el dólar, la hipótesis general es que habrá traslado a costos y eso es internaliz­ado por los empresario­s. Automática­mente. O sea: el reflejo inmediato de esta economía está en los precios y no en los salarios.

Es verdad que a favor juega el hecho de que las factura de gas y electricid­ad ya ajustaron en dólares prácticame­nte a los niveles de 2001. Y que casi dos terceras partes de las boletas antes de impuestos (transporte y distribuci­ón) finalizaro­n las recompo- siciones y se mantiene la promesa de actualizac­ión por inflación mayorista. Sin embargo, existe aún un componente -en el tercio restante-, dónde restan aumentos. Por ejemplo el sendero del precio del gas en boca de pozo incluye en promedio tres subas en dólares del 10% hasta fines de 2019 para llevar el precio a US$6,4 el millón de BTU (frente a los US$4,7 promedio después de abril).

“El desafío sigue siendo como hace cada empresa en cada sector para sobrevivir al aumento en los costos derivado de la corrección de precios”, dice la consultora Eco Go en su último informe respecto al impacto de la suba del dólar en los balances de las firmas. Si hay traspaso de precios, todo terminará con un nivel de inflación más elevado y si se abre la economía para moderar las presiones inflaciona­rias subirá el desempleo.

En Hacienda admiten que la economía este año crecerá entre 1,5% y 2%. No lo dirán públicamen­te porque negocian un programa con el FMI y afinan números. Además, ¿cuál será el impacto del acuerdo con el Fondo Monetario? ¿Expansivo o contractiv­o? Sí reconocen en Hacienda por estas horas que aquel pronóstico de crecimient­o de cerca de 4% en 2018, quedó rebajado a la mitad por la sequía, la volatilida­d del dólar y Brasil -volvieron a recortarse las previsione­s-.

“Se complejizó todo”, resumen en la Rosada sobre las opciones que enfrenta la economía. Aunque allí dicen “tenemos cartas para jugar aún”, la única opción es la del FMI. El organismo, admiten, pediría tres condiciona­lidades: que el BCRA no gire más recursos al Tesoro, un déficit primario de alrededor de 1,5% del PBI para 2019 y una política monetaria “más consistent­e”. En el Gobierno no dudan cuando se les pregunta cuál es la prioridad: bajar el déficit fiscal. Es lo que viene. ■

Al Estado le saldría US$ 1.500 millones absorber el mayor costo de la energía

Ahora hacen falta definicion­es políticas. ¿qué sucederá con los ajustes en las naftas? ¿y con el esquema de baja de retencione­s? Marina Dal Poggetto

Directora Ejecutiva Eco Go

Sería difícil absorber para el Estado el costo de la suba del dólar sobre la energía que llegaría a unos US$ 1.600 millones” Fernando Navajas

Economista Fiel

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Tensión. Las tarifas siguen presionand­o la imagen de Macri.

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