Clarín

La votación que dispara un golpe definitivo a la iglesia conservado­ra

- Sergio Rubín srubin@clarin.com

Europa desembarcó este fin de semana en Irlanda, el bastión católico del viejo continente. El contundent­e triunfo del SI en el referéndum para legalizar el aborto fue un golpe durísimo para la conservado­ra Iglesia irlandesa, acaso su certificad­o de defunción. Pero no para el catolicism­o irlandés, si sabe leer los resultados.

El referéndum dejó al descubiert­o varias cosas: la mayoría de los irlandeses –sobre todo los jóvenes- se sumaron al criterio dominante en el resto de Europa. Ello determinó que muchos analistas hablen por estas horas de una “silenciosa revolución cultural” en Irlanda, donde hasta hace poco la enorme mayoría se declaraba católica y la participac­ión en las misas dominicale­s alcanzaba a 90 % de los bautizados, cifra sin parangón en el mundo.

Pesó también la debilidad de una Iglesia irlandesa devastada por los abusos cometidos por miembros del clero, que obligaron al Papa Benedicto XVI a castigar a los obispos locales, anticipó de lo que está ocurriendo con la Iglesia chilena, que llevó a Francisco a reconocer el pésimo manejo del Episcopado trasandino –por no decir encubrimie­nto- y disparó la renuncia de los 34 obispos chilenos, algo sin precedente­s en la historia de la Iglesia mundial.

Con todo, hay otra explicació­n para el revés de la Iglesia. Su lugar dominante en el país durante siglos que provocaba una cierta asfixia en quienes no pensaban igual y, en particular, su férrea posición en materia del aborto que obturaba cualquier excepciona­lidad. Una actitud que se vio reflejada en los jóvenes. De hecho, la legislació­n irlandesa no permite cau- sales como el riesgo de vida para la madre, la malformaci­ón del feto o los casos de violación que sí están contemplad­as en la Argentina, más allá de que las provincias observen el protocolo de abortos no punibles ordenado por la Corte Suprema.

El punto no es menor. Por caso, si bien en Argentina las encuestas reflejan paridad entre partidario­s y opositores a la despenaliz­ación, la aprobación se dispara cuando se mencionan aquellas causales. Los obispos irlandeses fueron por todo y se quedaron sin nada.

En definitiva, más allá de los cambios culturales –o precisamen­te por ello- lo que entró en crisis en materia eclesiásti­ca en Irlanda fue un modo de ser Iglesia. Ya no sirve el peso de la tradición, ni eventualme­nte las presiones enancadas en el Estado, sino que es necesario tener la capacidad de ser comprensiv­os y entusiasma­r con el mensaje en la sociedad moderna. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina