Clarín

Los “peatones tecnológic­os”, un problema que crece en las calles

La cantidad de gente que cruza sin mirar por estar pendiente del teléfono aumentó en los últimos años.

- Pablo Novillo pnovillo@clarin.com

La influencia de los celulares en la vida cotidiana tuvo derivacion­es que hasta hace años no sólo eran impensadas sino que hasta podían sonar a delirio. El Gobierno porteño tuvo que empezar a probar un sistema de semáforos instalados en el piso, para la gente que va con la vista baja porque camina mirando la pantalla del celular. Esta decisión, que por supuesto implica que el Estado deba destinar dinero a ese fin, podía sonar absurda tiempo atrás. Pero hoy se justifica por el crecimient­o exponencia­l de lo que se conoce como “peatones tecnológic­os”: la gente que cruza las calles sin prestar atención, distraída por su móvil.

De por sí, los peatones son el eslabón más débil en el tránsito. Según datos oficiales, representa­n un 33% del total de muertos en siniestros viales.

Pero a la mala costumbre de cruzar en rojo o por el medio de la cuadra, en los últimos años se le sumó la tecnología. Según un estudio que realizó el año pasado el Observator­io Vial Latinoamer­icano (OVILAM), hay un notable crecimient­o en la cantidad de peatones tecnológic­os: “En observacio­nes que hicimos en 2014 representa­ban el 10,5% del total de peatones, en 2015 fueron el 13,8%, en 2016 16,6% y el año pasado ya llegaron al 18,2%”, explicó Fabián Pons, presidente de esa ONG.

Así, Buenos Aires se encontró con la necesidad de empezar a probar los semáforos horizontal­es en el piso. De hecho, la Legislatur­a porteña tuvo que aprobar una ley para permitirle al Ejecutivo testear esa tecnología, que no estaba incluida en la normativa de tránsito local. Fue una iniciativa del diputado Marcelo Guouman, del bloque Suma+.

El primer semáforo fue instalado en junio del año pasado en la esquina de Libertador y Ramos Mejía, una de las más peligrosas de la Ciudad porque está en pleno centro de trasbordo de Retiro, donde se mezclan peatones con colectivos y autos. Dos me- ses después, pusieron otro en Santa Fe y Godoy Cruz, cerca de otro lugar sumamente transitado como es la zona de Puente Pacífico. Por ahora, en la Secretaría de Transporte porteña no tienen definidas otras ubicacione­s.

¿Cómo funciona? Son tiras de luces LED que están sincroniza­das con el semáforo común. Cuando la luz está por cambiar, las lámparas situadas en el centro de la calzada titilan y luego pasan de verde a rojo o viceversa.

Por ahora, son pocas las ciudades que están probando estos dispositiv­os. Uno fue instalado en una esquina céntrica de Rosario, por ejemplo. En Seúl, Tokyo y Berlín también hay, al igual que en Ausburg, Alemania, y en Bodegraven-Reeuwijk, Holanda, que estuvieron entre las primeras.

De acuerdo al estudio de OVILAM, los peatones que cruzan hablando por el celular tardan en promedio dos segundos más que el resto en llegar a la otra vereda. Si está escribien- do o leyendo un mensaje, la demora es aún mayor. “Un peatón que observa su celular durante 10 segundos caminará unos 20 metros sin prestar atención a su entorno”, advirtió Pons.

El celular es apenas una de los problemas. Otro informe de la misma organizaci­ón, que se hizo en 2016 en base a la observació­n de más de 1.500 personas, mostró que el 51,6% de los peatones cruza distraído, porque usan el teléfono o porque están escuchando música con auriculare­s o conversand­o con otra persona.

Además, el 31% de la gente espera el semáforo en la calzada y no en la vereda, el 18,8% cruza en rojo y el 17,9% lo hace por cualquier lugar de la cuadra.

El celular no sólo puede provocar siniestros viales sino tropezones, caída, choques con otras personas. Ya en 2010, en una nota publicada por este diario, el SAME advertía sobre la gran cantidad de peatones que atendían por accidentes que se habían producido por distraccio­nes.

El año pasado, Honolulu, la capital Hawai, en EEUU, comenzó a multar con entre 15 y 35 dólares a los peatones que crucen manipuland­o un celular. Buenos Aires ya tuvo que empezar con los semáforos: ¿llegará también a ese punto? ■

La Ciudad tuvo que instalar semáforos en el piso. Hay dos a prueba, en Retiro y Palermo.

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GERMÁN GARCÍA ADRASTI Luces LED. Están conectadas al semáforo común. Instalaron las primeras en Libertador y Ramos Mejía, en Retiro.

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