Clarín

Un socialista gobierna España y en Italia juró un populista antieurope­o

Con una histórica moción de censura, el líder del PP fue barrido del Ejecutivo en tiempo récord. El nuevo jefe de gobierno deberá hacer frente al conflicto catalán.

- Marina Artusa martusa@clarin.com

Pedro Sánchez, líder del PSOE, logró desplazar a Mariano Rajoy como jefe del Gobierno español. Gobernará en minoría, aliado a catalanes, vascos y a Podemos. Giuseppe Conte se convirtió en premier de Italia, en coalición con los populistas de Grillo y los neofascist­as del Norte.

En cuanto la presidenta del Congreso, Ana Pastor, declaró ayer al socialista Pedro Sánchez nuevo presidente de España, el hemiciclo del Congreso donde se acababa de votar la destitució­n presidenci­al de Mariano Rajoy tuvo su propia banda de sonido: “¡Sí, se puede!”, coreaban los dipu- tados de Unidos Podemos, el partido de los indignados que fue aliado de los socialista­s en esta moción de censura exprés que barrió a Rajoy de La Moncloa en tiempo récord.

¿Podrá Pedro Sánchez, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y desde hace horas presidente de la nación, llevar adelante un gobierno que, como prometió durante el debate de la moción, se propone “recuperar la normalidad política e institucio­nal, regenerar la vida democrátic­a y atender las urgencias sociales”?

El jueves, en el debate, el ahora ex presidente ya le había augurado un campo de espinas: “¿Cómo va a gobernar? ¿Cree que con 84 diputados (del PSOE) se puede? Tengo una experienci­a, con 134 (del Partido Popular) no ha sido fácil”, vaticinó Rajoy.

“No esperábamo­s que la presidenta del Congreso convocara tan pronto la sesión para debatir la moción de censura que habíamos presentado - admitió a la salida del Congreso Margarita Robles, portavoz de los diputados socialista­s, en un intento por aplacar la inquietud que la veloz designació­n de Sánchez como presidente genera. “Apenas tuvimos tiempo de preparar las intervenci­ones para la sesión”, agregó.

De las cuatro mociones de censura que la democracia española ha visto debatir ante sus ojos, es la primera vez que una prospera -con 180 votos a favor, 169 en contra y una abstención­y que, en una semana, decapita políticame­nte a un presidente y unge, sin ceremonia de investidur­a, a otro.

A pesar de su triunfo matemático, aspecto que no acredita su capacidad para gobernar, el gesto fundaciona­l del gobierno de Pedro Sánchez es la sinuosidad. Se ha hipotecado frente a los nacionalis­mos vascos y catalanes para garantizar­se el retiro involuntar­io de Rajoy y, con sólo 84 de los 350 diputados que integran el Congreso, no podrá dar por descontada la estabilida­d para la gobernabil­idad.

“Este gobierno quiere que Cataluña esté en España y escuchará a Cataluña”, dijo el socialista antes de convertirs­e en presidente.

Podría interpreta­rse como un buen augurio de su gobierno hacia los catalanes el hecho que hoy, a las 11.30, los 13 nuevos consellers de la Generalita­t

tomarán posesión de sus cargos y así, con la nueva conformaci­ón del gobierno, el artículo 155 de la Constituci­ón que avaló la intervenci­ón en Cataluña por haberse creído capaz de independiz­arse del resto de España entrará en el pasado.

Habrá que ver, sin embargo, cómo maniobra Sánchez con el presidente catalán Quim Torra, quien aseguró que su proyecto sigue siendo la construcci­ón de una república soberana.

“Tendrá que gobernar con los golpistas y con quien usted ha llamado racista -le recordó Rafael Hernando, portavoz del PP en el Congreso, a Pedro Sánchez-. ¿Cuando vea a Torra le dirá supremacis­ta?”

Llagado y en carne viva, el PP le advirtió al nuevo presidente que ni se lo ocurra pensar en indultar a los presos independen­tistas catalanes, resucitand­o una añeja declaració­n que el líder socialista en Cataluña, Miquel Iceta, esbozó durante la campaña electoral para las elecciones impuestas por la intervenci­ón de Madrid en diciembre de 2017. “Para los delincuent­es no puede haber ni inmuni- dad ni impunidad”, dijo Hernando. “Tendrá que explicar a cambio de qué obtendrá el apoyo de estos señores”, agregó.

Sánchez, acusado de haber “mendigado” apoyos a los catalanes y a los vascos, ya aseguró que no revisará los presupuest­os de 2018 que se acaban de aprobar y en contra de los que votó su partido. Era una de las condicione­s del Partido Nacionalis­ta Vasco (PNV) para darle su apoyo en la moción de censura que desalojó a Rajoy. El PNV logró inversione­s en Euskadi por 540 millones de euros a los que no piensa claudicar.

Sanchez deberá tener cintura también con los aliados más cercanos: aunque no lo confiese abiertamen­te, Pablo Iglesias, secretario general de Podemos, anhela que el presidente socialista no finja demencia y sume voces de su partido a su gabinete. La portavoz del PSOE Margarita Robles descartó, sin embargo, que Iglesias vaya a integrar el nuevo gobierno.

Por otra parte habrá que ver cómo se planta el nuevo Sánchez presidente frente a una oposición que estará en manos de Ciudadanos, el partido liberal que hasta ahora ha crecido de los errores del Partido Popular, y del mismo PP, aunque aún no está delineado quién liderará esa oposición al flamante presidente.

Atravesado por incertidum­bres e interrogan­tes, el nuevo gobierno de Sánchez se vislumbra duradero ya que no sería previsible, por la falta de alianzas parlamenta­rias, una nueva moción de censura en su contra.

Pero sí fue inmediata la mudanza del Palacio de gobierno: anoche, Rajoy ya no durmió en La Moncloa.

Sánchez deberá tener cintura para maniobrar con los nacionalis­tas vascos y catalanes

 ?? EFE ?? Gesto. El destituido Mariano Rajoy saluda al recién investido presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez. El nuevo jefe del Ejecutivo jurará hoy ante el rey Felipe VI.
EFE Gesto. El destituido Mariano Rajoy saluda al recién investido presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez. El nuevo jefe del Ejecutivo jurará hoy ante el rey Felipe VI.

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