J.R. Smith, el particular centro de las miradas en la final de la NBA
Golden State se llevó el partido tras un error de ese tirador rachero y que tuvo problemas con la Justicia.
Si la final de la NBA arrancó con la victoria de Golden State, el mejor equipo de estos tiempos, ante Cleveland, un rival claramente inferior pero que cuenta con LeBron James en tal vez el nivel más alto de su carrera, ¿por qué el foco no se puso en la paridad, en los 51 puntos de El Rey ni en el 124-114 final en suplementario?
Porque hubo un hombre que, por un error, se llevó todas las miradas: Earl Joseph Smith, más conocido como “J.R.”. El escolta y su insólita decisión de no tirar al aro cuando tomó un rebote ofensivo en el 107-107 y con menos de 5 segundos en el reloj se robaron las repercusiones del juego.
“Supongo que pensó que estaban ganando. Tuvimos suerte”. Steve Kerr, entrenador de los Warriors, reconoció que la fortuna le sonrió cuando Smith, ante la atónita mirada y los desesperados pedidos de LeBron, se quedó con la pelota en su po-
Creyó que el partido estaba terminado. Pensó que estábamos ganando por un punto. ¿Quién sabe si podría haber anotado? Era difícil, tenía poco espacio, alguien estaba marcándolo...”.
Tyronn Lue
Entrenador de Cleveland
Sabía que empatábamos. Pensé que pediríamos un tiempo muerto. Si hubiera creído que ganábamos, me habría quedado con la pelota para que me hicieran falta”.
der y dejó consumir el tiempo, lo que derivó en un suplementario que los de Oakland ganaron con facilidad.
“Tomó el rebote y podría haber tirado. Estar concentrado es parte del juego. Tenés que saber el resultado. Pero sí, es bueno tener suerte a veces”, se sinceró Draymond Green.
“Nunca culparía a J.R. No hago eso con mis jugadores ni con mis compañeros, así que no hay nada que decir", lo defendió LeBron, pese a la recriminación pública en el momento de la jugada. El Rey dio por terminada la rueda de prensa ante la insistencia.
Smith, que justificó su accionar asegurando que creía que iban a pedir tiempo muerto, negó no saber cómo iba el partido. ¿Quién es, al cabo, este jugador que se convirtió en tristemente célebre?
Desde 2004 juega en la NBA, a la que llegó sin pasar por la universidad, como LeBron, Kobe Bryant o Kevin Garnett. Lo eligió Nueva Orleans en la 18ª posición del draft, luego de romperla en el McDonald's All American Game, el Juego de las Estrellas para los graduados secundarios.
Gran tirador, aunque muy rachero, J.R. hizo una carrera decente, sin brillar. Es de esos jugadores que en una misma noche pueden ser amados u odiados en partes iguales. La volatilidad de su rendimiento quedó particularmente de manifiesto en la postemporada de 2007, con Denver.
Smith había jugado la mejor fase regular de su corta carrera, pero en la serie de playoffs ante San Antonio su nivel fue bajísimo y tuvo una de esas noches de decisiones erróneas: en el juego 4, con el equipo perdiendo 9389 y 25 segundos en el reloj, tiró un triple sin mucho sentido, que dilapidó las chances de los Nuggets.
Su entrenador, George Karl, que había diseñado una jugada para Allen Iverson o Carmelo Anthony, fue durísimo: “No sé de qué planeta vino eso. Me encanta que insulten la dignidad del juego delante de mí”.
Smith es parte del grueso grupo de basquetbolistas de la NBA que tuvo problemas con la Justicia: estuvo involucrado en accidentes automovilísticos, uno de los cuales terminó con un acompañante fallecido y por el que tuvo que cumplir una sentencia de trabajo comunitario. Además, le hicieron múltiples multas de tránsito, fue detenido por manejar sin una licencia válida y la NBA le impuso un castigo económico por subir a su Twitter fotos de una modelo. ■
J.R. Smith
Escolta de Cleveland