Los vecinos, indiferentes a un caso que creen cerrado
Gualeguaychú. Sólo los allegados a la víctima se acercaron a los tribunales. Y en la calle hubo desinterés por la audiencia.
Apenas siete personas se reunieron en la plaza principal de Gualeguaychú, justo frente a los Tribunales donde se define el futuro de Nahir Galarza. Con carteles de “Ni uno menos” y pancartas que rezaban “Justicia por Fernando” ese puñado de amigos de la familia Pastorizzo fueron los únicos que se acercaron. Esa postal resume lo que muestra la ciudad frente a este caso: indiferencia. Para los vecinos, lo que ocurrió el pasado 29 de diciembre ya está definido y creen que la joven es culpable y que terminará presa.
“Me acuerdo que cuando pasó no se hablaba de otra cosa, fue un caso que conmovió porque eran dos chicos jóvenes de familias conocidas, con amigos y un futuro por delante. Pero con el correr del tiempo se aclaró todo y acá ya sabemos el final, no hay sorpresas”, describe el mozo de un restaurante frente a la costanera.
Lo que dice este trabajador se repite en las voces de decenas de vecinos que opinan lo mismo. Lo dicen los taxistas, canillitas, kiosqueros y almaceneros: “No hay mucho más para discutir”, repiten. “Si me decís que todavía no se sabe quién fue o que esa persona está prófuga, podríamos estar más atentos al caso, pero pasaron varios meses y ya a nadie le intere- sa”, afirma el conserje de un hotel céntrico.
El panorama de Gualeguaychú es bien distinto al de los primeros días de enero, cuando en la puerta de los Tribunales pasaban autos mientras tocaban bocina y gritaban cosas, algunas en defensa de la joven y otras en contra. Eso ya no ocurre. Tampoco se oye el tema en las conversaciones de los bares o de los que pasean, mate en mano, al borde del río Uruguay.
“¿Ah, vienen por el caso de Nahir? Pero si ya se sabe lo que pasó”, le decía un remisero a este cronista cuando el domingo llegó a la ciudad. El “Boca-River” que se había originado desde fines de diciembre pasó a ser algo que ya a pocos les atrae. Por ejemplo, en la sala donde se desarrolla el juicio hay sólo dos vecinos curiosos que se acreditaron para presenciar la audiencia: “Nos llamó la atención el caso y quisimos venir. Nos afectó lo que le pasó a Fernando, pero no conocemos a la familia”, dijeron. El resto de los asistentes en la sala son asesores de los abogados, estudiantes de abogacía y periodistas.
Algunos imaginaban y especulaban con que podía haber marchas y alguna movilización frente a los Tribunales, pero nada de eso ocurrió. A pesar de que el tema genera un fuerte interés en los sitios periodísticos de Internet nacionales, sólo siete personas llegaron hasta la puerta donde testigos, abogados y jueces definen lo que ocurrirá con la joven.
Con carteles y banderas, esas personas -todos amigos de Gustavo Pastorizzo que fueron para acompañarlo en este primer día- fueron quienes protagonizaron el momento de mayor tensión en la jornada de ayer. Ocurrió cuando los padres de Nahir Galarza salieron del juzgado donde estaba su hija -a quien habían ido a saludar- y les gritaron “asesinos” y “perpetua para Nahir”. La madre, a quien se la vio afectada emocionalmente por la situación, frenó unos segundos para observarlos, pero su marido la tironeó del brazo para continuar con su caminata. Luego, todo volvió a la normalidad. ■