La Unión Europea admite que no puede salvar el acuerdo nuclear con Irán
Alemania, Reino Unido y Francia afirman que las sanciones de EE.UU. a Teherán afectarán a sus empresas.
Europa empieza a reconocer que no podrá salvar el acuerdo nuclear iraní con los obstáculos estadounidenses. En una carta conjunta firmada por los ministros de Finanzas y los cancilleres alemán, británico y francés y enviada a Washington, los tres gobiernos europeos signatarios del acuerdo (junto al estadounidense, el chino y el ruso) reconocen que, si Washington no cambia de opinión, el pacto nuclear estará muerto.
Mientras Europa promete desde hace semanas que hará todo lo posible por salvar el acuerdo que impide que Irán desarrollo un programa nuclear militar, Estados Unidos abandonó el trato y además amenaza con sancionar a las empresas europeas que mantengan intereses en Irán. Varias, como las multinacionales francesas PSA (Peugeot-Citroën) y la petrolera Total, ya anunciaron que piensan abandonar Irán.
En la carta conjunta, los cancilleres piden a Washington que no sancione a las empresas europeas y advierten al gobierno estadounidense que la ruptura del acuerdo supondría una amenaza para la seguridad europea: “Como aliados, esperamos que Estados Unidos se reprima de tomar cualquier acción que dañe los intereses de seguridad de Europa”.
La misiva, enviada al secretario de Estado Mike Pompeo y al secretario del Tesoro Steven Mnuchin, es un reconocimiento de la impotencia europea: “En la situación actual, sanciones secundarias estadounidenses impedirían que la Unión Europea continúe aliviando sus propias sanciones a Irán”. Esas sanciones secundarias permiten que Washington castigue a empresas extranjeras por hacer negocios con terceros países.
Si Europa no puede dar a Irán los beneficios del acuerdo, que a cambio de parar su programa nuclear militar tenía que recibir inversiones europeas, volver a los mercados occidentales de hidrocarburos y restablecer unas relaciones normalizadas con Europa, el pacto perdería interés para el régimen iraní. Washington ya dio a las empresas europeas hasta el próximo 6 de agosto para abandonar Irán o exponerse a sanciones. Para las energéticas ese plazo llega hasta el 4 de noviembre. El consejero de seguridad nacional estadounidense, John Bolton, anunció que “los europeos van a enfrentarse a efectivas sanciones estadounidenses”.
La Comisión Europea prometió hace semanas activar un mecanismo legal que funcionaría como un escudo para proteger a las empresas europeas de esas sanciones estadouni- denses, pero las empresas, anunciando su salida de Irán, parecen no dar credibilidad a la idea. Bruselas también propuso que los gobiernos europeos paguen directamente el petróleo y el gas iraní a través de transferencias desde sus bancos centrales al iraní. E incluso abrir líneas de crédito para financiar inversiones con un programa del Banco Europeo de Inversiones. La última idea de las cancillerías europeas sería intentar que empresas rusas y chinas pongan en marcha mecanismos indirectos para que Irán pueda seguir comerciando con Europa, pero Bruselas admite que chinos y rusos también temen los efectos de las sanciones estadounidenses. Las malas expectativas de salvar el acuerdo hacen que Teherán también empiece a tomar medidas que lo debilitan. El gobierno iraní anunció el martes que preparará sus instalaciones nucleares civiles para reactivar el enriquecimiento de uranio a escala industrial si los europeos no pueden garantizar los beneficios del acuerdo. El gobierno francés reaccionó diciendo que, pese a no violar el acuerdo nuclear, esa medida pondría a Irán al borde de su violación. ■