Clarín

Buenos Aires, la ciudad de las peluquería­s: hay 6.000 y se concentran en cuatro barrios

La mayoría está en Caballito, Recoleta, Palermo y Belgrano. Según el Gobierno porteño, en los últimos años aumentaron las habilitaci­ones de este tipo de salones.

- Laura Natale lnatale@clarin.com

La peluquería supo ser, en algún tiempo remoto, el lugar al que muchas mujeres solían ir para ahogar sus penas. Antecesora de la terapia de grupo, a la par de un corte de pelo, tintura o cambio de look, la peluquera oficiaba de escucha calificada, a veces sin necesidad de emitir opinión. Supo ser, y no sólo en tiempos remotos, epicentro de chismes del barrio y de la farándula, ya que allí se encuentra toda la literatura necesaria para estar al tanto de la última novedad de los ricos y famosos.

La peluquería fue, es y será una suerte de templo en el que suceden cambios que van de afuera hacia adentro. Entre cortes, lavados, permanente­s y alisados, los salones de belleza fueron cambiando. Se hicieron mixtos, incorporar­on nuevas tecnología­s y estilos, sumaron locales y más glamour. La relación con el peluquero -al que luego también se llamó coiffeur, estilista, hair artist y hasta los hay barberos- sigue intacta. Se fue modificand­o con el paso del tiempo y se volvió tan popular que hoy hasta tiene una noche especial (ver “Esta noche...”).

En los últimos años, según datos oficiales, aumentó la cantidad de habilitaci­ones que se piden para abrir peluquería­s. En Capital, en 2014 se otorgaron 26; al año siguiente fueron 52; en 2016 hubo 117; y el año pasado los trámites llegaron a 211.

Por cuestiones de demanda y población, la mayoría de los locales se concentra en cuatro barrios: Caballito, Recoleta, Palermo y Belgrano.

De acuerdo a los datos anteriores, en la Ciudad suele haber hasta más de tres salones en una misma cuadra. Aquí a las mujeres les encanta usar el pelo bien largo, alisan sus rulos (en otra época rizaban sus lacios) y todavía la mayoría quiere ser rubia. "También ahora muchas quieren la cabeza 'gris' que tanto se usa ahora. En Europa, la mujer es diferente: la que tiene rulos se los deja y el lacio es con movimiento. Son más atrevidas. Acá, salvo la juventud, la mujer es muy conservado­ra", dice Silvio Rizzo, Presidente de la Unión de Peinadores de la Argentina. Y agrega: "Acá las mujeres dicen: 'Quiero cambiar, cortame las puntas y el flequillo'".

Más tradiciona­les o menos osadas, de lo que no quedan dudas es de que a las argentinas les importa mucho el cuidado del pelo. Y tal vez por eso el gasto en peluquería es uno de los gustos del que muchas no se privan en tiempos de crisis, aunque sí con ciertos recortes. "Tengo clientas que vienen hasta dos y tres veces por semana, y gastan, se llevan champúes y buenas cremas", cuenta Rizzo. ¿Y la moda? "En mi peluquería tengo revistas de tendencias de cortes y color que nadie mira. Las clientas ya vienen con las fotos de las revistas o las que se bajaron de internet con el corte de los famosos y eso es lo que buscan. Acá la moda es lo que tiene el otro", explica el estilista.

Los números lo reflejan: 7 de cada 10 argentinas van a la peluquería regularmen­te (nueve veces al año, mientras que en Europa suelen ir cinco). "Lo que más se hacen es renovar color y mechas", agrega Rizzo. En el mercado argentino hay alrededor de 42.000 peluquería­s -1 cada 1.000 habitantes- que suman unos

12.000 puestos de trabajo y reciben unas 250 millones de visitas anuales, según un estudio de L’Oréal con la consultora TNS.

Actualment­e existen 6.000 salo

nes de belleza en la Ciudad, de los cuales el 50% son auto empleos, o sea, peluquería­s que tienen entre una y dos personas activas. En el interior, 8 de cada 10 peluquería­s son pequeñas, mientras que en la Ciudad la balanza se equilibra entre cadenas y peluquería­s con nombre propio.

En cuanto a los hombres, el fenómeno hipster ha logrado resucitar una moda que en los últimos años no para de crecer: el uso y cuidado de la

barba. Se pusieron de moda las barberías y también se incrementa­ron las ventas de productos específico­s como las lociones. Y apareció una nueva generación de barberos expertos en las técnicas y herramient­as de antaño: navajas, toallas calientes, ungüentos especiales, etc.

Lo mismo sucede con los peluqueros dominicano­s, que hoy son furor.

Son los autores de los cortes que hoy lucen la mayoría de los futbolista­s y que se replican en las cabeza de niños, jóvenes y hasta adultos.

En la Argentina, la primera vez que se celebró el Día del Peluquero fue

en 1877, con un baile realizado en el teatro Coliseo, al cual asistieron 400 personas y que terminó con la creación de la Sociedad de Barberos y Peluqueros.

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En crecimient­o. Desde 2014 hasta ahora, la cantidad de locales habilitado­s creció y en algunas cuadras hay hasta tres salones.
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Moda. Las barberías, entre la tradición y la nueva tendencia para los hombres.
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