Doble crimen de Belgrano: peritan un cuchillo con sangre y buscan a un entregador
Los investigadores quieren determinar si en la escena quedaron rastros genéticos del sicario que mató a un narco mexicano y a su hijo. Sospechan que alguien le había anticipado que las víctimas iban a tener una reunión allí con su abogada.
A tres días del doble crimen de Belgrano, crece el misterio en torno a su autor. La Policía Federal allanó ayer a la noche el departamento donde vivían y fueron ejecutados el mexicano Rodrigo Alexander Naged Ramírez (59) y su hijo Jhon Naged (30), en Cabildo al 2600, en busca de más pistas. Entre esos nuevos indicios, los investigadores analizaban un cuchillo con sangre para saber si pertenecía a las víctimas o al asesino. Todo apunta a una venganza narco, ya que Naged Ramírez estaba procesado una causa por tráfico de cocaína.
Se sabe que el atacante fue un hombre encapuchado y de gorra. Esa versión se confirmó con la imagen de las cámaras de seguridad del edificio. En el video se puede ver con nitidez cómo el sospechoso permaneció a espaldas de la abogada Julieta Estefanía Bonanno (29), que fue a visitar a los Naged por un trámite relacionado a la causa “Bobina Blanca”, por la que el año pasado se incautaron dos toneladas de cocaína en Bahía Blanca y Mendoza.
Bonanno llegó a las 21.41 al edificio y esperó unos minutos a que le abrieran la puerta mientras enviaba audios de WhatsApp, según se desprende de sus movimientos. Durante todo ese tiempo el misterioso hombre encapuchado y de gorra estuvo parado detrás suyo. Incluso le habría pedido permiso para entrar con ella porque no tenía las llaves de su departamento, según indicaron fuentes policiales. Sin embargo, en las imágenes se ve que al menos un vecino entró al edificio en ese intervalo de tiempo.
Lo que ahora quieren saber los investigadores es cuánto tiempo permaneció el sospechoso dentro del edificio, mientras Bonanno estaba reunida con sus clientes. Para eso iban a revisar las filmaciones de las otras tres cámaras de seguridad.
Hasta el momento, todo indica que el misterioso encapuchado entró al edificio cuando el hijo de Naged Ramírez fue a abrirle la puerta a la abogada. Y, luego de la reunión, los habría sorprendido cuando estaban saliendo del departamento. Según el relato de la abogada, el atacante la habría obligado a atar a las víctimas a una silla y luego la encerró en el lavadero. Bonanno contó que, tras los tiros, gritó por la ventana para pedir auxilio. La Policía y el SAME llegaron al lugar minutos más tarde y se encontraron con los cuerpos de los Naged.
Ayer la causa pasó de la órbita de la justicia de instrucción nacional porteña al juzgado federal de Campana, a cargo de Adrián González Charvay, que lleva adelante la investigación por el caso “Bobinas Blancas”. Por esa causa, Naged Ramírez había sido detenido en junio del año pasado acusado de ser el encargado de ocultar la cocaína en bobinas de acero y piedras preciosas que iban a Canadá y Europa con un sistema que permitía eludir los controles aduaneros. Le decían “El ingeniero” y había venido especialmente desde México un mes antes para ese trabajo. Luego fue procesado, pero en enero sufrió un ACV que le dejó graves secuelas: debía caminar con andador y apenas podía entender lo que se le decía. Así quedó en libertad y estaba tramitando ser declarado inimputable en la causa.
Anoche, tras el cambio de manos de la investigación, la Policía Federal fue a la escena del doble crimen para realizar las pericias de rigor y buscar elementos que puedan conducir a alguna pista sobre el sospechoso. Un cuchillo con manchas de sangre era uno de los detalles más trascendentes. Quieren saber si las manchas hemáticas pertenecen a las víctimas o al asesino. No descartan que Naged y su hijo hayan intentado defenderse.
Mientras los investigadores analizan el relato de la abogada, una fuente del caso dijo a Clarín que “no cierra el rol que cumplía” y que tenía una relación que iba “más allá de lo profesional, que no era sentimental, pero sí cercana y personal”. Llama la atención también que con su corta trayectoria -se recibió hace cinco años- haya tomado una causa de semejante envergadura. A la vez, se conoció que tiene denuncias en su contra en el Departamento Judicial de Morón y el Colegio de Abogados, según confirmaron fuentes judiciales. Una de esas causas sería por venta de influencias a detenidos.
La hipótesis principal de la investigación es la de una venganza vinculada a la causa “Bobinas Blancas”, quizás ante la chance de que Naged Ramírez brindara información antes de ser declarado inimputable. Otra posibilidad es la de una deuda. Se sabe que el domicilio del “Ingeniero” no era un secreto. Lo había fijado en la causa y para un sicario no sería difícil encontrarlo. La duda es cómo sabía que el lunes a la noche lo iría a visitar su abogada y que podía aprovechar ese momento para entrar al edificio. Por eso, buscan a un posible entregador. ■