Justicia Legítima, una valija y la trama de la corrupción
Si algo faltaba para exponer el ominoso accionar de la Justicia durante el kirchnerismo, era la prescripción de la causa que investigaba el pretendido ingreso de la mal llamada “valija con U$S 800.000”, destinados a la campaña de “Cristina Presidenta” que trasladaba un corpulento Antonini Wilson y que por la acción de la Policía de Seguridad Aeroportuaria quedó confiscada. El citado Wilson fue negado por el ministro Aníbal Fernández, aunque luego escrachado por una inoportuna cámara de TV dentro de la Casa Rosada, al día siguiente del hecho, en la recepción ofrecida al presidente Chávez.
Después de 11 años de “jugar al Don Pirulero”, discutiendo competencias entre tres jueces de primera instancia, varios otros subrogantes, la Cámara Penal Económica, la Casación Federal Penal que la derivó a la Corte Suprema, que ordenó investigar por “contrabando”, pero que esto no se cumplió.
Existieron centenares de complicidades para que esto fuera posible, una de ellas la administró el colectivo más importante que se instaló en el Poder Judicial: “Justicia Legítima”, que hubo colonizado juzgados, fiscalías, hasta al Consejo de la Magistratura, controlándolo todo. La meritoria actuación que le cupo a la fiscal María Luz Rivas Diez chocó contra la barrera de impunidad decretada desde el poder para con el titular del OCCOVI, a costa de “lo que fuera”.
Así fue todo durante esos 11 años, hasta que el juez en lo Penal Económico, Pablo Yadarola, le cerró el candado a la causa rechazando el pedido de la fiscal, para procesar a Uberti y negando la apelación efectuada por la fiscalía, contando para ello con la complicidad del fiscal Pablo Turano, quien no recurrió en queja a la Cámara. Ergo, la causa prescribió. Y Colorín Colorado, la Justicia, una vez más, nos ha defraudado. Ovidio Winter ovidiow@gmail.com