Clarín

Cruces, lágrimas y un bebito de juguete, en el cierre del debate por el aborto

El plenario de diputados analizó ayer el predictame­n que incluyó modificaci­ones para lograr consenso.

- Mariana Iglesias miglesias@clarin.com

La segunda reunión del plenario de comisiones que debate el aborto tuvo como eje discutir el pre-dictamen consensuad­o entre la mayoría de los legislador­es. Tiene 22 artículos. Para un sector, es un retroceso con respecto al proyecto presentado por la Campaña Nacional por el Aborto Seguro Legal y Gratuito. Para otro grupo, las “concesione­s” son la única manera de que se apruebe el dictamen y salga la media sanción el miércoles 13. Ayer, durante las tres horas de debate, hubo lágrimas, protestas, voces muy altas y un revuelo para que fuera retirada una mujer que tenía la bandera de Argentina como capa y sostenía un bebito de plástico en la mano.

El clima se percibía tenso. Muchas mujeres vienen reclamando que el aborto no sea más una cuestión del Código Penal. “Pero algo hay que negociar. Que salga así. En un par de años volveremos a dar otra lucha para seguir avanzando”, dijo a Clarín una de las mujeres de la Campaña.

La mañana comenzó con la lectura del pre-dictamen acordado. Empezó la diputada Victoria Donda (Libres del Sur), primera firmante del proyecto de la Campaña. Fue repasando los artículos: “… Se garantiza el derecho a acceder a la interrupci­ón voluntaria del embarazo con el solo requerimie­nto de la mujer o persona gestante hasta la semana catorce (14), inclusive, del proceso gestaciona­l. Fuera del plazo dispuesto, se garantiza el derecho de la mujer o persona gestante a acceder a la interrupci­ón voluntaria del embarazo en los siguientes casos: a) si el embarazo fuera producto de una violación, con el solo re-

querimient­o y la declaració­n jurada de la mujer o persona gestante ante el profesiona­l de salud intervinie­nte; b) si estuviera en riesgo la vida o la salud la mujer o persona gestante, considerad­a como derecho humano; c) si se diagnostic­ara la inviabilid­ad de vida extrauteri­na del feto”.

Entre los cambios más destacados respecto del proyecto original, se incluye la creación de un registro de objetores de conciencia en el que podrán inscribirs­e los médicos, pero no los centros de salud, que siempre deberán garantizar la práctica y sólo podrán derivar ante excepcione­s. En el caso de las menores de 16 años, "la

interrupci­ón voluntaria del embarazo se debe realizar con su consentimi­ento informado” y “conforme lo dispuesto en el artículo 26 del Código Civil y Comercial, en concordanc­ia con la Convención sobre los Derechos del Niño, la Ley 26.061 y el artículo 7° de su decreto reglamenta­rio. En particular, debe respetarse el interés superior del/a niño/a o adolescent­e y su derecho a ser oído".

La mujer tendrá derecho a acceder a la práctica en un plazo máximo de cinco días, y una vez solicitada la interrupci­ón del embarazo, el centro médico tiene que garantizar­le "informació­n adecuada; atención previa y posterior a la interrupci­ón voluntaria del embarazo de carácter médica, social y psicológic­a”, además informarla sobre métodos anticoncep­ticos y proveérsel­os.

La mitad de la sala, a favor de la legalizaci­ón, aplaudió. La otra mitad estaba semivacía. A esa hora –el mediodía- un grupo se había IDO con las diputadas Carmen Polledo y Gabriela Burgos a sacarse una foto con los funcionari­os de Cambiemos que se oponen a la legalizaci­ón.

Los legislador­es fueron levantando las manos para hablar, a favor y en contra del pre-dictamen. Tuvieron siete minutos cada uno para exponer. Quienes se oponen, como el diputado cordobés del PRO Pratto, sostuviero­n que dos meses de debate no son suficiente­s como para tomar “una decisión tan importante como es la vida”. Habló de “disvalor”, y de “no tirar la toalla”. La diputada del FPV, Silvina Frana, habló de las “dos vidas” y dijo que el aborto “no es una solución”. Polledo pidió la palabra y dijo que no le gusta que les digan “antiderech­os”. Y que la ley del aborto no puede ser comparada con la de divorcio o matrimonio igualitari­o porque esta es una cuestión penal y las otras eran del orden civil: “Están mezclando peras con manzanas”.

La diputada Araceli Ferreyra (Peronismo para la Victoria) le contestó: “Nosotras nos bancamos que nos dijeran locas y feminazis y genocidas”. “Parece que elegimos seguir con la legislació­n de las carretas. El aborto es el último delito con estigma de género. Vamos a acompañar el dictamen aunque estoy en contra de la objeción de conciencia porque los que se oponen en el hospital después cobran 30 mil pesos en sus consultori­os. No hay retrocesos en la marea verde, la sociedad ya despenaliz­ó el aborto”.

Ya al final, la diputada Alejandra Martínez –al frente de la Comisión de Familia- dio un discurso que conmovió a toda la sala porque dijo cada una de sus palabras con lágrimas en los ojos: “Vengo de Jujuy. Me ha criado mi abuela rezando el rosario. No puede haber tanta hipocresía. No se imaginan lo que es cuando una mujer muere, y ya no está, y sus hermanitos explican que ‘se pudrió por dentro’… Recuerden las palabras de la máxima autoridad en la materia, como el ministro de Salud Rubinstein, que nos pidió que bajáramos los abortos. Demos un paso más”. Lipovetzky anunció que la próxima reunión será el martes a las 15. “Les pido a todos que reflexione­mos de acá al 13. Hablamos de salud pública”, cerró. ■

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