Cruces, lágrimas y un bebito de juguete, en el cierre del debate por el aborto
El plenario de diputados analizó ayer el predictamen que incluyó modificaciones para lograr consenso.
La segunda reunión del plenario de comisiones que debate el aborto tuvo como eje discutir el pre-dictamen consensuado entre la mayoría de los legisladores. Tiene 22 artículos. Para un sector, es un retroceso con respecto al proyecto presentado por la Campaña Nacional por el Aborto Seguro Legal y Gratuito. Para otro grupo, las “concesiones” son la única manera de que se apruebe el dictamen y salga la media sanción el miércoles 13. Ayer, durante las tres horas de debate, hubo lágrimas, protestas, voces muy altas y un revuelo para que fuera retirada una mujer que tenía la bandera de Argentina como capa y sostenía un bebito de plástico en la mano.
El clima se percibía tenso. Muchas mujeres vienen reclamando que el aborto no sea más una cuestión del Código Penal. “Pero algo hay que negociar. Que salga así. En un par de años volveremos a dar otra lucha para seguir avanzando”, dijo a Clarín una de las mujeres de la Campaña.
La mañana comenzó con la lectura del pre-dictamen acordado. Empezó la diputada Victoria Donda (Libres del Sur), primera firmante del proyecto de la Campaña. Fue repasando los artículos: “… Se garantiza el derecho a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo con el solo requerimiento de la mujer o persona gestante hasta la semana catorce (14), inclusive, del proceso gestacional. Fuera del plazo dispuesto, se garantiza el derecho de la mujer o persona gestante a acceder a la interrupción voluntaria del embarazo en los siguientes casos: a) si el embarazo fuera producto de una violación, con el solo re-
querimiento y la declaración jurada de la mujer o persona gestante ante el profesional de salud interviniente; b) si estuviera en riesgo la vida o la salud la mujer o persona gestante, considerada como derecho humano; c) si se diagnosticara la inviabilidad de vida extrauterina del feto”.
Entre los cambios más destacados respecto del proyecto original, se incluye la creación de un registro de objetores de conciencia en el que podrán inscribirse los médicos, pero no los centros de salud, que siempre deberán garantizar la práctica y sólo podrán derivar ante excepciones. En el caso de las menores de 16 años, "la
interrupción voluntaria del embarazo se debe realizar con su consentimiento informado” y “conforme lo dispuesto en el artículo 26 del Código Civil y Comercial, en concordancia con la Convención sobre los Derechos del Niño, la Ley 26.061 y el artículo 7° de su decreto reglamentario. En particular, debe respetarse el interés superior del/a niño/a o adolescente y su derecho a ser oído".
La mujer tendrá derecho a acceder a la práctica en un plazo máximo de cinco días, y una vez solicitada la interrupción del embarazo, el centro médico tiene que garantizarle "información adecuada; atención previa y posterior a la interrupción voluntaria del embarazo de carácter médica, social y psicológica”, además informarla sobre métodos anticoncepticos y proveérselos.
La mitad de la sala, a favor de la legalización, aplaudió. La otra mitad estaba semivacía. A esa hora –el mediodía- un grupo se había IDO con las diputadas Carmen Polledo y Gabriela Burgos a sacarse una foto con los funcionarios de Cambiemos que se oponen a la legalización.
Los legisladores fueron levantando las manos para hablar, a favor y en contra del pre-dictamen. Tuvieron siete minutos cada uno para exponer. Quienes se oponen, como el diputado cordobés del PRO Pratto, sostuvieron que dos meses de debate no son suficientes como para tomar “una decisión tan importante como es la vida”. Habló de “disvalor”, y de “no tirar la toalla”. La diputada del FPV, Silvina Frana, habló de las “dos vidas” y dijo que el aborto “no es una solución”. Polledo pidió la palabra y dijo que no le gusta que les digan “antiderechos”. Y que la ley del aborto no puede ser comparada con la de divorcio o matrimonio igualitario porque esta es una cuestión penal y las otras eran del orden civil: “Están mezclando peras con manzanas”.
La diputada Araceli Ferreyra (Peronismo para la Victoria) le contestó: “Nosotras nos bancamos que nos dijeran locas y feminazis y genocidas”. “Parece que elegimos seguir con la legislación de las carretas. El aborto es el último delito con estigma de género. Vamos a acompañar el dictamen aunque estoy en contra de la objeción de conciencia porque los que se oponen en el hospital después cobran 30 mil pesos en sus consultorios. No hay retrocesos en la marea verde, la sociedad ya despenalizó el aborto”.
Ya al final, la diputada Alejandra Martínez –al frente de la Comisión de Familia- dio un discurso que conmovió a toda la sala porque dijo cada una de sus palabras con lágrimas en los ojos: “Vengo de Jujuy. Me ha criado mi abuela rezando el rosario. No puede haber tanta hipocresía. No se imaginan lo que es cuando una mujer muere, y ya no está, y sus hermanitos explican que ‘se pudrió por dentro’… Recuerden las palabras de la máxima autoridad en la materia, como el ministro de Salud Rubinstein, que nos pidió que bajáramos los abortos. Demos un paso más”. Lipovetzky anunció que la próxima reunión será el martes a las 15. “Les pido a todos que reflexionemos de acá al 13. Hablamos de salud pública”, cerró. ■