Afirman que en el viaje previo el Rigel se quedó “sin motor”
Entre el dolor, la incertidumbre y la convicción de que lo que causó el naufragio del “Rigel” no es sólo producto de una tormenta. Así pasan las horas los familiares de los tripulantes, que afirman que los controles que se aplican para autorizar la salida de los buques son laxos y que las tragedias se originan en el mismo puerto.
Marta Godoy, mamá de Nahuel Navarrete, uno de los marineros desaparecidos, contó ayer que el pesquero debió demorar su partida porque “cuando parecía que estaba todo listo, se le apagaron todas las luces” y que debieron esperar a un electricista para que instalara un repuesto. “Prefectura no inspeccionó nada y ellos al rato salieron”, contó la mujer.
Dijo que los problemas del buque “venían de hace rato” -según le había contado su hijo- y que en el penúltimo viaje se habían quedado sin motor: “Lo pararon para hacerle medio motor y salieron, porque ya no daba más el motor”. Las familias son asistidas en el edificio de la Prefectura en el puerto marplatense, donde reciben contención de un grupo de apoyo psicológico en emergencias y desastres. Pero no están conformes con el modo en que les llega la información. Por eso algunos prefirieron viajar al sur a la espera de noticias tras la información que surgió del primer parte de ayer, sobre el hallazgo de una mancha de aceite de por los menos dos kilómetros de extensión en la zona del naufragio.
“Hay un grupo que salió ayer -por el sábado- por sus propios medios”, con- tó el prefecto mayor de la Zona Atlántica Norte, Gabriel Cartagenova, y otros salieron en transportes terrestres dispuestos por el Consorcio Portuario Regional. En sus declaraciones a la prensa, el vocero no refutó las denuncias de los familiares sobre la falta de controles. “Tenemos orden del juzgado de elevarle toda la documentación”, se limitó a decir. ■