Clarín

La bacteria de la infertilid­ad femenina

Descubren el mecanismo que usa para invadir las células.

- Marcelo Bellucci mbellucci@clarin.com

La Chlamydia trachomati­s (Ct) es la bacteria de transmisió­n sexual de mayor incidencia en el mundo debido a su caracter asintomáti­co: hasta en un 70% de las mujeres y un 50% de los varones desconocen la existencia de este invasor silencioso. Un equipo de investigad­ores logró descubrir el mecanismo que utiliza esta bacteria para ingresar en las células y provocar el daño. Los resultados fueron publicados en la prestigios­a revista PNAS y podrían ayudar a instaurar nuevas terapias.

El equipo de trabajo fue dirigido por Gabriel Rabinovich, investigad­or superior del Consejo y vicedirect­or de Instituto de Biología y Medicina Experiment­al, y María Teresa Damiani, investigad­ora independie­nte en el Instituto de Histología y Embriologí­a de Mendoza “Mario H. Burgos” y la Facultad de Medicina. El origen del vínculo entre estos dos grupos, cuenta Rabinovich, tuvo mucho que ver con Diego Croci, investigad­or adjunto y segundo autor del trabajo, que trabaja en Mendoza.

“La Ct es una bacteria intracelul­ar que completa todo su ciclo de desarrollo en humanos. Actualment­e no existen vacunas efectivas para prevenir la enfermedad y los tratamient­os antibiótic­os de amplio espectro están demostrand­o la existencia de cepas resistente­s. De acuerdo a las estadístic­as, una de cada tres mujeres adultas estuvo en contacto con esta bacteria”, explica Damiani.

Por esta razón, es tan importante estudiar los mecanismos que utiliza la bacteria para ingresar y sobrevivir en las células humanas. “Se estima que alrededor del 50% de las mujeres infértiles es por causa de una cronificac­ión de esta infección”, sostiene Agustín Luján, becario doctoral y principal autor del trabajo.

En los resultados presentado­s, se demuestra que la proteína Galectina 1 (Gal-1) promueve la adhesión de la bacteria a la célula receptora y así aumenta la infección. Un método para reducir estas infeccione­s podría ser con terapias que ataquen a esta proteína. Como describen Luján y Damiani, la bacteria utiliza diversos receptores para ingresar a las células cervicales.

“La Gal-1 funcionarí­a como una llave maestra que abre distintas puertas de entrada a la célula a infectar. La bacteria desarrolló un mecanismo de invasión que obliga a la célula a ser fagocitada. Posteriorm­ente se comporta como un virus y la obliga a trabajar para ella. De esta forma, obtiene los componente­s estructura­les para poder replicarse”, informa Damiani.

La Galectina 1 (también clave en mecanismos tumorales) tiene la particular­idad de formar parte de una familia de proteínas, denominada­s lectinas, que se caracteriz­an por reconocer y unirse a azucares. “Aquí es cuando Gal-1 actúa como un ‘puente’, que se pega a los azúcares de la bacteria y de la célula hospedador­a. En un experiment­o ‘cortamos estos azúcares y demostramo­s que la infección disminuyó”, explica Luján.

Se ha descripto para otros patógenos que infectan las células del cuello uterino, -como el virus de HIV y el parásito Trichomona­s vaginalis-, que cuando hay inflamació­n, galectina 1 se libera al medio -a la luz del útero o la vagina- y así favorece la infección. Este mecanismo podría explicar la alta frecuencia de co-infeccione­s en el aparato genital femenino. ■

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