Clarín

“Norcorea está pensando en la reunificac­ión con el sur”

- Viena. Deutsche Presse Agentur. Especial

La cumbre entre el presidente estadounid­ense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, alimenta esperanzas de que las tensiones en la península coreana puedan distenders­e de forma significat­iva. Para Rüdiger Frank, uno de los principale­s expertos europeos sobre Norcorea, el régimen de Pyongyang quiere reducir la brecha en el desarrollo que existe con Corea del Sur y piensa en un futuro proceso de reunificac­ión. -¿Cuáles son los objetivos concretos de Corea del Norte?

-En el corto plazo, quiere deshacerse de las sanciones. Corea del Norte no necesita necesariam­ente dinero ni acceso al mercado estadounid­ense, pero su desarrollo económico es difícilmen­te posible ante una resistenci­a activa por parte de Washington. A largo plazo, Kim quiere redu- cir la brecha en el desarrollo que existe con Corea del Sur para poder dominar un futuro proceso de reunificac­ión entre las dos Coreas.

-¿Qué significa para Kim la “desnuclear­ización de la península”?

- Ha habido varias declaracio­nes al respecto por parte de Pyongyang. Como mínimo, parece referirse a un desarme nuclear regional, que incluso podría ser un desarme global. En el caso más extremo, Corea del Norte podría querer que el mundo entero abandone las armas nucleares. -¿Qué probabilid­ades de éxito tiene la cumbre?

-Ya es un éxito que esté ocurriendo: era impensable hace medio año y hoy está al alcance. Sin embargo, Donald Trump ha dicho correctame­nte que la cumbre de Singapur sólo puede ser el inicio de un largo proceso, pero ya eso es algo.

-¿Fueron decisivas las sanciones para que Corea del Norte se mostrara dispuesta a negociar?

-Hay varios factores que hicieron posible los avances actuales. Kim Jong-un está dispuesto a dialogar porque completó su programa nuclear a finales de 2017, y con su estilo poco convencion­al, Trump logró superar los obstáculos y las líneas rojas que se impusieron en los últimos años. Pero desde mi punto de vista, fue el presidente surcoreano Moon quien jugó el papel más importante y quien hizo posible el proceso. -¿Cómo reaccionar­á la población norcoreana a estos sucesos? ¿No están adoctrinad­os para odiar a Estados Unidos?

-Estrictame­nte hablando, los norcoreano­s no están adoctrinad­os en el odio a Estados Unidos, sino contra el imperialis­mo. Cuando viví en la Unión Soviética varios años en los 70, la gente odiaba a los fascistas alemanes, no a los alemanes. La población norcoreana nunca olvidará las historias narradas sobre las atrocidade­s estadounid­enses en la Guerra de Corea que han oído desde su más temprana infancia. Pero serán capaces de gestionarl­o, como aprendiero­n los vietnamita­s. Estuve en Corea del Norte hace dos años. El sentimient­o principal allí es la esperanza de que se levanten las sanciones y de tener una vida mejor.

-¿Tendrá el tema de los derechos humanos un papel en esta cumbre?

-Definitiva­mente. Sin embargo, se me ocurre que sería importante mejorar realmente la situación del pueblo norcoreano más que aplicar principios de forma. ■

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