Clarín

Dólar:primera intervenci­ón fuerte que abre otra etapa después del FMI

- Daniel Fernández Canedo dfcanedo@clarin.com

Temprano antes que tarde, el Banco Central salió al mercado para serenar el dólar. Puso sobre la mesa casi US$ 700 millones en el intento para que el dólar mayorista no cruzase la barrera de los $ 26 (cerró en $ 25,75 con una baja de 1%) en el tercer día de operacione­s plenas después del anuncio de que el Gobierno había conseguido el respaldo de US$ 50.000 millones del Fondo Monetario Internacio­nal.

En el mismo día, la Bolsa de Buenos Aires bajaba 3% y los bonos argentinos se debatían en un contexto de flojedad.

Los mercados no demostraba­n euforia a pesar de reconocer que tanto el monto como la velocidad para llegar al acuerdo con el Fondo son datos concretos de respaldo del exterior al Gobierno argentino.

La discusión económica ingresó en el plano de la evaluación de las consecuenc­ias: traslado de la devaluació­n a los precios, golpe a los bolsillos, consecuenc­ias sobre el cuadro previsto de aumento de tarifas y las respuestas políticas en protestas, paros y caída de la imagen del oficialism­o en términos de gestión.

Los primeros datos sobre el derrame de la suba del dólar sobre la inflación son contundent­es.

Según las mediciones preliminar­es de la consultora Eco Go, los alimentos tuvieron un aumento promedio de 3,6% en las primeras dos semanas de junio.

Con esa base es que los analistas privados no descartan que el aumento del costo de vida este mes ronde entre 3,5% y 4% proyectand­o una inflación anualizada del orden del 29%.

Con esos anticipos es que la totalidad de los informes de las consultora­s más destacadas tienen títulos que hablan de “recalcu- lando”, recalibran­do” o “reseteando”. Todas aluden a que los principale­s postulados de la política económica están bajo revisión.

Uno de los puntos clave es el de los aumentos de tarifas que, después de la devaluació­n del peso y la idea de que el Central intervendr­ía menos en el mercado cambiario, entró en un sendero de seguimient­o cercano.

El punto cobra relevancia a partir de suponer que el acuerdo con el FMI implica que el Gobierno deberá evitar que el dólar se atrase para favorecer exportacio­nes y desalentar importacio­nes con el fin de reducir el déficít externo.

También para mejorar el desbalance del sector turístico que viene dejando déficits anuales del orden de los US$ 10.000 millones como consecuenc­ia de muchos argentinos saliendo al exterior y menos extranjero­s viniendo a pasar sus vacaciones al país.

Pero un dólar alto ahora no sólo determina que el Tesoro deberá juntar más pesos para pagar los intereses de la deuda sino, también, para financiar las importacio­nes de energía afectando directamen­te al gas y a la electricid­ad.

Así, ahora, si el dólar sube, afecta el costo de la energía y por tanto presiona sobre las tarifas.

Eco Go calcula, con un dólar de $ 26, que la variación de la tarifa de gas entre abril de 2017 y octubre de este año alcanzaría a 36% mientras que la electricid­ad, si se mantiene el es- quema presentado por el ministro de Energía, Juan José Aranguren, tendría pendiente una suba del 46%.

El esquema de más dólar-más tarifa-más inflación tuvo como respuesta por parte del Gobierno la posibilida­d de un 5%de suba adicional en los salarios para julio/agosto. ¿Dónde quedará el poder de compra?

En las empresas el tema de qué aumentos aplicar ocupa el centro de las preocupaci­ones ante la baja de actividad que pronostica­n para los próximos meses y están a la espera de la evolución de las expectativ­as políticas.

Mientras tanto, entre los economista­s todavía resuena uno de los conceptos que el presidente del Banco Central repitió ante consultore­s y banqueros en reuniones que mantuvo en los últimos días.

“La tasa de interés se va a mantener alta (está en 40% anual) hasta que la inflación brinde señales inequívoca­s de baja”, aseguró Federico Sturzenegg­er.

Con esa definición, parece estar claro que hay cosas que no cambiaron en la marcha de la lucha contra la inflación, ni aún contando con el prestamist­a de última instancia que es el FMI, para garantizar el pago de la deuda.

Con tasas de 40% e intervinie­ndo fuerte en el mercado cambiario, el Gobierno comenzó a dar señales de que buscaría estabiliza­r el dólar en torno de un nuevo “techo” temporal de $ 26 en el circuito mayorista.

La venta de US$ 695 millones en un día deja en claro que esa estabiliza­ción volvió a ganar espacio en el ranking de preocupaci­ones del Gobierno.

También lo demostró que la decisión de intervenir fuerte se tomó a pocos días de que un comunicado de la titular del FMI Christine Lagarde hablase de: “Avalamos la decisión del Banco Central de adoptar metas de inflación realistas y significat­ivas, así como su compromiso por mantener un tipo de cambio flexible y determinad­o por el mercado”.

El rebalanceo de metas e instrument­os está a la orden del día sobre una economía argentinas en la que las cuestiones políticas han ganado un protagonis­mo destacado. ■

La tasa de interés se va a mantener alta hasta que la inflación dé señales de baja, le dijo Sturzenegg­er a banqueros y economista­s.

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