La intimidad de la Selección: truco, Play Station, mate, Parchís y padbol
Los torneos de truco son furor y cada pareja tiene que poner 100 dólares en el pozo. El Parchís es parecido al viejo Ludo Matic. Y el padbol es una mezcla de fútbol-tenis con paddle.
"¡Truco!". "¡Quiero Retruco!". "¡Quiero vale 4!". Es a cara de perro, pero mostrando los dientes solamente para las risas. Lionel Messi y compañía se distienden entrada la noche, aquí en Bronnitsy. No son muchas las horas de oscuridad por estos lados del planeta en esta época. A las 23 aún hay claridad y a eso de las 3 de la madrugada ya comienza a amanecer. Sin embargo, sí son largas las jornadas de descanso y ocio, tan importantes como el entrenamiento, para los jugadores de la Selección.
No es sencillo convivir tantos días entre tantas personas encerrados entre las mismas paredes, lejos de sus familiares y con las presiones y las ansiedades merodeando como polizontes por la cabeza de todos. Es por eso que la distracción es necesaria, muy necesaria. Y hasta se diría que obligatoria para jugar un Mundial y no morir en el intento.
En el centro de alto rendimiento donde se hospeda el plantel argentino hay con qué entretenerse. Clarín pudo acceder a la intimidad de esos momentos en los que la pelota no rueda y el factor humano entra en acción adentro del búnker que bien podría ser una especie de casa de Gran Hermano, aunque sin nominados semanales. ¿Qué hacen los hombres de la Selección cuando no practican?
Los torneos de truco son sin duda el entretenimiento que acompaña a los equipos desde los tiempos en blanco y negro. Sin fecha de vencimiento, este popular juego de naipes se mantiene vigente y es de los que más apasiona a los jugadores, sobre todo a los de la "vieja guardia". Después de la cena y de la sobre mesa es el momento indicado.
Javier Mascherano comienza a or- ganizar. Hoja y lápiz en mano, el Jefe va anotando a las parejas: AgüeroMessi, Biglia- Guzmán, HiguaínDybala, Di María-Banega... Todos se prenden. Desde los utileros, los cocineros y los mozos hasta Claudio Tapia, presidente de la AFA, que hace dupla con Omar Souto, gerente de Selecciones Nacionales. Masche es el recaudador: para entrar hay que poner en el pozo 100 dólares por pareja. ¿Quién ganó el primer torneo? El Chiqui Tapia y su experiencia hicieron polvo al resto. Habrá revancha.
Pero en esa cancha de básquet devenida en salón de juegos gigante ubicada en la planta baja de las cuatro que posee el complejo de Bronnitsy no solamente hay truco. Los más jóvenes eligen entrenar las articulaciones de sus dedos entregándose a la obsesión de la Play Station. Una pantalla led gigante hace de cada duelo finales mundialistas. Cuando no hay Play, Nicolás Otamendi aprovecha para poner algún DVD de rock, como el del Indio Solari en La Plata en 2008, y deleitar a todos con el pogo más grande del mundo.
Hay más: mesas de ping-pong, pool, metegol, bádminton, dardos y hasta tiro con arco y flecha. "Es re jodido darle con la flecha, hay que practicar mucho para que salga bien el lanzamiento, ja", le cuenta a este diario
uno de los protagonistas que también prefiere pasar tiempo en ese lugar sagrado que para muchos es la utilería.
Allí, las rondas de mate entibian charlas interminables de fútbol, pero también de la vida. Es uno de los espacios preferidos para estar de Leo Messi. Mientras algunos leen, como Nahuel Guzmán o Nicolás Tagliafico, otros se juntan en una habitación - siempre con el mate de mano en mano- a compartir una partida de Parchís, el juego que es furor en las concentraciones de Europa. Es una apli- cación que se baja a la tablet y sus instrucciones son muy similares al súper conocido Ludo Matic. El Parchís se hizo popular en España hace unos años, entre las figuras del Barcelona, y de ahí se fue divulgando y copando diferentes planteles.
El gimnasio es otra de las zonas muy concurridas. En algún momento del día todos pasan un rato por allí al menos. Y para los que buscan distenderse y mantenerse en movimiento al mismo tiempo, hay aro de básquet, saco de boxeo y canchita de fútbol-tenis. Pero el boom de la concentración albiceleste en Rusia es sin dudas la cancha de padbol.
¿De qué se trata? Es similar a la de fútbol-tenis aunque cerrada, para que la pelota nunca deje de salir de juego al rebotar en las paredes, como en el paddle. Obviamente es mucho más dinámico y divertido. No hay torneos de padbol en Bronnitsy; cuando la canchita está libre, una pareja copa la parada y desafía a otra. Y rige el clásico "ganador queda" y que pase el que sigue.
Así pasan las horas Messi y los suyos mientras esperan el estreno del sábado ante Islandia. Entrenamientos intensos, comidas, siesta, gimnasio, mates y muchos juegos son la receta de la Argentina para ganar la partida en Rusia. ■