Clarín

Un estilo valorado por la FIFA y una carrera con aciertos y con errores

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Nació en Corpus, un pueblito de Misiones que sólo tiene 2 mil habitantes. Y a los 42 años, Néstor Pitana se dará el gusto de dirigir su segundo Mundial. Tal vez, porque responde a un prototipo de jueces que pretende la FIFA (ágil, grande, atleta, de rienda corta) y también, por la buena impresión que dejó en Brasil 2014, más allá de las críticas que recoge en el país.

En la última Copa del Mundo, Pitana dirigió cuatro partidos: Rusia-Corea del Sur, Estados Unidos-Portugal, Honduras-Suiza y Alemania-Francia. En ninguno se registraro­n fallas. Incluso tuvo aciertos y basta repasar el segundo encuentro, cuando no cobró un penal que todo Honduras reclamó pero que jamás existió. Las risas con Cristiano Ronaldo y un cruce entre dos potencias como europeas bien resuelto lo dejaron con un gran aprobado.

En estos cuatro años, Pitana diri- gió en el fútbol argentino y sudamerica­no con aciertos y errores, como todos. Pero el 2017 fue complicado para el misionero. Primero, porque tuvo una pésima actuación durante el Superclási­co en el Monumental, donde perjudicó a Boca más allá del triunfo azul y oro. Es que después de expulsar correctame­nte a Nacho Fernandez, a instancias del juez de línea, Pitana le cobró un inexistent­e offiside a Nahitán Nandez cuando se iba cara a cara con el gol. Luego llegó lo peor: imaginó un codazo de Edwin Cardona a Enzo Pérez, algo que nunca ocurrió, y expulsó al colombiano.

Muy recordado es el Pitanazo, a decir de Carlos Bianchi. El 25 de abril de 2014, River ganó 2 a 1 en la Bombonera con un gol de cabeza de Ramiro Funes Mori que llegó después de un córner que no fue. En el primer gol, marcado por Manuel Lanzini, Teo Gutiérrez estaba en posición adelantada.

Pitana también fue designado para el encuentro decisivo del repechaje entre Australia y Honduras. Tras la victoria de los oceánicos, a quienes les cobró dos penales a favor, desde la selección centroamer­icana dispararon contra el juez argentino: “Si está cobrando cheques no se va a salvar de la denuncia divina”.

El año pasado también tuvo a Pitana en la Copa Confederac­iones y allí participó de una situación del arbitraje del futuro. Es que el misionero aplicó el VAR en el encuentro que disputaron Portugal y México. En Kazán, a los 20 minutos, apeló al video tras un gol de Nani en el que el juez creyó observar una presunta posición adelantada: 45 segundos después, el árbitro invalidó el gol por un offside de Pepe. Su idea de adaptarse rápido a la tecnología también jugó a su favor.

Su última actuación en la Superliga fue bochornosa. Junto a su asistente Hernán Maidana, otro mundialist­a, cometieron errores groseros en Estudiante­s-Chacarita. Pero el Mundial será su redención. ■

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