La crisis del dólar se llevó al jefe del Banco Central y asume Caputo
Lo decidió Macri anoche. Ayer el BCRA decidió dejar flotar el tipo de cambio luego de haber vendido casi 900 millones en las últimas 48 horas. Aún así el tipo de cambio saltó a $ 28,42
Tras otra jornada financiera tensa, en la que el dólar trepó a $ 28,43, Macri le aceptó la renuncia al titular del Banco Central, Federico Sturzenegger. Luego de un encuentro en Olivos, designó en su reemplazo a Luis Caputo, quien de- bería ser avalado por el Senado. En tanto, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se hará cargo también del Ministerio de Finanzas, que manejaba Caputo. El Presidente intenta así estabilizar las presiones del mer- cado sobre el dólar para ponerle freno a la inflación. La suba de los precios fue del 2,1% en mayo y la proyección ya alcanza el 26,3% anual. Ayer se conoció la carta de intención del FMI, que pide la libre flotación del dólar.
El hasta ayer ministro de Finanzas Luis Caputo es el nuevo presidente del Banco Central tras la salida de su anterior titular, Federico Sturzenegger. La decisión se conoció anoche, luego de una jornada caliente en el mercado, en donde el dólar trepó $1,75 y tocó el techo de $28,42. A su vez, el ministerio de Finanzas se disuelve y el ministerio de Hacienda recupera para sí la secretaría de Finan- zas ( ver página 18).
La aguda escalada del dólar y de la inflación, fueron determinantes en la salida de Sturzenegger, que había llegado al cargo en diciembre de 2015.
El anuncio de los cambios en el gabinete económico surgió tras una reunión que mantuvieron Caputo y el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, con el presidente Mauricio Macri en la Quinta de Olivos. Luego, se sumaron a ese encuentro el jefe de Gabinete Marcos Peña y sus dos subjefes, Mario Quintana, Gustavo Lopetegui. También el ministro de Interior, Rogelio Frigerio.
En una carta difundida en su cuenta de twitter, Sturzenegger dijo: “Ha sido un honor poder servir desde este lugar y quiero agradecer a mi equipo y a todo el BCRA por el esfuerzo de estos años”.
Luego de agradecer al presidente de la Nación por su nombramiento, Sturzenegger admitió que “En los últimos meses diversos factores fueron deteriorando mi credibilidad como presidente del Banco Central”. Sturzenegger no amplió en detalles.
El quiebre de la credibilidad de la que habla Sturzenegger se produjo el 28 de diciembre, cuando se recalibraron las metas para 2018. Aun con las expectativas de inflación en ascenso, Sturzenegger decidió bajar dos veces las tasas de interés, aunque era cada vez más evidente que lo hacía contra su voluntad.
En marzo, sorprendió con ventas de reservas para congelar el tipo de cambio, con el objetivo de reencauzar el proceso deflacionario. La olla a presión estalló a fines de abril, cuando en un día se le fueron 1.500 millones de las reservas. Desde entonces, la crisis cambiaria se llevó casi 13.000 millones de las reservas, y se terminó pidiendo auxilio al FMI. Ayer mismo se conoció la carta de intención entregada al Fondo, firmada por Dujovne y Sturzenegger.
Pero la suerte de Sturzenegger se terminó de sellar esta semana, cuando para sorpresa del mercado, volvió a vender reservas pese a que la semana pasada se había hablado de recuperar la política de libre flotación.
El ex titular del BCRA, Mario Blejer, sostuvo anoche que uno de los problemas que veía el mercado financiero es que no lograba tener claro cuál era la estrategia del BCRA para conducir la política cambiaria. “A los mer- cados no les gusta la volatilidad” dijo.
Junto a Sturzenegger se van de sus cargos en el Banco Central Mariano Flores Vidal (Gerente General), Demian Reidel (vicepresidente segundo) y Francisco Gismondi (Director). Horacio Liendo dejaría el directorio para pasar al área de legales. También se iría el subgerente de investigaciones Andrés Neumeyer. Y había versiones no confirmadas sobre el futuro de Lucas Llach, el vicepresidente primero.
El drástico cambio que finalmente aceptó encarar el presidente Mauricio Macri blanquea las internas dentro del Gabinete económico, pero sobre todo es una muestra del desconcierto que se apropió del Gobierno desde la crisis cambiaria que estalló en abril.
El desafío de Caputo, ahora en el Banco Central, y de Dujovne en un empoderado ministerio de Hacienda es mayúsculo. Tienen que lidiar contra lo urgente -la volatilidad del tipo de cambio- reencauzar el proceso deflacionario y sacar a la actividad del enfriamiento que pone en duda las ya muy modestas tasas de crecimiento pautadas para este año.
El escenario no es fácil. La desconfianza inundó a los mercados financieros y eso se refleja no solo en el precio del dólar, sino en la persistente caída del precio de los bonos y el aumento del riesgo país.
Caputo, eximio trader financiero, deberá armar el equipo que enderece un plan económico que hoy parece haber perdido la brújula. ■