El ministro de Salud afirmó que un aborto legal es menos costoso que uno clandestino
Adolfo Rubinstein explicó que es por las graves complicaciones sanitarias que derivan de las prácticas ilegales.
Si el Senado aprueba el proyecto de ley que ayer tuvo media sanción en Diputados, el sistema de salud deberá adaptarse para garantizar la interrupción voluntaria del embarazo de cualquier mujer que lo solicite, hasta la semana 14. Por eso, el Ministerio de Salud de la Nación ya está preparando una evaluación de costos. Mientras se elaboran estos números, desde la cartera anticipan que es menor el costo de realizar un aborto legal que el de afrontar las consecuencias de la práctica clandestina.
"Queremos saber cuáles serían los recursos que se necesitarían para dar cuenta de la demanda para interrupción del embarazo en condiciones seguras. Ya lo estamos haciendo, aunque en base a los datos que tenemos y que son imprecisos", afirmó a Clarín el ministro Adolfo Rubinstein, que se manifestó "contento" por la media sanción. "El sistema de salud argentino está preparado y en condiciones de responder" en caso de aprobación.
“El único dato que tenemos es el de egresos hospitalarios que dan cuenta del aborto complicado. El 70% de esos egresos son por abortos inducidos. No sabemos en detalle qué pasó con esos abortos complicados, sabemos que muchos terminan en terapias intensivas, muchos con cirugías mayores y complicaciones a largo plazo. La realidad es que esos 40 a 50 mil abortos que ingresan al sector público, representan el 50% de las camas. No sabemos qué ocurre en el sector privado, porque no tienen obligación de reportarlo. Aunque es probable que las complicaciones se concentren en el sector público porque es una problemática que afecta más a sectores de bajos recursos”, añadió.
En cuanto a los costos, el ministro dijo que “los costos del aborto se dan con las complicaciones, con el aborto seguro esos costos bajan dramáticamente”.
Tomando la estimación del estudio que realizó en 2005 Edith Pantelides, de unos 500 mil abortos al año y que el ministro califica como un tra- bajo “muy serio” es que están trabajando para estimar costos. “No es un número al azar, es un rango. En función de todo eso se puede hacer una estimación de recursos y demanda”, agregó Rubinstein.
El ministro se mostró además entusiasmado en que con la eventual sanción definitiva de la ley se terminarán los problemas que tienen con algunas provincias que no adhieren al protocolo de Interrupción Legal del Embarazo (ILE). “Tenemos serias dificultades para hacer cumplir la ILE, porque hay provincias que obstaculizan su aplicación. Con la ley esto se acabaría. Si bien los servicios se prestan en las provincias o municipios, porque hay pocos efectores de salud nacionales, desde la Nación vamos a seguir apoyando desde los programas”, señaló el ministro.
Rubinstein afirmó que la forma más segura de aborto es el aborto farmacológico de misoprostol combinado con mifepristona, una droga que no está todavía aprobada en la Argentina, pero “se tendrá que aprobar”, dijo. “Esta combinación -siguió el funcionario- produce aborto en el 95% de los casos dentro de las 10 semanas de embarazo. Prácticamente no necesita consulta en el hospital”. ■