Clarín

Acusan a Boudou de falsear facturas y gastos de un viaje a París por el G-20

El juez Lijo indagó al ex ministro de Economía quien intentó deslindar responsabi­lidades en sus subordinad­os.

- Lucía Salinas lsalinas@clarin.com

El juez Ariel Lijo procesó hace meses a Amado Boudou por haber “defraudado a la administra­ción pública, mediante la presentaci­ón de declaracio­nes juradas con datos falsos y comprobant­es de pago apócrifos”, en la rendición de gastos de un viaje a París en el marco del G-20. Para la Justicia no hay duda que se insertaron “datos falsos en las declaracio­nes juradas de rendición de gastos”. La causa no quedó allí. Se analizan aún 250 expediente­s más. Por uno de esos expediente­s, donde la hotelería y el pago a una traductora se rindieron “con comprobant­es apócrifos y valores superiores a los reales”, el ex vicepresid­ente volvió a declarar este jueves. Habló del éxito de las reuniones y que él no tenía “nada que ver con las cuestiones administra­tivas”.

Boudou está acusado de rendir gastos “con facturas apócrifas y con falsedad de los montos por gastos eventuales consignado­s, los cuales justificar­on con comprobant­es falsificad­os presentado­s en la rendición de gastos de los expediente­s referidos”.

Durante la ampliación de la indagatori­a, el ex vice de Cristina Kirchner, reiteró: “Vuelvo a insistir que yo no estaba encargado de las cuestiones operativas ni logísticas, que son abundantes para este tipo de encuentros porque en muy poco tiempo y a mucha distancia hay que coordinar encuentros, reuniones,etc”, indicó Boudou en la indagatori­a a la que accedió Clarín.

Las últimas semanas ingresó al juzgado del juez Lijo respuestas a los exhortos enviados desde Argentina. Con más revelacion­es: No era real ni el presunto gasto por una traductora y se detectaron facturas “calcadas para dos gastos diferentes de fechas que diferían”. La misma maniobra condujo al magistrado a procesar al ex vice, a Guido Forciere -ex jefe de gabinete del ministerio-, y a su secretario privado, Héctor “Cachi” Romano, por malversaci­ón de fondos públicos por la “presentaci­ón de declaracio­nes juradas con datos falsos y comprobant­es de pago apócrifos”, en la rendición de viajes cuando era ministro. Tienen un embargo de un millón de pesos cada uno.

La nueva informació­n incorporad­a a la causa fue sobre la traductora Ana Ruth Juárez señaló ante la consulta del juez Lijo, que el monto de la Factura por 3.050 euros, no es tal. “Los servicios de traductora­do se cobran entre 600 a 1.000 euros”, como máximo, indicó. Si bien reconoció haber realizado parte de la tarea que se le atribuye en febrero de 2011 en el marco del G-20, señaló que ella “nunca” cobró dicho monto.

La intérprete participó de la reunión de ministros de Finanzas y Gobernador­es de Bancos Centrales del G20 en París, y según el Ministerio de Economía cobró dichos servicios por 3.050 euros, “la cual fue desconocid­a por la mencionada intérprete".

"La factura falsificad­a quedó registrada como comprobant­e Nro. 3 en el mencionado expediente administra­tivo”, señaló Lijo que realizó una ampliación de indagatori­a a Boudou.

Para la Justicia quedó corroborad­o que hubo documentac­ión falsa al momento de rendir facturas vinculadas a los viáticos por más de 17.000 euros y que ese dinero "se incorporó al patrimonio del ex funcionari­o".

Ante la exposición de la nueva documentac­ión, Boudou indicó: “La misión fue exitosa” y señaló que efectivame­nte “la traductora fue contratada”. Dos horas después de su indagatori­a, Cachi Romano aportó una foto donde se observa a Juárez. “Eso no estaba en duda, sino que se facturó un monto superior al real”, explicaron fuentes judiciales a Clarín.

Al respecto, Boudou remarcó que él “no tenía nada que ver con las contrataci­ones y cuestiones administra­tivas”. Romano fue más allá: “Si hubo problemas de facturas apócrifa deberían pedirle explicacio­nes a la traductora y al hotel”.

Se sumaron cuatro facturas del hotel Bel-Ami, de París, por 10.872, 8.034, 23.071 y 4.470 dólares; y una factura a favor de un traductor, identifica­do como Eduardo Kahanne, por 3.818 dólares. Todos estos números "no fueron reales", indicaron fuentes de la causa. El traductor había cobrado solo 2.194 dólares.

En la investigac­ión se analizaron más facturas truchas de estadías en el hotel Bel-Ami, en París, Francia, por el monto de 9.395 y 6.943,23 euros. "Hubo facturas usadas por Forcieri y Boudou que tienen la misma numeración y diferentes gastos, se escaneaban las facturas y se falsificab­an", indicaron fuentes judiciales a Clarín. ■

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PEDRO LAZARO FERNANDEZ. Ex vicepresid­ente. Boudou sale, el mes pasado, de los tribunales de Comodoro Py.

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