Timbos a la medida del caballero
Experimentación y estilo clásico
El mercado masculino es cada vez más ambicioso y Terrible Enfant opera en ese sentido. Un matrimonio de jóvenes diseñadores -Luz Bauza y Horacio Caillaudque trabaja la idea del zapato he- cho a mano como ninguna otra marca local, con la intervención del artesano en contraposición a las maquinas. Un oficio heredado de la inmigración italiana en nuestro país y que sobrevive o, mejor dicho, vive en estas piezas que lejos de estandarizar ofrecen objetos personalizados. En su búsqueda constante de nuevos materiales, la experimentación cobra un papel fundamental que forma parte de su identidad y que se traduce en molderías que innovan desde la forma, pero también en la incursión de materia- les atípicos como el pelo de potro, la rafia, el alcornoque, el jean o incluso el plástico, previamente testeados para brindarle al cliente máxima comodidad. Además, defienden la industria nacional a través del uso del cuero vacuno argentino, utilizado en las capelladas de modelos más clásicos, pero también en suelas y tacos. Su nueva colección estrena novedades. Su modelo Doherty tiene el cuero tatuado por un profesional que trabaja, en lugar de la piel humana, piel animal. Para los que quieran un clásico que dure toda la vida, la marca desarrolló los borcegos Hooligan, siguiendo la horma del modelo inglés, pero con doble suela cosida a mano. Pero no todo es salirse del molde. Para aquellos que se aferran a los clásicos, la marca tiene una colección estable de mocasines, acordonados, botas que responden a los formatos de antaño. La diferencia con otras propuestas es que llevan una mano artesanal que los distingue y un precio muy competitivo. Un lujo. (Gurruchaga 1418 y Arroyo 961).