“Sigo una pasión que no se extingue”
Hugo Fattoruso. Estrena documental y toca en el CCK El músico uruguayo dice que estudia cada vez más, y se declara muy buen cocinero.
Hugo Fattoruso es, sin duda, uno de los artistas más originales del Río de la Plata. Pianista y compositor nacido en Montevideo en junio de 1943, es dueño de una importante trayectoria que comenzó hacia mediados de los años ‘50 y que continúa hasta el día de hoy.
Integrante de grupos como Los Shakers, Opa, Los Pusilánimes y el Trío Fattoruso, “El Hugo” compartió además giras y escenarios con artistas como Chico Buarque, Milton Nascimiento, Djavan, Hermeto Pascoal, Don Cherry y Ron Carter, entre otros. De su importante discografía surgen, sólo a modo de ejemplo, dos grandes trabajos: Homework y Ciencia Fictiona.
Ahora, su historia quedó excelentemente reflejada en el documental Fattoruso, que se estrena hoy en el CCK. En tanto, mañana, en el mismo lugar, hará un concierto de piano y teclados, acompañado por la percusionista Albana Barrocas. -Algunos episodios del documental muestran tu fuerte costado bohemio, que incluso te jugó económicamente en contra ¿Cómo es hoy?
-Es genético. Es mi manera de ser. Fui siempre muy descuidado en el aspecto económico del negocio. Me preocupan más las notas que voy a tocar, lo que voy a hacer con la música... En eso soy muy detallista. -¿Qué impresión tuviste cuando viste el documental terminado?
-¡Muy buena! La pura verdad es que me quedé apreciando el trabajo que hicieron en producción y dirección Santiago Bednarik y su grupo. Lo planificaron durante dos años, y el rodaje duró tres años más. Y te digo que quedó muchísimo material afuera, entrevistas larguísimas que después hubo que cortar.
-Los documentales suelen ser la señal de un artista que empieza a dar la vuelta. ¿Podría ser tu caso? -¿Terminar? No pienso eso, no está en mi cabeza. Lo único que tengo en la cabeza son mis últimos temas, bien fresquitos. Creo que le estoy agarrando la onda. Persigo una utopía: tener cada vez un mejor nivel. Termino una composición y quiero que la siguiente sea cada vez mejor. Quizás ése es mi camino, perseguir una utopía.
-Con la historia que tenés como compositor, ¿qué significa que le estás agarrando la onda?
-Que los temas que estoy escribiendo -perdón por esto, porque puede sonar petulante- sean interesantes, dentro del estilo que hago. Y que, por supuesto, tengan brío y frescura en todo momento. Que no sea un cliché. Estoy logrando que mantengan ese fuego.
-¿Esa sensación no la tenías antes? -Cada vez la siento de manera más palpable. Hoy estudio más que antes porque me preocupa más que antes la música. Era más suelto. Mucha gente me da su cariño, y ese afecto me compromete y tengo más conciencia de que debo responder a ese cariño con lo mejor que tengo. -Si bien no tocás mucho en vivo, estás con varios proyectos.
-Estoy en cinco proyectos. Con el percusionista Tomohiro Yahiro en Dos Orientales; un quinteto que se llama Barrio Sur, con Los Silva en la cuerda de tambores; después está HA, con la percusionista Aldana Barrocas; el piano solo, y luego el grupo con Daniel Maza que es trío o cuarteto con Leonardo Amoedo.
Después de haber andado el mundo, y de haberse quedado varias temporadas por ahí, Hugo Fattoruso vive en la casa de su familia, en Montevideo, con su madre. “Me gusta esta vida que hago. Siempre ayudé en casa y ahora más, porque mi madre tiene 97 años. Me gusta cocinar, ordenar, hacer los mandados de todos los días. Siempre hay algo que ir a comprar: legumbres, la manteca, la leche, el pan, y tener la casa funcionando. Y aparte, estudiar y tocar. También me gusta mucho cocinar.
-¿Cuáles son tus especialidades? -En minutas soy capo. También me salen bien los curries, que quedan espectaculares. Mis hijos, que viven en Europa y en los Estados Unidos, me traen curry en serio que no consigo en Montevideo. Además preparo un buen feijao preto con carne o sin ella, el chupín de pescado me sale bastante bien y mi puré es lo máximo. Ojo, tengo hinchas de mi comida. Mi vida es estudiar, tocar, cocinar, que quede algo para la cena, los mandados y así se van yendo los días.
“Tengo 74, y estar activo me mantiene feliz”, dice, y vuelve sobre su obra actual: “Tiene mejor definición. Quiero ser lo menos enreverado posible y que sea contundente. Hay gente que la complica demasiado, a la música, pero en el fondo uno toca lo que le sale del corazón. Uno no se puede escapar. No tengo fórmulas. Sigo una pasión que no se extingue y que me acompañará hasta el cajón. Cuando vea que van a cerrar el cajón, diré: ‘Esperen’; y, ‘¡plin!’. Tocaré la última nota”. ■