Clarín

Los europeos temen que la OTAN sea el próximo objetivo del magnate

Creen que podría poner en riesgo la defensa militar de la región. Ya la había calificado de obsoleta

- Idafe Martin Elmundo@clarin.com

La grieta que va separando a la Unión Europea de Estados Unidos desde la llegada a la Casa Blanca del presidente Donald Trump se expresa también en la OTAN. Aspectos fundamenta­les de las relaciones transatlán­ticas como la lucha contra el cambio climático, la política hacia Oriente Medio y los lazos comerciale­s, llevan meses en caída libre.

La cooperació­n militar, paraguas bajo el que se protege Europa, aguantó hasta ahora las embestidas de Trump a pesar de que el magnate llegó a decir antes de ser presidente que la Alianza Atlántica era una organizaci­ón “obsoleta” y a exigir a sus socios militares europeos que aumenten el gasto militar si quieren que EE.UU. cumpla sus compromiso­s.

La nueva sede de la OTAN en Bruselas espera al presidente estadounid­ense el 11 y 12 de julio para su cumbre anual, y Europa teme ahora lo peor tras la bronca de la semana pasada en la reunión del G7 en Canadá, en la que Trump se desmarcó de los acuerdos alcanzados y llegó a insultar al primer ministro canadiense Justin Trudeau.

Diplomátic­os europeos consideran que esa cumbre puede ser otra oportunida­d para que el estadounid­ense renueve sus ataques contra los europeos y Canadá por la guerra comer- cial (avanzan los anuncios de represalia­s por los aranceles estadounid­enses), y porque Trump exige a los países de la OTAN que aumenten su gasto en defensa.

La Unión Europea creó un fondo para financiar proyectos de desarrollo de material militar de vanguardia, pero a Trump no le gustó porque Bru- selas sólo financiará aquellos proyectos que sean desarrolla­dos de forma conjunta por empresas de tres países europeos, dejando fuera de ese nuevo fondo a las compañías militares estadounid­enses. Washington quiere que Europa gaste más en defensa, pero siempre que sus compras las haga en Estados Unidos.

La OTAN se creó para contener durante la Guerra Fría a la Unión Soviética y su rival estratégic­o sigue siendo una Rusia que desde 2014 muestra una actitud más expansiva, con la anexión militar de la provincia ucraniana de Crimea, su apoyo militar a los separatist­as prorusos del sureste de Ucrania, y sus continuas violacione­s del espacio aéreo de países como las repúblicas bálticas.

La Alianza Atlántica sigue teniendo como prioridad la contención de esa nueva Rusia, pero ahí también podría llegar la bronca con Donald Trump después de que el presidente estadounid­ense exigiera la semana pasada que Rusia volviera al G7, del que fue expulsada tras intervenir en Ucrania. Un enfrentami­ento entre Europa y EE.UU. sobre la política de la OTAN hacia Rusia podría tener consecuenc­ias imprevisib­les sobre la seguridad europea y la geopolític­a del norte del Atlántico. ■

Washington quiere que Europa gaste más en defensa, pero siempre que compre a EE.UU.

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