Clarín

El estadio de Roma, el primer gran escándalo del nuevo gobierno italiano

Personajes vinculados a la alianza oficial repartiero­n o recibieron coimas. Hay ya 27 detenidos.

- ROMA. CORRESPONS­AL Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

Apenas instalado en el poder, el gobierno populista de Italia vive su primer gran escándalo de corrupción, que ha llevado a la cárcel y al arresto domiciliar­io a 27 políticos y personajes acusados de complicida­d en una vasta obra de ilegalidad­es calificada­s como “criminales” por la justicia, para facilitar la construcci­ón del estadio de la sociedad de fútbol Roma.

Los dos líderes de la alianza de gobierno han sido salpicados en un caso que tiene al parecer otras derivacion­es. En el centro el joven constructo­r multimillo­nario, de 41 años, Luca Parnasi, arrestado, con amplias entradas e infiltraci­ones en el Movimiento 5 Estrellas de Luigi Di Maio y la Liga de Matteo Salvini, ambos viceprimer­os ministros.

Di Maio ha sido embestido en pleno porque uno de los principale­s operadores del movimiento “grillino” (por Beppe Grillo, su fundador), Luca Lanzalone, esta metido hasta los cabellos en las operacione­s de corrupción.

El constructo­r Parnasi distribuyó coimas y dádivas a granel entre políticos de varios partidos. Además de los populistas, también quedaron “pegados” en el escándalo dirigentes locales romanos del Partido Democrátic­o de centroizqu­ierda y de otras fuerzas menores, que eran untados con euros.

La justicia italiana controlaba a Parnasi desde hace casi un año, gracias a los sofisticad­os ingenios electrónic­os del Arma de Carabinero­s, que intercepta­ban las telefonead­as, las conversaci­ones y los sonidos ambientale­s. El resultado es un voluminoso “dossier” lleno de rayas negras obligatori­as porque se trata de los informes dados a las partes en la causa. Las rayas negras, llamadas “omis- sis”, denuncian que en las intercepta­ciones estaban hablando parlamenta­rios y hasta miembros del gobierno. Esas sustancias serán empleadas por fiscales y jueces pero están por ahora cubiertas por el secreto de oficio.

“El gobierno lo estoy haciendo yo”, fanfarrone­aba el constructo­r Parnasi, aunque al parecer era cierto que en enero había intuido que la Liga de Salvini y el 5 estrellas de Di Maio estaban destinados a aliarse después de las elecciones del 4 de marzo.

Así fue y el 12 de marzo, pocos días después del triunfo populista que ha cambiado la historia política de Italia, los aparatos electrónic­os de los carabinero­s, que habían llenado de “pulgas” ambientale­s la casa del cons- tructor Parnasi, registraro­n todos los detalles de una cena de la que participar­on el gran corruptor, el dirigente poco conocido pero muy importante del partido de Di Maio, Luca Anzalone, y nada menos que Giancarlo Giorgetti, número dos de la Liga de Salvini, que actualment­e es el estratégic­o subsecreta­rio de la presidenci­a del Consejo de Ministros, un cargo que le permite coordinar y vigilar hasta el vuelo de una mosca en el gobierno del primer ministro Giuseppe Conte.

Parnasi conversó con ellos del tema de la construcci­ón del estadio de la Roma, el club de fútbol más popular de la capital italiana.

Esta tarea en el ambiente corrompido romano significa repartir coimas y dádivas entre los que pueden bloquear la marcha del proyecto.

Al parecer Luca Anzalone, de los “grillinos”, recibió una primera “do- nación” de cien mil euros. Anzalone fue el autor del reglamento interno del Movimiento 5 Estrellas y los dirigentes estratégic­os, Beppe Grillo y el empresario Giancarlo Casaleggio, lo mandaron hace tiempo a arreglar líos en dos municipios importante­s para el grupo populista: Roma y Livorno.

En Roma Anzalone terminó nombrado presidente de la ACEA, la importante agencia que se ocupa de las redes de agua y electricid­ad de la capital, además de los problemas ambientale­s. Así es como entró en contacto con Parnasi y después pasó a los negocios “non sanctos”.

En la historia aparece también el otro partido populista, la Liga de Matteo Salvini, el xenófobo y actual ministro del Interior. En las intercepta­ciones, Parnasi asegura a sus interlocut­ores que “desde hace años que soy muy amigo de Matteo”.

En la prensa se sostiene que el constructo­r es un antiguo financiado­r de la Liga y que incluso hay una donación de 250 mil euros a un entidad que controla el partido de Salvini. La presencia de Giancarlo Giorgetti, el brazo derecho de Salvini, en la cena del 12 de marzo, hace más creíble que la relación existe y es profunda. ■

“El gobierno lo estoy haciendo yo”, fanfarrone­aba el constructo­r Parnasi.

 ?? AFP ?? Jefe de gobierno. Giuseppe Conte, el flamante primer ministro de Italia. La alianza neofascist­a y populista enfrenta su primer grave escándalo.
AFP Jefe de gobierno. Giuseppe Conte, el flamante primer ministro de Italia. La alianza neofascist­a y populista enfrenta su primer grave escándalo.

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