Clarín

Cuando los secretos inesperado­s salen a luz

- Sensacione­s Daniel Ulanovsky Sack dulanovsky@clarin.com

“Qué cosas no sé sobre mi madre”. Esta invitación a pensar la vida escondida de nuestra familia más cercana la formuló, en una columna de Chicago Tribune una amiga, la periodista Mary Schmich. ¿La historia? Unos años antes de morir, su mamá le había dejado un álbum de recuerdos, fotos y recortes. Mary no lo abrió por un buen tiempo hasta que decidió hacerlo y encontró unos versos en los que se daba a entender que su papá había dejado a su mamá. Para ella, un descubrimi­ento que -en verdad- no sabe si tuvo algo de cierto. Sus padres habían seguido juntos, pero siempre pudo haber una breve ruptura mantenida en secreto. O a lo mejor fue una imagen ficticia de su madre para reflejar cierta soledad. O vaya uno a saber qué otra cosa.

La historia de Eduardo es diferente, pero no tanto. De chico había realidades subterráne­as que él no comprendía y que recién empezaron a tomar sentido de grande. Desde mi intuición, la guerra en Europa no distanció a su familia. O no tanto. Pero la sensación de ser distintos, sí. Cada uno con su identidad: unos, con el orgullo de ser vanguardia de los pueblos. Los otros, con una conciencia de pertenecer a una religión milenaria que les daba pertenenci­a. ¿Se podía -o se debía- explicarle­s eso a los chicos? ¿O mejor criarlos como si la lejanía fuera lo natural hasta que en un momento empezaran a entender? Sé que antes el silencio era la respuesta por default. No sé si en todos los casos resultaba errado: ¿no les gusta a los chicos soñar familias grandes don- de todos son amigos y ellos, los príncipes? ¿Vale profundiza­r la palabra disgregar?

Yo tengo una mirada dual acerca de los secretos de familia. Cuando mi mamá murió, me quedé con un cuaderno suyo de la adolescenc­ia. Y, luego, con una caja llena de cartas. Ojeé el cuaderno y sentí que estaba en un territorio que no me correspond­ía. Luego leí una carta que le escribía mi abuelo sobre una tía y me amargó la historia crispada que se contaba. Decidí no leer más (¿por ahora?). No es pudor, siento que me protejo: lo que tiene que ver conmigo quiero saberlo. Lo de los otros, hasta ahí. No pienso que la muerte implique quitar los velos. Algunas realidades no habrán sido para nosotros y prefiero mantenerlo así. A veces imagino mi muerte y me pregunto si mis hijos deben saber todo sobre mí. Nada terrible hay para ocultar pero estoy convencido de que algunas cosas mejor yacen en la tumba.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina