No es una locura imaginar a James junto a Ginóbili en los nuevos Spurs
La súper estrella de la NBA siempre admiró a Gregg Popovich. Y el DT del bahiense lo pretende. Los Lakers y su indudable poder seductor también buscarían quedarse con el alero.
Poco más de cuatro meses de receso en una competencia bien podrían hacer pensar en su desaparición, al menos mediáticamente, por ese para nada corto período. Sin embargo, cuando se trata de la NBA eso no ocurre. Durante las “vacaciones” hay casi otro torneo: el que se juega para ver qué franquicia arma el mejor equipo.
Para los argentinos, claro, las noticias más relevantes tienen los colores negro y plata. Si Emanuel Ginóbili -que aún debe resolver su decisióncontinúa jugando en San Antonio, es seguro que no lo hará más con la estrella del equipo, Kawhi Leonard, quien pidió ser traspasado. Pero ¿podría Manu jugar con el mejor del mundo: LeBron James? Es una posi- bilidad. Aunque la permanencia de un crack y la llegada del otro están bastante ligadas entre sí.
La continuidad de James en Cleveland siempre tuvo forma de incógnita, pero esta vez tiene más olor a cierto que nunca. Tiene un contrato con los Cavaliers que en el receso le permite ejecutar su opción de jugador. Eso significa que es un vínculo válido hasta la mitad del año próximo, pero al que puede renunciar para ser un agente libre. Asegurando esa última temporada o firmando un contrato nuevo, Cleveland obviamente quiere seguir contando con él. Pero hay al menos otros seis equipos interesados en sumarlo: Los Angeles Lakers, Philadelphia, Houston, Boston, Golden State y... los Spurs.
Entre los factores a favor de esa determinación están el respeto y la admiración que el alero tiene por Gregg Popovich, el entrenador de la franquicia texana, a quien alguna vez definió como “el mejor de la historia”. Y el protagonismo permanente: San Antonio lleva 20 años peleando por el título, con más o menos chances. Si el viejo lobo Pop le pide una reunión, ésta se concretará.
Sin embargo, en las últimas horas se conoció una noticia que, así como en un punto serviría para el arribo de la súper estrella, en otro lo complicaría. Kawhi Leonard pidió ser traspasado. El alero de los Spurs, MVP de las finales 2014 y dos veces mejor defensor de la NBA, apenas jugó nueve partidos en la última temporada. A medida que las semanas avanzaron sin progresos, crecieron los rumores que indicaban que el basquetbolista quería dejar el equipo, algo finalmente confirmado. Referentes como Ginóbili y Tony Parker no tuvieron reparos a la hora de hablar sobre la lesión de su compañero y mostrar sorpresa por la falta de progresos. En la ciudad, tal como lo comprobó Clarín en los playoffs, la mayoría de los hinchas percibieron que Leonard ya no que- ría estar ahí.
En términos competitivos, la salida de quien tiene dos años más de contrato pero la opción de jugador para fines de la próxima no sería un aliciente. Sólo serviría en términos económicos ya que San Antonio no tiene el suficiente espacio salarial para hacerse cargo de un sueldo como el de James sin renunciar a alguna otra estrella. Y Leonard es casi todo lo que tiene el manager general RC Buford para ofrecer. LaMarcus Aldridge sería lo segundo más potable, pero ya a una considerable distancia de un nivel como el que tienen los otros dos jugadores.
De repente, Leonard y James podrían terminar juntos, pero no en San Antonio sino en Los Angeles. Los Lakers se erigen como el destino candidato para ambos. El primero ya le manifestó a sus agentes que quiere ir a esa ciudad. La franquicia que conduce desde las oficinas el mítico Magic Johnson tendrá espacio salarial como para fichar a dos estrellas con contratos máximos. Para sumar a un tercero (Paul George era el gran candidato hasta el anuncio de la decisión de Leonard) habría que hacer varios movimientos de la plantilla, algo muy complejo pero que no se descarta.
La ruleta ya gira y las franquicias de la NBA juegan fuerte en el armado de los planteles. Ginóbili no determinó -o al menos no lo comunicó- si seguirá . Si lo hace, ahora habrá que ver si juega con una estrella, con dos o con ninguna. Y cuánto podrá pesar eso en su decisión. ■