Clarín

Los técnicos perdieron ante la política y Macri debió cambiar

La salida de Aranguren y Cabrera. Contra su voluntad, el Presidente los reemplazó con la idea de reconstrui­r el diálogo, roto, con sectores de la energía y la industria.

- Walter Schmidt wschmidt@clarin.com

“Lo técnico perdió ante la política”. La reflexión oficialist­a echa luz al ingreso, en el segundo tiempo del partido, de Javier Iguacel en Energía y de Dante Sica en Producción. Quienes salieron, los técnicos, Juan José Aranguren y Francisco Cabrera, son el reflejo de un ciclo agotado.

No es que Mauricio Macri -dicen en la Casa Rosada- haya dejado de creer que Aranguren es el mejor ministro de Energía de las últimas décadas. Es más, en una empresa seguro hubiera continuado en su cargo, razonan. Pero en un país como la Argentina, fue la dinámica política la que le arrancó al Presidente los sillones de “Juanjo” y “Pancho”, tal como llamaban a los ahora ex funcionari­os.

“Se renueva la posibilida­d de construir un nuevo diálogo con los distintos sectores y hacer más llevadera la situación de la gente. Pero es una posibilida­d, habrá que esperar”, explican dos hombres del círculo de extrema confianza de Macri.

Trazar un paralelo es inevitable: Aranguren tenía varios frentes abiertos -los sindicatos, YPF, Elisa Carrió y los radicales, la oposición- y Cabrera, la Unión Industrial Argentina (UIA) y las pymes. Ya no tenían margen de dar marcha atrás y, mucho menos de reconstrui­r una red que permitiera mejorar sus gestiones.

Los cambios en el gabinete nacional también sirvieron de antídoto para tranquiliz­ar a los movedizos socios que el PRO tiene en Cambiemos, el radicalism­o y la Coalición Cívica. Exultante, Carrió se comunicó el sábado por la noche con dirigentes de su espacio para contarles cuál era la buena nueva: la eyección de Aranguren.

La chaqueña relató que venía hablando a diario con el Jefe de Gabinete Marcos Peña y con su vice, Mario Quintana, entre otros funcionari­os, sobre los cambios. En otras palabras, la decisión tenía varios días y la habría compartido el Presidente con ella, el jueves cuando dialogaron en Olivos.

El radicalism­o, en tanto, observa con algun grado de satisfacci­ón que, producto de la dura realidad económica, el Gobierno está escuchando más. No sólo a Ernesto Sanz, miembro de la mesa política o al jefe del partido, el gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, sino a otros interlocut­ores como Gerardo Morales y hasta a intendente­s como el cordobés Ra- món Mestre y el santafesin­o José Corral.

“Es una bocanada de oxígeno que le hace bien al gabinete”, resume un referente de la UCR. Auque la duda es cómo los nuevos funcionari­os lograrán, bajo el corset que implica el acuerdo con el FMI, conseguir alguna mejora que llegue al bolsillo de la sociedad.

Las salidas de Aranguren y Cabrera empezaron a definirse el jueves - cuando se informó de la renuncia de Federico Sturzenegg­er en el BCRA-, pero se demoraron porque el ministro de Energía estaba en Bariloche y faltaba confirmar que Sica aceptaría el cargo en Producción. En un momento, quedaba la decisión para oficializa­rse este lunes, pero evaluaron que era mucho tiempo y que se iba a filtrar.

Nadie en Balcarce 50 descarta más cambios, pero sí aseguran que no serán tan estratégic­os como éstos. “Las areas más sensibles donde necesitába­mos frescura y nuevo empuje eran estas”, dicen. Podrían haber algunas remociones más pero en áreas de menor importanci­a.

Si bien ni Iguacel ni Sica vienen de la militancia claramente tienen, para el Gobierno, otra sensibilid­ad política que sus antecesore­s. A Iguacel, un ingeniero que viene del sector petrolero y con una elogiada gestión en la Dirección de Vialidad Nacional le dicen el “mini Galuccio”. Aluden así a Miguel Galuccio, el joven brillante ex Ceo de YPF. En el caso de Sica lo comparan con Miguel Peirano, el ex ministro de Economía -menos de cinco meses- de Néstor Kirchner que venía de la UIA y del Grupo Techint.

En el Ejecutivo coinciden que esos dos cambios, junto al de Luis Caputo a la presidenci­a del Banco Central, le dan más protagonis­mo y herramient­as al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, cuya responsabi­lidad será mucha mayor que la de coordinar siete ministerio­s.

“Estamos muy dependient­es del tema financiero-cambiario a corto plazo”, se sincera un funcionari­o. Por eso, mas allá de la estabilida­d necesaria del dólar, en algunos despachos del gabinete ven una prueba de fuego en los próximos meses: la aprobación del Presupuest­o 2019 que reflejará el acuerdo con el Fondo Monetario Internacio­nal

“El peronismo tiene una prueba de fuego de acá al 15 de setiembre. Si hay buena leche debe aprobarse en setiembre, sino será una demostraci­ón de que el PJ ingresó en un clima pre-electoral irresponsa­ble”, razonan en el think tank de Cambiemos.

Puertas adentro, los oficialist­as más autocrític­os destacan que el Presidente está tomando nota de las cosas que no están funcionand­o. Cambió un factor irritante por alguien que se puede sentar frente a a los distintos sectores y hablar en el mismo lenguaje. Una reivindica­ción tardía del valor de la política. ■

Iguacel y Sica tienen más sensibilid­ad política y pueden reconstrui­r el diálogo interrumpi­do.

 ?? D’ELIA ?? Oxigenació­n. Macri reemplazó a Aranguren y Cabrera por dos hombres con sensibuili­dad política.
D’ELIA Oxigenació­n. Macri reemplazó a Aranguren y Cabrera por dos hombres con sensibuili­dad política.

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