“El cuerpo habla. Manda mensajes”
Graciela González -doctora en Química Analítica e investigadora independiente del Conicetaun recuerda sus tiempos de estudiante cuando se le ocurrió hacer prácticas en el laboratorio de Gendarmería Nacional. El trabajo de analizar explosivos y rastros le fascinó tanto que finalmente, por concurso, terminó trabajando en la Fuerza como “profesional asimilada”.
González dejó la Gendarmería en 2005 y volvió al mundo académico, pero el enamoramiento con las causas penales nunca se le fue. Por eso disfruta especialmente de dar cursos de capacitación en la Facultad de Química y también en ámbitos judiciales. “Mi trabajo es que dos mundos tan distintos se entiendan. Y no es fácil. ¿Un ejemplo? En una capacitación yo analicé la ‘intencionalidad’ de un disparo, refiriéndome a cuán lejos había llegado del blanco; los abogados me entregaron hojas y hojas de argumentos psicológicos que explicaban el ‘dolo’. Manejamos idiomas diferentes”, admitió.
Nora Maidana es la única perito en caso de muerte por sumersión de Sudamérica. Participó en más de 60 casos judiciales. Doctora en Biología, investigadora principal del Conicet, su especialidad es analizar las diatomeas (algas microscópicas) cuya presencia en un cuerpo, de acuerdo a las características que presenten, pueden indicar muerte por ahogamiento.
“El cuerpo habla. Manda mensajes en distintos idiomas. Lo que uno espera cuando hace un peritaje forense es ver qué dice el cuerpo. Lo que hacemos los expertos en cada uno de esos idiomas en los que están escritos esos mensajes es traducirlos. Todo da un mensaje común. Sin la ciencia, vos lo que podés tener son solo intuiciones, suposiciones”, define Maidana. Para que quede más claro: “Nuestro conocimiento no solo tiene que servir para publicar hermosos papers que se acumulen y se usen después para equilibrar la pata de una mesa. Tienen que servir para algo más. Y esta es otra devolución a la sociedad que hace y puede hacer la universidad pública”. ■