“Yo vine a triunfar a River, a hacer historia y no a estar acostado en una camilla”
Marcelo Larrondo quiere dejar atrás las pesadillas luego de cuatro operaciones en las rodillas. Sólo jugó 460 minutos en dos años de padecimientos. Ahora pretende sentirse importante y cumplir su sueño de ser figura en el club del que es hincha.
Fueron dos años de padecimiento los que Marcelo Larrondo vivió profesionalmente. Por esas rodillas que no lo dejaron disfrutar como él hubiese querido de ese deseo que tanto tenía desde que gritaba los goles de River en Tunuyán, el rincón mendocino en el que nació: vestir la banda roja y que los hinchas se rompieran las gargantas con sus goles. Pero apenas pudo jugar 460 minutos (en 14 partidos) y convertir dos tantos (uno a Racing por el torneo local y otro a Guaraní por la Copa Libertadores). “Tengo una espina clavada. Yo vine a triunfar a River, a hacer historia y no a estar acostado en una camilla”, expresó Larrondo en la charla mano a mano con Clarín. -¿Cómo estás después de todo lo que padeciste con las lesiones en las rodillas?
-Bien. Más tranquilo. Dos meses antes del receso empecé a entrenar a la par de mis compañeros y estoy contento porque después de tanto tiempo inactivo pude terminar entrenando, pude jugar con la Reserva. Si miro hacia atrás y veo dónde estoy parado ahora estoy muy contento y con muchísimas ganas de empezar a sumar minutos, que es lo que más quiero. -¿Qué recordás de lo que sufriste? -Pienso que es una pesadilla, algo que no es creíble. Primero una rodilla, después la otra... Y me ponía a pensar y decía ‘o es una cosa o es otra’ o ‘es mentira lo que está pasando’... Fue algo increíble porque había estado en tantos equipos y nunca me pasó nada. Y estuve mal. No trato de mirar para atrás porque si no es peor. Cuan- do estaba en el gimnasio con mis compañeros y nos poníamos a hablar yo me sentía parte del grupo. Pero cuando ellos se iban a hacer otros trabajos al campo de juego y yo me tenía que quedar en el gimnasio me sentía muy mal.
-¿Tus problemas en las rodillas empezaron cuanto te lesionaste en Central o venían de antes?
-En Central. Antes nunca tuve nada, más allá de algún esguince de tobillo o ese tipo de cosas normales pero lesión de rodilla o de mucho tiempo de espera, nunca. Todo empezó cuando en Rosario me operaron. Y ahí tal vez me equivoqué. No por la operación, sino porque tendría que haber buscado un médico mejor para hacer una cirugía mucho mejor. Además, aceleraron los tiempos. Mi recupera-
Lo que me pasó fue algo muy raro. Son momentos de mierda que si no los vivís no te das cuenta de todo lo que se sufre”.
ción era de 60 días y cómo era clave en el equipo a los 20 o 21 días ya estaba jugando cuando en realidad tenía que estar en plena recuperación. Al no haber hecho una buena rehabilitación me empecé a descompensar, a fatigar los músculos, a correr mal y ahí es donde se provocaron los edemas óseos y eso complicó todo. -¿Cuántas cirugías fueron? -Fueron cuatro cirugías, dos por pierna. Una fue en Rosario y las otras tres en River.
-Entonces, ¿la explicación médica viene por el lado del apuro y de que no te operaron bien en Rosario?
-Sí, fue un poco más la aceleración de los tiempos y pudo haber influido un poco que no me hayan operado bien. -¿Cómo te jugó todo en la cabeza? ¿Pensaste en largar o siempre fuiste para adelante?
-En Rosario no lo viví tan mal porque ya había demostrado y no me sentía en deuda como sí me pasó en River. Hasta el día de hoy tengo una espina clavada. Yo vine a River para triunfar, para quedar en la historia, para ganar campeonatos y más siendo hincha de River, como lo soy. No vine con la idea de pasarme todo el tiempo acostado en la camilla. Llegué con una gran ilusión y es algo raro lo que me pasó. Hubo momentos en los que se me pasó por la cabeza dejar todo. Había días que estaba en mi casa y no sabía qué hacer. Trataba de no pensar, de no ver canales de deportes... Miraba un partido de fútbol diez minutos y apagaba la tele. Me moría de ganas por estar en la cancha, me ponía fastidioso, de mal humor y trataba de no estar en el ambiente del deporte para no sufrir tanto.
-¿Y te molestaron los comentarios que se hicieron de tus lesiones?
-No les di importancia. Lo que me molestaba era que me preguntaran todos los días cómo estaba. Trataba de ser educado al responder pero a veces me daban ganas de mandarlos a todos a la mierda. ■