Clarín

Alejandra Pizarnik en los ojos de un poeta sueco

El nórdico escribió un libro sobre la argentina. En ella "no hay diferencia entre vida y obra", dice.

- Paula Jiménez España

Las palabras de la poeta argentina parecen haber movilizado la vida del poeta sueco: ¿Cómo explicar/ con palabras de este mundo/ que partió un barco de mí/ llevándome?, escribió Alejandra Pizarnik. Y quizás por ahí - cómo explicar lo que nos lleva- hay que buscar la pasión que se despertó en Magnus William-Olsson cuando la leyó, en los años ’90.

Olsson estuvo estos días en Buenos Aires, vino a participar del Festi- val internacio­nal de Poesía. Ya lo había hecho en dos ocasiones impulsado por la investigac­ión de la vida y la obra de Alejandra Pizarnik, la poeta argentina (1936-1972) cuya obra trascendió a través de las generacion­es. A William-Olsson, esa pasión lo convirtió en el primer traductor de Pizarnik a su idioma: “Cuando la conocí - cuenta William-Olsson- sentí que había algo allí que tocaba algo esencial de mi concepto más hondo y desconocid­o de la poesía”. Además de ser traductor, Olsson publicó libros de poesía, de relatos autobiográ­ficos y de ensayos; escribe reseñas para una página que él mismo edita (www.ornenochkr­akan.se) y dirige un sitio web (www.podpoesi.nu) donde se puede acceder a una variedad de lecturas por “streaming” (retransmis­ión en tiempo real).

Este jueves, en la Biblioteca Ricardo Güiraldes, en Recoleta, presentó su último libro: Poetens Verk/ Alejandra Pizarnik, la obra de la poeta. El diseño de tapa, que pone en espejo su nombre con el de la argentina, podría estar expresando el diálogo de igual a igual que quien lee mantiene con el autor, además de la obvia fascinació­n que Alejandra tenía con los espejos (y que por ende tiene también él, ya que su vida “es inseparabl­e de la obra de Pizarnik”, dijo durante la charla). Lo acompañaba­n Andrea Castro -Profesora de Lenguas Hispánicas en la Universida­d de Gotemburgo- y la poeta Susana Villalba, quien organizó el encuentro.

Poetens verk, que incluye ensayos, cartas, traduccion­es de poemas y extractos de diarios, es un intento de aplicar a la obra de Pizarnik pensamient­os surgidos en su título anterior La lectura precede la escritura. Poesía y atención. Para Magnus, “la obra sólo se puede entender en su obrar, es algo que constantem­ente está en devenir”. Es por eso que, como ejemplo de ese obrar de la poesía produciend­o efectos en su propia subjetivid­ad, incluyó también el relato de uno de los sueños que tuvo con la poeta y lo tituló “Anoche soñé que la muerte me mordía la lengua”. Castro ligó este texto con la tartamudez de Pizarnik. “Existe una sola grabación en la que lee un poema – dijo Magnus al respecto-. Pero los padres y todo el mundo comentaron su modo de hablar. Ivonne Bordelois dijo que hablaba como un tren cuyos vagones se movían a diferentes velocidade­s. Es genial. Pero en la grabación no se oye nada de eso”.

En Poetens verk este escritor sueco pareciera intentar salvar la poesía de los lugares muertos a los que la condena la crítica tradiciona­l: para él este tipo de análisis nunca logra “espejar” el fondo de la cuestión, ni to- car esa sensibilid­ad a la que la escritura poética llega. “La obra del poeta es algo que fluye. ¿Cómo formular la crítica sobre esta obra? La obra de Pizarnik es perfecta para cuestionar la diferencia entre vida, escritura, textos y actos. No hay una diferencia entre obra y vida; son la misma cosa. Cuando hablamos de la tradición crítica normalment­e se trata de la razón y los conceptos, una forma que hoy sufre una crisis fundamenta­l”.

Tras la publicació­n de Poetens…, Magnus convocó a un encuentro performáti­co. La única condición para asistir era haber leído el libro y quienes lo hicieron recibieron al ingresar un espejito y luego recitaron, hablaron o cantaron, devolviend­o lo que la obra les había generado.

-¿Cómo lector, sintió la misma fascinació­n por los diferentes registros poéticos de Alejandra?

-Es difícil. Yo creo que la obra contiene todo. Hay facetas, muchísimas facetas, reflejos, lugares, espacios, pero la obra es una cosa viva que fluye como el río de Heráclito: es siempre otra.

-Afirmás que no hay diferencia entre vida y obra, ¿No hay otra posibilida­d?

-Se puede pensar a la poesía de varias maneras, como un objeto que se interpreta y entiende. Pero la idea del libro es algo que se debe vivir. Para mí, no hay otra manera. ■

Ivonne Bordelois decía que Pizarnik hablaba como un tren cuyos vagones se movían a diferentes velocidade­s”

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En Buenos Aires. William-Olsson, en el país. Sueña con Pizarnik, contó en la Biblioteca Güiraldes.
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Hasta el fondo. La poesía de Pizarnik conmociona.

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