Clarín

Marcha atrás de Trump con la separación familiar de los inmigrante­s

Fue tras el escándalo que desataron imágenes de niños llorando en jaulas. Pese a la nueva orden, el presidente insiste con su “tolerancia cero” al ingreso de ilegales.

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Fue con un decreto y después del escándalo desatado por las imágenes de los chicos encerrados en “jaulas”, apartados de sus familias. No obstante, siguió defendiend­o su política de “tolerancia cero” con la inmigració­n ilegal que atraviesa la frontera con México.

Ante el escándalo que generaron las imágenes de niños enjaulados, llorando y pidiendo por sus padres, el presidente Donald Trump retrocedió ayer y firmó un decreto que pone fin a la separación de las familias migrantes detenidas en la frontera sur al entrar sin autorizaci­ón a Estados Unidos.

La orden ejecutiva, no obstante, no anula la política de “tolerancia cero” que procesa a los adultos arrestados por ingresar ilegalment­e. El decreto tiene el objetivo de mantener a las familias unidas mientras son deteni- das, acelerar sus casos y pedirle al Departamen­to de Defensa que ayude a hospedar a las familias.

Básicament­e, la nueva directiva de Trump hacia los organismos de control es que encuentren o construyan instalacio­nes que puedan mantener juntas a las familias, padres e hijos, en lugar de separarlos mientras sus casos legales sean considerad­os por los tribunales.

La política de “tolerancia cero”, inaugurada en abril, obliga a presentar cargos criminales contra cualquier adulto que cruza irregularm­ente la frontera con México, lo que hasta ahora provocaba que se le separara de los niños con los que viajaban. A partir del nuevo decreto, los padres serán llevados junto a sus hijos a centros de detención de inmigrante­s.

Pero esto traerá otros problemas, ya que contradice un acuerdo firmado por Estados Unidos en 1997. Ese pacto, conocido como “Flores”, establece que los menores detenidos en la frontera solo pueden ser privados de libertad durante un máximo de 20 días. Los procesos por inmigració­n ilegal suelen durar mucho tiempo más. Así que es muy probable que haya demandas contra la Casa Blanca.

Trump, que hasta ahora había defendido que el único que podía aca- bar con la separación de las familias era el Congreso, aseguró que sigue trabajando para lograr una “legislació­n exhaustiva” que afronte sus prioridade­s en materia migratoria. “Conseguire­mos tener el muro” con México, garantizó.

“Mantenemos a las familias juntas, pero a la vez mantenemos la frontera fuerte. Mantendrem­os una frontera poderosa y seguirá habiendo tolerancia cero. Hay tolerancia cero para los que entran ilegalment­e”, aclaró el mandatario al estampar su firma en el Despacho Oval, acompañado por el vicepresid­ente Mike Pence y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirts- jen Nielsen. “No nos gusta ver a familias separadas, pero a la vez no nos gusta ver entrar ilegalment­e a gente”, apuntó.

Cerca de 2.300 niños -según cifras oficiales- han sido separados desde el 19 de abril de sus progenitor­es, procesados con cargos criminales y enviados a centros carcelario­s. El objetivo de esas separacion­es era desincenti­var la llegada de inmigració­n ilegal.

La separación de familias indocument­adas -la mayoría procedente­s de El Salvador, Honduras y Guatemala, los países del violento Triángulo Norte centroamer­icano- ha provocado una de las mayores crisis de imagen de la administra­ción Trump en el año y medio que lleva en la presidenci­a de Estados Unidos.

Una de las artífices de esta política de “tolerancia cero” dentro del gabinete de Trump es la secretaria Kirstjen Nielsen. “No pediremos perdón”, dijo la funcionari­a el lunes, cuando arreciaban las críticas.

Con un mensaje irritante, Nielsen defendió la política del republican­o y provocó críticas y condenas de organizaci­ones de derechos humanos y civiles. “¿Esto no es maltrato infantil?”, le preguntaro­n. “Tenemos elevados estándares”, respondió ella. “Les damos comida, les damos educación, les damos cuidados médicos, hay videos, hay television­es”. La cínica respuesta incrementó la ola de indignació­n. Numerosos legislador­es demócratas pidieron desde entonces su renuncia y en las redes sociales apareciero­n memes con Nielsen co-

mo Cruella de Vil, la villana de “101 Dálmatas”, e incluso como un oficial nazi.

Ayer, bajo una fuerte presión de opositores y aliados, Trump tuvo que dar marcha atrás y anunciar la firma de un decreto para mantener juntas a las familias. Nielsen pasó gran parte de la mañana redactando ese documento con el presidente, según medios estadounid­enses.

Hubo múltiples voces críticas contra la política de Trump. Ayer se sumó el ex presidente Barack Obama. “Ver a esas familias rotas en tiempo real nos pone ante una cuestión muy simple: ¿Somos una nación que acepta la crueldad de arrebatar a niños de los brazos de sus padres o somos una nación que valora a las familias y trabaja para mantenerla­s unidas?”, escribió en un mensaje publicado en su página de Facebook. El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, fue más directo: “Lo que está ocurriendo en Estados Unidos está mal”, dijo.

Entre los críticos está la primera dama, Melania Trump. “Lleva un rato” pidiendo al presidente que “haga todo lo que pueda para que las familias permanezca­n unidas”, informó un funcionari­o de la Casa Blanca.

Legislador­es republican­os también habían dejado trascender su temor de que sus perspectiv­as políticas en las elecciones de mitad de período se vieran afectadas por la política de separación de familias. Este cúmulo de cuestionam­ientos presionó al mandatario para evitar el horror de los centros de detención de niños.

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REUTERS Marcha atrás. El presidente Trump, ayer, mostrando a las cámaras el decreto recién firmado con el que intenta hacer frente a las protestas que levantó su plan inmigrator­io.

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