Según el Santander este año se crece 1,5% y la inflación puede llegar a 28%
El mayor banco privado del país y el más importante de Europa destaca que el Gobierno mantenga el rumbo.
Pese a la disparada que registró el dólar en las últimas semanas, la tensión financiera que se trasladó a la política y derivó en el desplazamiento de dos ministros, la eliminación -por ahora- de un ministerio y el cambio de presidente en el Banco Central, en el Banco Santander mantienen un cauto optimismo sobre la marcha de la economía argentina.
Las proyecciones del Santander para este año reflejan en cifras esa cautela que expresa el economista jefe del Santander, Sergio Galván: “Habrá un bache de crecimiento en el segundo semestre, pero vemos un crecimiento punta a punta para este año del 1,5%, con consumo estancado, un salario real que cae 2,4%, inflación en torno entre 26% y 28% y dólar en 29 pesos. Galván recomendó tomar perspectiva de lo que está ocurriendo en la Argentina. No lo dijo solo porque habló en Londres, sino porque a su entender hay que despegarse del día a día y mirar de dónde se viene.
Sobre los hechos recientes y el recambio en el Banco Central, señaló en tono elogioso: “Se reaccionó con ortodoxia, lo que me parece que era lo adecuado para el desafío que se enfrentaba”. Lo dijo al comentar la decisión del BCRA de llevar la tasa de interés de las Lebac al 47% anual. Sobre el tipo de cambio, dijo que su valor se irá coordinando con la necesidad de mantener un piso de reservas consensuado con el FMI. “Está claro que la plata del Fondo no es para financiar corridas cambiarias, y sí para pagar deuda. Lo primero que tenemos que preguntarnos es si el Gobierno modificó su rumbo por culpa de es- ta crisis. Y la verdad, afortunadamente no lo hizo. Se mantiene en lo que nosotros consideramos el rumbo correcto.” Ese rumbo, dice Galván, lo marcan algunos hitos estructurales:
• Ya no se discute la necesidad de convergencia fiscal. Lo aprendemos a los golpes, porque nadie nos presta.
• Venimos de récord de presión fiscal y de gasto público. Es obvio que hay que hacer un ajuste.
• Tampoco se discute que hay que corregir las tarifas, “aunque hay alguno que diga que es necesario ajustar mientras no le toque a él”.
• Hay consenso en que hay que bajar la pobreza, aunque sabemos que eso es una limitante fuerte para la gestión fiscal
• Hay que mejorar la infraestructura, como también creemos que hay que incentivar la inversión pública y mejorar la productividad para integrarse al mundo. Esto es una obligación, más que una elección.
Dice Galván: “Estamos en el rumbo correcto, de modo y lo cualitativo del rumbo no está en discusión. Lo cuantitativo se define con datos, que no hay que ignorarlos”. ■