Clarín

Patti dejó atrás una carrera plagada de títulos y de permanenci­a en la elite

En 21 años en la Liga Argentina -sólo faltó a una edición- ganó ocho campeonato­s con cinco equipos diferentes.

- Julián Malek

Cambios sustancial­es ocurrieron en Argentina y en el mundo en 22 años: la tecnología avanzó a pasos agigantado­s así como la medicina y la comunicaci­ón entre las personas a través de las redes sociales. Pero algo, o mas bien alguien, persistió en el tiempo. En la Liga Argentina de voleibol Leonardo Patti tiene asistencia casi perfecta: faltó sólo a una edición y concurrió a las otras 21. Es el jugador con mas participac­iones en el lomo, pero todo tiene un final. Y mediante una emotiva carta de despedida le puso el cierre a su carrera.

“Tomé la decisión el mismo día que me reuní con Javier Weber”, le comenzó relatando a Clarín el, hasta hace poco, receptor punta de Bolívar. ‘’Fue el 20 de abril. Hablamos un poco de todo y me dijo que quería que pase al cuerpo técnico. Me aclaró que no era él quien debía retirarme y que era decisión mía. Me invitó a que me tome mi tiempo para pensarlo, pero le respondí que no tenía nada que pensar. Siempre le dije que el día que me retirara me iba a encantar estar en ese lugar’, contó Patti.

El llamado de Weber lo tomó por sorpresa. Lo que le pidió, no tanto. “Pensé que me lo iba a decir en un año, que era el plazo que me quedaba como jugador, pero me llamó a la mañana para juntarnos en un centro comercial. Le pregunté a mi novia sobre qué sucedería si me pedía que dejara ahora. Y ella me contuvo. Son decisiones laborales y 100 por ciento personales”, explicó.

No escatimó en detalles e infirió sus sensacione­s, atreviéndo­se también a entrever cómo será el comienzo de la nueva etapa. ‘Primero viví un manto de lágrimas con mi novia porque sentí que se acababa una vida. Era el fin de 22 años jugando en Primera. De 22 años haciendo todos los días lo mismo, pero haciendo lo que uno sabe. Al principio va a ser rarísimo y difícil encontrar mi lugar, pero va a estar muy bueno poder acomodar lo que uno fue aprendiend­o durante su carrera y encararlo del otro lado. Es una oportunida­d única y soñada’’, contó.

Con una trayectori­a que incluye títulos de la Liga Argentina (ocho con cinco equipos distintos) y varios reconocimi­entos como mejor receptor o Jugador Más Valioso, parece que nada le faltó. Pero se lamentó: “Lo mejor que hice fue haber estado casi 21 años en Argentina, pero puede que la única asignatura pendiente fue no haber jugado más en el exterior. No sólo por lo económico sino por un tema de aprendizaj­e, de ver otras culturas, otra gente. Es lo único que me faltó, pero no hubiese tenido 21 años en Argentina de ese modo”.

Entre una vasta cantidad de encuentros, varios sobresalen en su memoria. Y recordó una anécdota de hace 14 años: “Me acuerdo que en la final Monteros-Bolívar fuimos a jugar el último partido de la final, pero recién a la tarde del día anterior me di cuenta de que me había olvidado mi camiseta. Me decían que no podía jugar y hablé con mi familia. Mi papá se fue corriendo hasta el aeroparque pidiendo que por favor me la alcanzaran, que la necesitaba. Al otro día, en el vuelo de la mañana, me llegó. Así era mi viejo.”

El aire de la entrevista cambió entonces. El tono alegre al recordar los buenos momentos se modificó por uno de melancolía. ‘’Hace cuatro años tuvo un ACV fulminante. Fue duro’’ comenzó a explicar. “Si algo le faltó a mi retiro fue mi papá, un pilar fundamenta­l en mi carrera. Cuando una persona marca tanto la vida de alguien, uno crece con eso. Fue un gran apoyo junto a mi familia, pero en particular él siempre me dijo que nunca debía bajar los brazos. Que no dejara que la situación me venciera y que me hiciera fuerte porque hoy era el voley pero mañana sería la vida”, dijo.

El rol de padre hoy lo ejerce él con sus dos hijas: Morena y Delfina. “Ellas siempre fueron mis objetivos, mis ojos. Siempre me encantó tenerlas ahí ya que para mí fueron determinan­tes. Pienso que fueron 22 años en los que, en el medio, tuve dos hijas. Dejó de ser algo sólo para mí y pasó a serlo también para ellas”, señaló.

En 22 años cambió la tecnología, cambió la medicina y cambió la forma de comunicars­e. Cambiaron muchas cosas. Ahora le llegó el turno de cambiar a Leonardo Patti. ■

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Los últimos colores. Leonardo Patti se fue de Bolívar como jugador pero seguirá con el staff de Weber.

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