Desafíos urgentes para la democracia
Estamos viviendo en una época de cambios acelerados en lo político, social, económico, internacional, cultural y tecnológico. Nos enfrentamos con situaciones nuevas que debemos resolver con inteligencia, mente abierta e innovadora y mediante el trabajo conjunto. La eficacia de las decisiones que tomemos y el timing de las mismas serán cruciales para nuestras sociedades y su futuro. Estamos frente a una crisis de representación y asistiendo a un desencanto con el sistema democrático.
Por ello, la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Argentina, con motivo de su 80 aniversario, organizó en Buenos Aires el Encuentro Iberoamericano con las Academias homólogas de España, Chile, Perú y Venezuela eligiendo como tema “Desafíos de la democracia en el siglo XXI: fortalezas y riesgos políticos, económicos, sociales, culturales e internacionales”. El objetivo fue expandir el conocimiento y servir para orientar la acción frente a la pérdida de confianza ciudadana en la capacidad del sistema democrático para conseguir fines colectivos y responder a las necesidades ciudadanas.
Resulta difícil sintetizar lo aprendido, expuesto y propuesto pero quisiera señalar algunos hallazgos y conclusiones, producto del enlace intelectual con los académicos de pueblos hermanos de América y España. Tomaré de este intercambio dos cuestiones: los desafíos de la democracia en un enfoque abarcativo y la visión internacional del problema.
En su ponencia plenaria, Pedro Cerezo Galán, de España, aportó un marco exhaustivo de los problemas que enfrenta la democracia de Occidente señalando una crisis de legitimidad y se refirió al recrudecimiento de los nacionalismos y populismos.
Hizo hincapié en el problema de la desigualdad y del extremo poder globalizado del sistema financiero. Sin embargo, sostuvo que la enfermedad de la democracia obedece sobre todo a razones morales. De allí la necesidad de reconstruir la confianza, para lo cual se requiere desde los líderes la ejemplaridad y desde la población, el cumplimiento de la ley y el cultivo del interés por lo público.
En el plano internacional, Adalberto Rodríguez Giavarini expuso sobre la creciente complejidad de las relaciones internacionales, en las cuales inciden nuevos fenómenos, como el crecimiento del populismo en los procesos electorales del mundo occidental.
Señaló que estamos asistiendo a un desplazamiento del centro de gravedad global del Atlántico hacia el Asia Pacífico con la emergencia de China como potencia global, tanto económica como geo-política. A medida que Estados Unidos disminuye su liderazgo mundial, China está expandiendo su influencia internacional. Luego realizó un análisis exhaustivo por región del orden internacional. Destacó cómo las relaciones económicas internacionales y en particular el comercio, estaban siendo influidos por las políticas populistas. Además remarcó cómo la competencia por el poder en el escenario internacional está generando un retroceso del multilateralismo.
Rosendo Fraga nos explicó las implicancias del retorno del nacionalismo como fenómeno global, tanto en Occidente como Oriente y su énfasis tanto por parte de los líderes globales, como de los regionales. Destacó que en la región, las elecciones presidenciales de Colombia, México y Brasil, se estaba dando una fuerte crisis de las estructuras partidarias tradicionales, que es expresión de la llamada “anti-política”.
Fernán Altuve Febres, de Perú, expuso sobre el caso de Latinoamérica y de una posible segunda guerra fría. Destacó la importancia de la pasión en la política, explicando que la gente no daba la vida por la globalización o el libre comercio, pero que sí podía hacerlo por la Patria o el nacionalismo.
Por último, Alberto Dalla Vía se refirió a la calidad de la Democracia y el conflicto entre la democracia representativa y la delegativa. Un desafió de los Estados de derecho hoy es el lograr conciliar representación con participación. La democracia se define como el gobierno del pueblo mediante representantes elegidos y el gobierno debe estar sometido a controles no solo desde lo institucional sino desde el poder de los ciudadanos. La democracia es un derecho humano fundamental que requiere ser protegido por órganos políticos internacionales. Federico Pinedo, presidente provisional del Senado de la Nación, cerró el Encuentro con una visión esperanzadora hacia el futuro. Sostuvo que salimos de una zona de certidumbres y que para ello necesitamos reglas pero también la innovación y sociedades colaborativas. Se plantea la necesidad de reconstruir la confianza, fomentar la transparencia y expandir la educación. Invitó a terminar con los miedos, superar las divisiones mediante el respeto al otro.
Queda claro que la crisis de la representación política es una cuestión central para la real vigencia de la democracia en Occidente y que ella sea resuelta adecuadamente, es la clave para que los valores de la libertad sigan animando a nuestras sociedades. En definitiva se trata de que la inseguridad, la desigualdad y el viento huracanado de la economía mundial, no nos dejen sin libertad. ■