Un padre de familia que parece un hijo
Protagonizada por Marlon Wayans, la sitcom gira en torno a un hombre que juega a ser una criatura.
La gracia de su protagonista, Marlon Wayans, sumado al complemento de cinco actores y un decorado minimalista, es toda la fórmula del éxito que necesita Marlon, la atractiva sitcom estadounidense que se ganó un lugar en el amplio catálogo de Netflix.
La historia es muy sencilla. Marlon es el típico padre canchero, inmaduro y súper permisivo con sus hijos que se acaba de separar de su mujer, Ashley ( interpretada por Essence Atkins), con quien mantiene una gran relación, al punto de que se la pasa todo el tiempo en su casa. Ahí transcurren todas las situaciones humorísticas entre esta familia afroamericana, que se completa con dos amigos del matrimonio.
La primera cita de su ex tras el divorcio, su adicción a acumular cosas, los gastos excesivos de sus hijos y el cumpleaños de 40 de Ashley son los disparadores de los primeros capítulos de Marlon. Conflictos, que como buena sitcom, se abren y se resuelven en cada episodio.
Pero todo gira en torno a Marlon Wayans, que además es el productor de la ficción. Para los memoriosos, el actor de 45 años tuvo participación en las dos primeras entre- gas de Scary Movie, y más acá en el tiempo protagonizó la comedia Naked (Desnudo), también disponible en Netflix. En la plataforma online además se puede encontrar su stand up, Marlon Wayans, casi des- pierto.
En Marlon, su personaje, que se gana la vida como youtuber, bien podría ser la versión adulta de aquel que interpretó Will Smith en la recordada sitcom El príncipe del rap (1990-96), ya que apuesta al humor físico, a los chistes sobre la comunidad negra en los Estados Unidos y a su carisma e intensidad para despertar sonrisas.
También valen la pena las repetidas discusiones con la amiga de su ex mujer, que recuerdan y mucho a los dardos que se lanzaban cotidianamente Pepe Argento (Guillermo Francella) y María Elena Fuseneco (Érica Rivas) en la versión argentina de Casados con hijos.
Eso sí, toda la libertad, permisividad con sus hijos y buena onda que muestra su personaje se desvanece cuando debe enfrentarse a la situación de que su ex mujer intente encontrar una nueva pareja o a que su hija tenga una primera cita. Ahí le sale todo el conservadurismo.
Gracias a los 20 minutos de duración de cada capítulo y a su humor, Marlon resulta ideal para ir mechando entre episodios de otras series más profundas y duraderas.
La primera temporada cuenta con 10 capítulos, pero habrá más. En los Estados Unidos ya está en el aire, por la cadena NBC, la segunda entrega. ■