“Escribir se siente como estar en el cielo y el infierno a la vez”
Una vez una persona tuvo aquella idea de preguntarme: “¿Qué se siente al escribir?”. La miré pensativa. No tenía una respuesta formada o un pensamiento que pudiera, por lo menos, darle una idea de aquello. Significa mucho, terminé respondiendo con una sonrisa vacilante. “¿Mucho?”, me preguntó. Sí, respondí. La conversación quedó en esa última afirmación.
Ahora lo pienso y me siento un poco fatal por aquello, quizás había una mejor respuesta y no la supe descifrar. Ahora lo pienso y lo examinó con profundidad. ¿Qué se siente al escribir? ¡Qué pregunta tan difícil, pero también era simple! Escribir se siente como estar en el Cielo y el infierno a la vez. Para mí, lo era así varias por razones. La primera (el Cielo) por tener una salida, una autoayuda, una esperanza, una luz en todo. Cada palabra y verso eran una maravilla. Qué bueno y qué mágico es escribir. Escribir sobre lo que nos quema el alma, lo que callamos, el dolor, la felicidad y el amor. Eso se siente como el Cielo, en la escritura somos nosotros mismos contra todo. Es una batalla continua y eso, eso es aquello a lo que lo llamó Cielo. También estamos aquellos que escribimos todo lo que nos gustaría qué pasara. Ser ese personaje que es valiente y con momentos inolvidables. Era un infierno escribir sobre amor y no vivirlo. Eso, sí dolía. Quería sentir sobre aquel amor que escribía siempre; sobre una persona que me mire con ternura y que nunca me suelte. Era un infierno escribir sobre un amor no correspondido, un amor que no funcionó, un amor propio y un amor de familia. Porque lo es, es un poco cruel tener envidia de leer lo que escribimos y decir “¿por qué no puedo sentir ese amor?”. Eso era escribir, un cielo ardiendo en el infierno. Nazarena Espinosa
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