Su pasión: reconstruir imágenes a través del reflejo
Utiliza tanto la técnica de lápiz a mano alzada como retoques con photoshop. Hará una expo en Córdoba.
Dos décadas atrás, un joven cordobés vivía en París con su familia hasta que una salida turística le dio un golpe de timón a su vocación artística. En Montmartre, visitó el Museo de Dalí (Espace Dali) y quedó sorpren- dido con una retrospectiva del genio catalán, representada en clave de anamorfosis espejada. ¿Qué es eso?
“Las figuras anamórficas son imágenes distorsionadas que se reconstruyen al mirar su reflejo en el espejo, generalmente cilíndrico o cónico, utilizando la distorsión en perspectiva”, explica Martín Schachner (39), bachiller con orientación artística, que en París comenzó a estudiar fotografía, siguiendo los pasos de su padre.
Gracias a la profesión paterna (geólogo, aparte de fotógrafo), pudo vivir en varias partes del país y siempre tuvo en claro tres metas: su amor por el arte, la construcción de objetos y el revelado en blanco y negro. “Me transportó al cine, lo estudié en la universidad durante tres años y después me mudé a Buenos Aires para meterme en efectos especiales, con la idea de dedicarme a la creación de objetos y saber más acerca del arte digital”, cuenta quien recorrió Rusia, Italia e Israel arreglando dinosaurios mecánicos en parques temáticos.
Volviendo a la anamorfosis, luego del recuerdo de las obras de Dalí distorsionadas, también investigó esta forma de difusión artística: tanto a mano alzada como ayudado por la tecnología. “Empecé sacándole fotos a mi familia para después dibujarla y, desde ese boceto, lo adaptaba al efecto anamórfico. Dibujaba frente al espejo curvo para ver qué me salía. Como no soy caricaturista, boceto formas básicas, es cuestión de trazos”, justifica.
Lo suyo son las distorsiones con
software (ver Paso a paso), lo que le permite elegir qué imágenes son las adecuadas para reflejarlas en espejos curvos. “Le aplico filtros de distorsión concéntricas, según el tipo de espejo y su medida. Una aleación de resina y tubos cromados (envuelto en acetato espejado) sirven como dispositivos de reflejo ubicados al pie de la imagen en cuestión”, revela.
Estos diseños, según Martín, son muy llamativos para la gente. “Cuando expongo en alguna feria, se junta gente alrededor a preguntar acerca de la anamorfosis. Aunque también le llama la atención los objetos de ‘pre-cine’ que construyo”. Es fanático también de los objetos analógicos y la creación de secuencias de imágenes en forma manual. Sus obras de arte cinéfilas son réplicas de folioscopios mecánicos, praxinoscopios (que tiene un sistema de espejos interior que refleja las imágenes), zootropos (con forma de velador), fenaquitiscopio (un disco con imágenes que al hacerlo girar brinda la sensación de animación gráfica) y taumatropos. “Vivo de fabricar estos instrumentos, sin dejar de lado su exposición en museos y galerías de arte”, confía.
¿Proyectos y sueños? A él le gustaría hacer una anamorfosis a gran escala, con un importante espejo en un espacio abierto, como así también estar muy metido en un plan peculiar: crear un autómata que genere formas geométricas a partir de unos anillos. “Escultura de arte cinético”, lo llama.
Un dato: del 19 al 22 de julio, en el Museo de la Industria de Córdoba, Martín tendrá su stand (Animática) con la estructura en anamorfosis espejada. Sin duda, la distorsión de imágenes lo sigue a todas partes.