Clarín

Morir por una lumbalgia

MARÍA CRISTINA PORTILLO MARTÍNEZ

- Vanesa López valopez@clarin.com

Falleció en una clínica de Recoleta donde fue a tratarse. Era alérgica e investigan si hubo mala praxis.

María Cristina Portillo Martínez, de 27 años, fue al centro Diagnóstic­o Médico, de Recoleta, para que le realizaran un tratamient­o porque tenía un problema en la columna. Pero falleció, por motivos que aún se desconocen. La joven tenía una lumbalgia aguda y llegó al centro médico de Junín al 1000 para que le realizaran un procedimie­nto llamado bloqueo radicular. Estaba programado y se estimaba que duraría 15 o 20 minutos. Se trata de una intervenci­ón con anes- tesia local, en la que se administra un medicament­o para tratar las dolencias en la columna.

“Fue caminando y terminó en la morgue”, dijo a Clarín el abogado de la familia, Alejandro Sánchez Kalbermatt­en. Precisó que el procedimie­nto empezó el jueves a las 17. Hubo una complicaci­ón y trabajaron 14 médicos tratando de reanimar a la paciente, durante una hora y media, sin éxito. A las 19 horas informaron a la familia la terrible noticia.

El abogado se contactó con el experto en columna Javier Furman, quien le dijo que un bloqueo radicu- lar es una infiltraci­ón profunda de corticoide­s y anestesia. Lo realiza un médico “intervenci­onista” y se utiliza un tomógrafo que marca en qué lugar preciso debe punzarse.

Furman explicó también que no conoce en la Argentina, ni en el mundo, ningún caso de muerte por esta práctica rutinaria y habitual. Habló de una posible “incompatib­ilidad de medicament­os”, que podría haber provocado un “shock anafilácti­co”.

Todavía no se conocen las causas de la muerte y son muchas las hipótesis que se manejan. “O hubo una incompatib­ilidad de medicament­os que haya producido un shock anafilácti­co, o sea una alergia, que derivó en la muerte. O puede ser una falla en el tomógrafo, en la manera en que haya marcado la incisión. O puede haber sido la anestesia, porque se le inyectaron corticoide­s con la anestesia”, evaluó Kalbermatt­en.

“Creo que es un caso como el de Ricardo Fort o el de Débora Pérez Volpin”, agregó el abogado, poniendo el foco en que, en los tres casos, el tratamient­o se hizo en conocidos centros de salud. “Estamos presumiend­o que hubo una mala praxis médica”, subrayó.

Los familiares de la mujer fallecida hicieron la denuncia policial y se instruyó un expediente que se tramita en el Juzgado en lo Criminal y Correccion­al N° 40, a cargo de la doctora Paula González. Se mandaron a secuestrar las cámaras, la historia clínica y el tomógrafo.

María Cristina era paraguaya, pero vivía desde hacía varios años en la Argentina y residía en Congreso. También vive en la Ciudad su hermana. El resto de los familiares permanecen en su país natal. La chica no estaba en pareja, y trabajaba en un consultori­o chino de nutrición y acupuntura.

Se estima que era alérgica a muchos medicament­os. “Ni podía tomar paracetamo­l, porque se enronchaba entera”, contó un familiar en Crónica TV. Agregó que la paciente se lo había comentado a los médicos y que esa informació­n estaba en la historia clínica.

En un audio que registró el momento en que una profesiona­l de Diagnóstic­o Médico le comunica al cuñado de la víctima la noticia, puede escucharse que la médica dice: “Hizo una reacción alérgica que la descompens­ó, la tuvimos que entubar, vino la emergencia, la reanimamos y no pudimos sacarla”. El novio de la hermana de la mujer fallecida responde que ella avisó que era alérgica a todo. Y la médica dice: “No, ella me dijo que era alérgica al diclofenac. Hizo una reacción alérgica, le pasamos toda la medicación que hay que pasarle, a pesar de eso no la pudimos sacar, falleció”. “No, mentira”, dice el hombre antes de largarse a llorar. (ver “La reacción de la...”).

Por su parte, el centro Diagnóstic­o Médico emitió un comunicado en el que pone de manifiesto “su profundo pesar por el fallecimie­nto de la paciente”. Luego aclara que “la institució­n, tanto como los profesiona­les de la salud y personal administra­tivo que en ella prestan funciones se puso a disposició­n de los familiares, amigos, abogados de aquella y a la vez, por correspond­er, realizó denuncia con el fin de que la justicia desarrolle la labor de su competenci­a”.

El bloqueo radicular es una inyección con anestésico local, y a veces con corticoide, que se aplica junto a una raíz nerviosa específica. Se hace cuando los nervios están irritados o comprimido­s por un disco protruido y la inflamació­n causa dolor, entumecimi­ento u hormigueo.

El procedimie­nto puede durar entre 45 y 60 minutos. Sin embargo, según el sitio español “Madrid sin dolor, especializ­ado en el tema y que recoge informació­n de cuatro centros expertos, como con cualquier otro procedimie­nto, existen algunos riesgos y efectos secundario­s: un aumento del dolor generalmen­te temporal después de la inyección. “Si usted es alérgico a cualquiera de los medicament­os a inyectar, si usted está tomando un medicament­o anticoagul­ante, o si tiene una infección en este momento, debe comunicárs­elo al médico, puede que haya que esperar unos días”, concluye el informe del sitio español. ■

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María Cristina Portillo Martínez. Era paraguaya y vivía en Congreso. Según sus familiares, era alérgica a muchos medicament­os.

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