La nube negra de la credibilidad política
Ala Argentina de estos días no le falta nada. El dólar por las nubes, la inflación indomable y la Selección poniendo a todo el país al borde del infarto en el intento de sobrevivir en el Mundial de Rusia. Pero el fútbol es sólo un entretenimiento maravilloso y la economía es la ciencia social que condiciona la subsistencia de los argentinos. Messi puede alegrar o entristecer algunos de nuestros momentos. Y los gobernantes en cambio, de Mauricio Macri a cada gobernador, tienen la responsabilidad de tomar las decisiones correctas para garantizar nuestro bienestar.
Por eso se vuelven tan importantes estas semanas. Los inversores extranjeros y también los argentinos están poniendo bajo examen la gobernabilidad del país adolescente. A la crisis cambiaria le siguieron el salvavidas del acuerdo con el Fondo Monetario y la condición de mercado “emergente” que Morgan Stanley le otorgó a la Argentina con aval indisimulable de EE.UU. El mensaje estaba claro. Las potencias iban a hacer un esfuerzo para que el intento del Gobierno por integrarse a la globalización no se derrumbara ante la adversidad.
Pero empieza a quedar claro que esas señales de auxilio no son suficientes. La abstracción financiera conocida como “mercados” busca más certidumbres de un Gobierno que acaba de reemplazar al presidente del Banco Central y a dos de los ministros económicos más
Sabemos que los movimientos del dólar, con el tipo de cambio flotante, generan preocupación y angustia. Pero estamos trabajando para normalizar el mercado cambiario”. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, en su informe de gestión ante el Senado.
Estoy en shock, increíblemente decepcionado. Nos preparamos bien para ese Mundial, para romper esa maldición del campeón. Pero no pudimos sacar a relucir nuestro juego”. Joachim Löw, DT de Alemania, luego de la eliminación en el Mundial.
Pensar que si hubiera nacido en otra época, me habrían quemado en la hoguera. No me van a callar, no le tengo miedo a las operetas, no me asustan. Al contrario, me dan más fuerzas”. Amalia Granata, luego de ser despedida del ciclo “Todas las tardes” por El Nueve.
El Pacto de la Moncloa acá lleva cuatro décadas de espera y parece muy difícil que vaya a suceder en estos tiempos
importantes. Javier Iguacel asumió en Energía para encontrar un equilibrio entre la necesidad de terminar con los subsidios y establecer tarifas que la sociedad pueda pagar. Y Dante Sica asumió en Producción para recrear la actividad y el consumo de la clase media.
Si todo fuera tan simple, la presión sobre el dólar debería comenzar a ceder y podría volver a planificarse un escenario de baja para la inflación. Pero eso no es lo que sucedió en esta semana y la mayoría de los actores económicos cree que la incertidumbre se prolongará un tiempo más. Evidentemente, detrás de la tormenta financiera hay un declive en la credibilidad política. La nube negra alcanza a Macri, pero también amenaza a los dirigentes más influyentes de la oposición.
Ayer fueron varios los gobernadores que hablaron de la necesidad de un acuerdo político que incluya votar el Presupuesto 2019. Lo hizo María Eugenia Vidal pero también se expresaron en la misma línea peronistas como el cordobés Juan Schiaretti, el entrerriano Gustavo Bordet y el senador Miguel Pichetto. Hay diálogo y hay recelos permanentes. Pero todos ellos saben que no pueden contar con Cristina Kirchner, más atenta a sacar ventaja como sea de esta situación.
Es apenas una señal que está lejos de convertirse en certeza. El Pacto de la Moncloa argentino lleva cuatro décadas de espera y parece difícil que algún acuerdo vaya a concretarse en tiempos de incertidumbre. Tal vez la única esperanza radique en que el oficialismo y la oposición puedan aprender de los errores del pasado. Que el Frente Cambiemos no se resigne a parecerse a la Alianza y que el peronismo se saque de encima el estigma del golpismo institucional que lo rodeó en el 2001.