“Venezuela se ha convertido en un tema de política interna en Latinoamérica”
Rodríguez Zapatero sostiene que si hay “una implosión” en Venezuela, como quiere un sector, habrá una catástrofe en toda la región.
Ahora, con el giro que hubo en Latinoamérica hacia gobiernos más conservadores, parece que es difícil encontrar una solución al problema venezolano. Hay un grupo mayoritario de países que acusa a Maduro de ejercer un gobierno autocrático.
El problema es que Venezuela se ha convertido en un tema de política interna en Latinoamérica, vinculado a muchos países de la región. Cuando tienes un conflicto en política regional, es lo peor. Lo he vivido en mi país. Creo que tenemos que tener una perspectiva de que afortunadamente en democracia los ciclos políticos existen. Habrá ciclos de derecha, de izquierda. Y en Venezuela, más allá de que guste o no el chavismo, de que guste o no la oposición, deberiamos todos intentar un acuerdo. Y si toda la comunidad internacional lo intenta, no me caben dudas de que se hubiese producido ya. Claro, empezando por el Departamento de Estado (Norteamericano). Intentas un acuerdo de convivencia, de reglas. Que quieran vivir juntos.
¿No serviría que Maduro dé un paso al costado, que la gente vote libremente?
El problema es que la gente votó a Maduro en las elecciones pasadas (en mayo pasado, donde el Presidente fue reelegido con el 67% de los votos). Claro, en estos comicios no participó la oposición. Fueron elecciones muy singulares, ¿no?
¿Y pese a no participó la oposición, usted confía y avala ese resultado electoral?
Sí. Lo más paradójico es que los que no confían no han ido a verlas. Esto no cabe. Directamente no cabe. Sin embargo yo llevé a dos personalidades europeas. Y ellos vie- ron los colegios electorales, vieron el sistema. La primera vez que yo fui a ver una elección en Venezuela fue en el 2015, y ganó la oposición por 2 millones de votos. Luego pasó todo lo que pasó con la Asamblea Constitucional. Pero lo que he visto en las elecciones es que la gente votó absolutamente libre. Ahora, que el gobierno tenga el aparato del Estado, los poderes públicos que hacen sin duda una propaganda a favor de la candidatura del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), sí. Pero eso no determina una elección. Si hubiese visto otra cosa, lo diría. Hay que buscar el diálogo. Si no, ¿cuál es la alternativa? Provocar la implosión de Venezuela. Espero que ese designio no se convierta en realidad, porque si eso ocurriera viviríamos una catástrofe. Pero, además, en toda Latinoamérica.
¿Le molesta que le pregunte de Venezuela?
Yo creí que estaba en Argentina (irritado). Pero no hablamos ni de España ni de Argentina. Sólo Venezuela. Esto me indica cuánta razón tengo. Me va a permitir decirle que hay una obsesión exclusiva con Venezuela. Es una cosa que me hace combatir, no tirar la toalla.
¿Y por qué cree que se da esto?
No sé. Le doy muchas vueltas. Algunos dicen que quieren el petróleo de Venezuela. Para mí va más allá. Le estoy dando muchas vueltas. Tengo aún que reflexionar y escribir sobre esto. A mí me vino a buscar la oposición moderada para trabajar en un diálogo. Esto es lo más significativo. Luego fue el Departamento de Estado, durante la etapa de Obama, la que me pidió que hiciera esta tarea. Es una experiencia en la que he aprendido casi tanto como cuando fui presidente del gobierno de España. Sobre todo de cómo se mueven las cosas en el mundo. ■