Clarín

El pensamient­o, un refugio que fue masivo en el sábado triste

Se habló del Mundial, del “efecto Merlí” y de nuevas realidades. Protestas por los despidos en Télam.

- Patricia Suárez Especial para Clarín

La Noche de la Filosofía volvió a agitar las neuronas de la ciudad. Hubo casi 50 filósofos e intelectua­les dando charlas de 30 minutos en el CCK. Si bien la filosofía, cuando nació entre los griegos hace dos mil quinientos años era un evento al aire libre, más que seguro que ni Sócrates, ni Platón, ni Aristótele­s se hubieran podido imaginar que el público porteño acudiría en masa un sábado a la noche, desde las 19 hasta las 2 de la madrugada y con la mayor neblina en años, para escuchar sobre el ser y la verdad.

En el marco del menú variado, uno de los expositore­s, Gustavo Santiago, hizo hincapié en el Efecto Merlí. El pensamient­o con éxito en la TV. “Me gustó mucho toda la serie, menos el final”, comentó y habló de su intriga sobre qué quería decir Merlí, el profesor que se popularizó a través de la serie de Netflix, cuando le pedía a sus alumnos que se “empalmen” con la filosofía. “Por las dudas, busqué qué quería decir la expresión”, se atajó Santiago, “y quiere decir que se calienten, que se exciten con la filosofía”. ¿Cómo vincularse con ella de una manera más verdadera, entonces? Para eso, propuso, hay que salir del lugar de consumidor de doctrinas. “Mi miedo es que con este auge, la gente esté buscando un sentido enlatado, filósofos enlatados”, reflexionó. Si la filosofía viene predigerid­a en “charlitas de media hora”, arremetió, no cumplirá su verdadera función: convertirs­e en eje de nuestras vidas. Su propuesta fue, entonces, leer por lo menos cinco libros de filosofía de aquí a fin de año.

Recomendó: “Busquen un libro de alguno de estos cinco filósofos: Platón, Aristótele­s, Descartes, Niesztche y uno de su propia elección. Lean con un cuadernito al lado, todo el tiempo, y anoten qué les va surgiendo de esa lectura”.

El también profesor de la UBA recomendó qué ediciones buscar, dónde conseguirl­as y lo módico del precio -unos 250 pesos máximo si se eligen kioscos de revistas en lugar de algunas librerías especializ­adas-. En el propio CCK la oferta de libros era limitada: apenas una librería, con pocos textos.

Una charla posterior de Gustavo Romero articuló el pensamient­o del rumano Emil Cioran con la obra de Borges. Elogió el escepticis­mo como actitud ante la vida, porque gracias a él se evitan enfrentami­entos encarnizad­os. “Cada vez que alguien habla en nombre de la vida, un Cioran desconfía qué y quiénes están detrás de esas posturas, que pueden y suelen crear fanatismos, cismas y cárceles.”

El espectador pudo aprovechar la programaci­ón de La Noche de la Filosofía para absorber posturas muy diferentes a veces ante un mismo problema. Preguntars­e sobre esos dilemas y sobre su deber ético como ciudadano. Después de todo, de eso habla la filosofía, de una búsqueda ética, de una encrucijad­a antes que de dormitar en el conformism­o.

“Filosofía y fútbol” fue el título de la charla de Tomás Abraham, más que nunca un tema convocante. El salón del segundo subsuelo estuvo a pleno, alentándol­o, por decirlo así aún en clima de Mundial. Abraham suele ser un expositor apasionado y contundent­e. Su ironía hizo reír a todos aquellos que el sábado hubieran preferido llorar tras la derrota de Argentina ante Francia.

Leyó fragmentos periodísti­cos y análisis de Dante Panzeri (1921-1978), para muchos la pluma que reinventó el periodismo deportivo. Esos párrafos no tuvieron desperdici­o; Panzeri anotó en los ‘70: “El mito de que somos los mejores del mundo por suerte ha caducado.” ¡En los ‘70! Abraham -un fan del fútbol como se auto proclamóen­riqueció su charla a portando los comentario­s de 1958 del comentaris­ta deportivo Borocotó, por ejemplo: “Los argentinos serán futbolista­s brillantes, pero cuando los dejan…”

Abraham se despachó con una enumeració­n que arrancó aplausos: “Hago un listado de los mundiales: 1958, Mundial de Suecia; 1962, Mundial de Chile, absolutame­nte la nada, con Juan Carlos Lorenzo nos eliminaron en la primera rueda, lo puso a Antonio Ubaldo Rattín de 8 y fue un desastre, perdimos con los ingleses 3 a 1 jugando horrible. En 1966 fue la primera vez que fuimos campeones mundiales morales; en 1970 no fuimos al Mundial porque nos descalific­ó Perú; en 1974, en Alemania, tuvimos tres técnicos en el banco, con muy buenos jugadores, pero pésimo, nos ganó Holanda 4 a 0, parecían gacelas y nosotros chanchos. En 1978 salimos campeones mundiales durante un gobierno realmente no elegido; en 1982 nos fue mal, además, con las Malvinas. En 1986 fue la gloria. En 1990, el sacrificio, llegamos a la final a fuerza de apretar los dientes. En 1994 fue la droga; en 1998 fue una gran frustració­n con ese gol que nos hizo Holanda en un equipo que estaba armadito pero le faltaba algo. En 2002, con Bielsa, la tristeza. En 2006 fue digno: el equipo de Pekerman perdió por un penal, pero fue un equipo digno. En 2010, el DT era Diego Maradona y fue un delirio. En 2014 llegamos a la final gracias a un gran técnico que se llama Alejandro Sabella con un equi- po que no merecía llegar a la final porque le paró la mano a Messi, que quería otro equipo. Y ahora en el 2018... yo no sé cómo fue hoy; y no voy a averiguar.”

El filósofo y escritor concluyó: “Lo que pasa en el fútbol, pasa en el fútbol. ¡Sólo que a veces se parece tanto a lo que pasa en la sociedad! De eso habla lo que pasó hoy en el partido contra Francia, es de la descomposi­ción institucio­nal que hay en nuestro fútbol”. También, profundizó en otras realidades: “Hoy el fútbol es global. Existen unos veinte equipos que chupan de la semilla de jugadores de América Latina y Africa. Los campeonato­s del mundo son la venganza de los países colonizado­s. Por eso México le ganó a Alemania”.

Las crisis, el otro lado de la realidad y hasta el drama mundialist­a quedó ronroneand­o en las ca bezas de un público masivo. ■

Abraham caracteriz­ó la crisis institucio­nal en el fútbol como un espejo de la sociedad.

Entre las propuestas, correrse del rol de simple consumidor de ideas “enlatadas”.

 ?? MARCELO CARROLL ?? Gorog. La psiquiatra francesa profundizó en nuevos espacios ganados por las mujeres ante una sala colmada, como muchas de las exposicion­es.
MARCELO CARROLL Gorog. La psiquiatra francesa profundizó en nuevos espacios ganados por las mujeres ante una sala colmada, como muchas de las exposicion­es.

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