Clarín

El valor más bajo de la soja desde 2011 complica los ingresos

- Héctor Huergo hhuergo@clarin.com

El Gobierno atribuye una parte importante de la crisis cambiaria a la pérdida de un 40% de la cosecha de soja. Se esperaban entre 55 y 60 millones de toneladas y solo se recogieron 35. Además, con graves problemas de calidad, porque tras la sequía que se ensañó con estas pampas durante todo el verano, se vino un otoño llovedor como pocas veces se ha visto, manchando los granos y demorando la cosecha.

Y como si esto fuera poco, hace un mes se desencaden­ó una guerra comercial entre China, largamente el principal importador mundial de soja, y el gobierno de los Estados Unidos. Donald Trump rompió lanzas, con la aplicación de aranceles de importació­n al acero y el aluminio de China. La respuesta de su par chino, Xi Jinping, no se hizo esperar: le metió derechos del 25% a la soja norteameri­cana. El mercado de Chicago se derrumbó. Las cotizacion­es, que estaban ayer en los US$ 311,50 la tonelada en Chicago cayeron más de un 20% en los últimos quince días.

Los farmers del Medio Oeste (Iowa, Illinois, Indiana), republican­os de pura cepa y trumpistas de la primera hora, están que trinan. Trump les prometió compensaci­ones, pero por ahora con China no hay arreglo y los mercados siguen en picada. Ayer mismo, la soja y el maíz cayeron otro 2% y tocaron el valor más bajo desde 2011. También aceita el tobogán el clima perfecto en todo el cinturón agrícola. Los cultivos están excelentes y si bien es prematuro (la soja “se hace” en agosto) por ahora ni amaga el fantasma del “weather market” (mercado climático) que podría invertir la tendencia. También podría mejorar el panorama un rápido acuerdo entre Xi Jinping y Donald Trump. Si bien la soja sudamerica­na no está alcanzada por las gabelas impuestas por China, igual sufre –aunque atenuadas-- las consecuenc­ias del derrumbe de los precios. Pero en el caso de la Argentina el problema principal es la magra cosecha.

La realidad es que hace seis meses la Argentina tenía en el horizonte un ingreso de 22 mil millones de dólares por los embarques del complejo soja: 55 millones de toneladas a 400 dólares. Se recogerán 35, apenas suficiente­s para siete meses de molienda.

Felizmente, para fin de año se espera una cosecha récord de trigo, que actuará como puente de divisas hasta la llegada de la soja 2018/19, a partir del próximo otoño, segurament­e acompañada por una gran cosecha de maíz. Una revancha más necesaria y urgente que la del próximo Mundial de fútbol. ■

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