López Obrador llama a la reconciliación en México y tiende la mano a Trump
Se abre una nueva era política en el país de los aztecas Fue en su primer mensaje tras una victoria electoral con 30 puntos de ventaja. Pidió anteponer el interés general para combatir la corrupción y la pobreza. Y dijo que la relación con EE.UU. será “de
Tras su aplastante triunfo electoral con 30 puntos de ventaja sobre sus principales rivales, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador llamó ayer a la reconciliación con todos los sectores mexicanos y anunció que “tenderá la mano” al Gobierno del estadounidense, Donald Trump, para tener una relación de amistad con el país vecino.
“Llamo a todos los mexicanos a la reconciliación, y a poner por encima de los intereses personales, por legítimos que sean, el interés superior, el interés general”, dijo López Obrador en un discurso en la madrugada de ayer ante sus simpatizantes, que saludaban con júbilo la apabullante victoria del líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que marca un giro histórico en la política azteca.
Minutos antes, el presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, había apuntado que López Obrador había logrado el 53 % de los sufragios (un 10% más de lo que indicaron las encuestas en las semanas previas al comicio del domingo), mientras que Ricardo Anaya, del conservador Partido Acción Nacional, obtuvo el 22 % y José Antonio Meade, del oficialista Partido Revolucionario Institucional, el 16 %, según los primeros cómputos oficiales.
“Vamos a tender nuestra mano franca para buscar una relación de amistad y cooperación con Estados Unidos”, aseveró el líder izquierdista en una entrevista con la cadena Televisa. El nuevo líder de la centroizquierda mexicana agradeció a Trump el tuit de felicitación que le había enviado en la noche del domingo, después de que los sondeos a pie de urna le dieran como ganador de los comicios. Ayer, Trump reveló que había hablado hablando con el flamante mandatario azteca. “Creo que la relación va a ser muy buena. Tuvimos una gran conversación”, señaló. “Creo que va a tratar de ayudarnos con la frontera”, agregó, aludiendo a un tenso vínculo con sus vecinos del sur por la dura posición de Washington hacia los migrantes “sin papeles”.
Al explicar cuáles serán los ejes de su mandato de seis años que iniciará tras su asunción, el 1° de diciembre, López Obrador dijo que “su nuevo proyecto de nación” buscará establecer una auténtica democracia, ya que no pretende construir una dictadura “cubierta o encubierta”. “Los cambios serán profundos, pero se darán con apego al orden legal establecido”, precisó en su primer discurso tras conocer que los conteos le favorecían. El veterano político, de 64 años, se pronunció a favor de la libertad empresarial, la libertad de expresión, de asociación y de creencias. En materia económica, López Obrador dijo que respetará la autonomía del Banco de México (Banxico) y mantendrá la disciplina fiscal.
Al aludir a la lucha contra la corrupción, una de las banderas de su campaña, el líder de Morena declaró que “no va a costar mucho trabajo desterrarla porque en nuestro pueblo hay una gran reserva de valores culturales, morales y espirituales. Nuestro pueblo es honesto”. Indicó que el problema de corrupción “es más por el comportamiento de los políticos; esa conducta es lo que ha dañado al país y manchado la imagen de México en el mundo”. Durante su campaña, López Obrador señaló en reiteradas ocasiones que la corrupción anualmente le costaba a México 500.000 millones de pesos (unos 25.000 millones de dólares) y que se gastaba demasiado en pagar los sueldos de los altos funcionarios.
“No es solo combatir la corrupción e impunidad: es liberar fondos para el desarrollo. Todo lo que ahora se va por el caño de la corrupción se va a utilizar para financiar el desarrollo
“No es mi fuerte la venganza ni el odio”, dijo López Obrador al aludir a varios ex presidentes.
del país. Quiero que México se convierta en una potencia; tenemos todo para lograrlo”, expresó.
Sobre su llamado a la reconciliación, López Obrador reiteró que no tiene enemigos, sino “adversarios”. “No es mi fuerte la venganza; yo no odio. Estoy luchando por la justicia y a ellos (los expresidentes) los voy a respetar siempre y van a tener garantías para poder estar en el país sin ningún problema”, señaló, aludiendo a sus críticas de campaña contra “la mafia del poder”.
El presidente electo aludió así a sus antecesores Carlos Salinas (19881994), Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), ante quien perdió en 2006 -el primero de sus tres intentos de llegar al poder- bajo la sombra del fraude electoral. En 2012, Obrador perdió ante el actual presidente Enrique Peña Nieto, a quien acusó de haber recurrido a la compra de “millones de votos”.